La muerte de Jorge Negrete fue un parteaguas en la Época de Oro del cine mexicano, pero principalmente para sus seres queridos, como lo fue María Félix, quien hizo lo posible por estar junto a él los minutos previos a que su esposo cayera en coma y falleciera.
Meses antes de que la salud de Jorge Negrete decayera al punto en que tuvo que ser hospitalizado de emergencia, a María Félix le ofrecieron uno de los proyectos más ambiciosos que había tenido, firmar un contrato en Francia para filmar varias cintas en aquel país.
Ella, al ver a Negrete ya muy débil, intentó posponerlo, pues quería cuidarlo hasta que lograra recuperarse; sin embargo, él le insistió en que se fuera, pues no estaba dispuesto a quedarse en cama y tampoco a encerrarla con él.
Mientras que María se encontraba trabajando en Francia a finales de noviembre, filmando la película la Bella Otero, el Charro Cantor aceptó actuar en un teatro de Los Ángeles, California, pese a su mal estado de salud. Fue mientras veía una pelea de box que al cantante se le reventó una de las várices que tenía en el esófago, provocándole una hemorragia.
Sus acompañantes rápidamente lo llevaron al Hospital Cedros del Líbano; fue internado en la habitación 506. Durante sus momentos de lucidez en medio de su agonía, mandó llamar a su hermano, a quien le dio la instrucción de no informarle a La Doña sobre su salud.
El 23 de noviembre, día en que el intérprete de Yo soy mexicano iba a debutar en el teatro Million Dollar, María Félix recibió una llamada del guanajuatense para avisarle que, pese a lo que saldría en las noticias, él estaba bien y no debía preocuparse.
No obstante, a los pocos días, el 29 de noviembre, Negrete tuvo una nueva hemorragia que empeoró su estado y el médico que lo estaba atendiendo le llamó para informarle que posiblemente su esposo no saldría del hospital con vida.
“Lo que siguió fue muy rápido”, escribió la protagonista de Enamorada en su libro autobiográfico, pues hizo que sus asistentes rápidamente encontraran la forma en que ella llegara a México lo antes posible. Dejó el rodaje de la película y tomó el primer avión que la llevaría a su destino, de París a Nueva York, después, otro a LaGuardia y otro a Los Ángeles.
Según plasmó María, cuando llegó al hospital el cuatro de diciembre, encontró a su esposo en estado de coma, pues el cantante no soportó la última hemorragia.
La Doña le dijo a su amado: “Negro, aquí estoy”, y como por milagro, el Charro Cantor abrió los ojos, que estaban amarillentos, según la histrionisa.
El protagonista de Dos tipos de cuidado no pudo hablar, pero según María, la vio con agradecimiento y volvió a cerrar los ojos. Ella no se separó de él hasta que dio el último suspiro, el 5 de diciembre de 1953.
Félix no pensaba en otra cosa que en su marido recién fallecido y lo primero que hizo fue prepararse para su regreso a México y el funeral. Sin darle muchas vueltas, tomó lo primero que encontró en la maleta que llevaba; se puso unos pantalones de color azul marino, que para ella no tenían importancia, pero fue una polémica al momento en que bajó del avión.
La prensa de entonces reportó que la actriz había faltado al respeto a Negrete por no llevar un vestido negro, por su luto, pero ella no le dio importancia, pues sabía que no había puesto atención a lo que se puso.
Antes del entierro, una de las cosas que más recordó la protagonista de El Peñón de las ánimas, fue que se peleó con Mario Moreno Cantinflas, quien antes había sido uno de sus más cercanos amigos, porque ella lo consideraba culpable de que la salud de su esposo hubiera decaído hasta llegar a la muerte.
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