Claudia Islas se convirtió en uno de los íconos de la belleza dentro del cine mexicano durante los años 60, lo que la hizo conquistar a miles de personas, entre ellas un político, con quien mantuvo un fuerte y secreto romance.
Una de las actrices más exitosas en diversas épocas del cine mexicano fue Claudia Islas, que en el mejor momento de su carrera se convirtió en un símbolo sexual.
Tal fue el éxito de Islas que no hubo actor de la época que no sintiera atracción hacia su colega; desde Andrés García, Jorge Rivero y Mauricio Garcés fueron algunos de los histriones que intentaron conquistar, sin éxito, a la Brigitte Bardot mexicana.
No obstante, según comentaron los amigos cercanos a Islas, a ella le gustaba vacilar con sus compañeros de trabajo que intentaban conquistarla, pues en realidad sentía atracción por personas fuera del mundo de la actuación ya que conocía bien la forma en que los actores se relacionaban con sus compañeras, muchas veces sin un compromiso verdadero.
Uno de los romances que dio más de que hablar de Claudia fue el que habría mantenido con Carlos Hank González, aunque ninguno de los dos hablaron públicamente acerca de éste debido a que el político estaba casado en ese momento.
Según su representante, Blanca Estela Limón, Hank González estaba muy enamorado de la protagonista de Bajo el ardiente sol debido a que ella era una persona muy divertida, le gustaba bromear con todas las personas y, por su belleza, era agradable su simple presencia.
“Yo creo que Hank González necesitaba mucho a veces divagarse de tanto problema, y con la güera se hacía los momentos agradables”, dijo Limón en Historias Engarzadas, pues ella habría sido testigo de este controversial idilio.
Algunos periodistas, como Roberto Rondero aseguraron que Claudia y el ex gobernador del Estado de México consideraban que su relación era bastante seria, no solo una aventura, por lo que buscaron la forma de mantenerla bien y alejada de los medios.
Sin embargo, cuando comenzó a correrse el rumor de su relación, la histrionisa comenzó a ser muy criticada, a pesar de que en ese entonces no se había confirmado este lazo, y aunque la actriz no se caracterizó por hacer caso a los comentarios, éstos habrían provocado su alejamiento, hasta el punto en que terminaron su romance.
Otro de los motivos que causó el rompimiento de la relación fue el más obvio: El Profesor estaba casado con María Guadalupe Rhon.
Pese a que durante una época Claudia fue considerada La mujer del año y todos tenían los ojos puestos sobre ella, nunca fue una persona a la que le gustara hablar públicamente acerca de su vida privada, motivo por el que sólo a través de sus amigos y representantes se supo de esta relación.
La única vez que la protagonista de Más negro que la noche hizo público uno de sus romances fue más de una década después de este polémico noviazgo, cuando se sintió tan enamorada que llegó al altar, con Jaime Bravo.
La actriz comentó que antes de Bravo, todos los romances serios que sostuvo, que no fueron más de seis, condicionaban su relación, lo que siempre llevó a que se terminara.
Y es que al ser una de las mujeres más admiradas por los hombres, sus parejas le pedían que se alejara del ojo público y se dedicara por completo a ellos, algo que Islas nunca quiso aceptar.
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