El mundo del regional mexicano ha tenido grandes agrupaciones de las cuales más de un solista ha demostrado tener el talento y habilidad para seguir su camino en solitario. Ese es el caso de Chuy Lizárraga quien durante un breve tiempo fue parte de las filas de La Adictiva y más tarde de la renombrada La Original Banda El Limón.
Sin embargo, como solista uno de las principales dificultades a las que se ha enfrentado no precisamente se debe a su emancipación, sino a su negativa a cantar una de las variantes del género mexicano que en los últimos años ha ganado gran popularidad entre sus escuchas a pesar de los polémico que puede ser: los narcocorridos.
Y es por ese motivo, que durante su entrevista para el programa de Gustavo Adolfo infante, El Minuto Que Cambió Mi Destino, que el cantante confesó si ha llegado a tocar para el crimen organizado, pues es de dominio público que durante años grandes exponentes de dicho género se han enfrentado a ese tipo de situaciones, pese a que son contados los que abiertamente han hablado sobre sus experiencias, algunas incluso siendo catalogadas como muy buenas -por las pagas- pero muchas más negativas debido al temor de cometer un ilícito.
“Oye, yo sé que ustedes como músicos pues van a donde los contraten, o sea, no es de ‘Oiga a ver deme su RFC para ver a qué se dedica’. Pero de repente al poco tiempo de que terminas no los has visto en las noticias de ‘A ese vato yo le toqué el otro día’”, preguntó Adolfo infante.
“Fíjate que generalmente mi música no es para eso. Eso es una cosa que también me ha costado mucho trabajo, es más, es lo que más me ha costado para mí como Chuy Lizárraga porque cuando yo empecé salieron los corridos alterados mentados, entonces así eran las cosas de que ‘Chuy, grábate este corrido’ y yo pues se me hacía agua la boca porque era con lo que salías de volada para adelante”, empezó a narrar.
Sobre el principal motivo por el que decidió no entrar en la tendencia que a muchos de sus colegas los catapultó a la fama nacional y que incluso ha sido uno de los principales argumentos por los que se les ha señalado de tener relaciones más que laborales con organizaciones criminales, el intérprete de canciones como Partido en Dos, Ya No Te Guardo Rencor y Gracias Porque Volviste mencionó:
“Lo que decidí en ese tiempo fue no cantar esa música y de repente salió La Peinada, entonces tuve una chamba como Chuy Lizárraga y tu ves la gente que está adelante y ve a la de otro artista que toca corridos y ve la gente que va a estar hasta adelante (en un concierto); vas a ver una diferencia abismal de tipo de gente, es muy diferente”, externó.
El cantante una vez más reafirmó su postura en contra de uno de los subgéneros más controversiales que en más de una ocasión han sido vetados por grandes medios musicales o premiaciones distinguidas como la versión latina de los Grammys.
“Yo no traigo corridos pues, a mí bendito sea Dios me pegó una canción como La Peinada y no es para ese tipo de situación sabes, entonces de alguna manera pues nos va bien”, finalizó.
El narcocorrido es un subgénero musical de origen mexicano de carácter popular que tiene sus raíces en el romance español. Se trata de una variación del corrido, que al igual que este, las bases de su estilo son los ritmos polca, vals y mazurca, interpretados por música regional mexicana, pero con una lírica tan controversial que los grandes exponentes no han querido retomar dicha tendencia.
SEGUIR LEYENDO: