Pese a que Pedro Infante se caracterizó por ser un actor humilde, que aceptaba casi todos los proyectos que le ofrecían los hermanos Rodríguez y que fueran adecuados para él, en una ocasión se opuso a participar en una película de Ismael Rodríguez cuando leyó el guion y conoció al elenco.
La carrera de Pedro Infante estaba en uno de sus mejores momentos cuando Ismael Rodríguez, el cineasta favorito del Ídolo de Guamúchil y por quien más respeto sentía, le ofreció un papel protagonista de uno de sus nuevos filmes, el cual estaba seguro de que sería un gran éxito, pues obligaría al sinaloense a salir de los personajes que normalmente interpretaba.
Este proyecto fue La oveja negra, película en la que Infante tendría un papel co-protagónico con otra gran estrella del cine, del cual, en un principio, no conocía la identidad.
Ismael pensó que esta cinta, al igual que todas las que le había propuesto a Pedro, las iba a aceptar su actor estrella, se encontró con el gran obstáculo de que el protagonista de Pepe El Toro se negó actuar en ella, principalmente si su personaje era el de Silvano Treviño, un joven que debía soportar los maltratos de su padre, Cruz Treviño.
Y es que los Rodríguez fueron parte fundamental de la carrera de Pedro, pues ellos fueron parte de los directores que lo llevaron al estrellato con películas como Mexicanos al grito de guerra, Escándalo de estrellas o Los tres García.
El argumento de Pedro fue que el personaje de Silvano Treviño podría dar una muy mala imagen de él al mostrarse tan débil ante Cruz Treviño. Fue por ello que Ismael le dijo quiénes podrían formar el elenco, lo que en vez de ayudar a la situación, la empeoró.
Cruz Treviño había sido escrito para que lo encarnara Fernando Soler, uno de los histriones más respetados de la época y más importante e imponente dentro de la industria del cine mexicano.
Pedro Infante ya había trabajado anteriormente con Fernando, por lo que conocía muy bien la forma en que podría interpretar a su personaje y cómo lo trataría como su hijo. Aunado a todo esto, al comprobar con el director que tendría escenas en las que se pelea con Cruz Treviño, temió que al hacer este tipo de actuaciones la gente comparara sus capacidades con el de Soler e hiciera el ridículo al no llegara su nivel de talento, lo que causó aún más rechazo al proyecto.
El sinaloense tenía mucho miedo de ser opacado por uno de los miembros de la dinastía Soler, pues consideraba que eran de los mejores actores del país y él sólo comenzaba a llamar la atención del público.
La forma en que Ismael Rodríguez logró convencer al intérprete de Amorcito corazón de ser Silvano Treviño fue asegurándole que estaba en uno de los mejores momentos de su carrera, ascendiendo entre los actores más famosos de la época. Además, se comprometió a que tanto él como Soler tendrían el mismo peso en la cinta y su personaje iba a ser apreciado por el público.
A regañadientes, Pedro aceptó, confiando como siempre en las palabras del cineasta.
Por su parte, Fernando Soler, cuando le fue ofrecido el personaje de Cruz Treviño y se confirmó la participación de Infante, aceptó ser parte de La oveja negra; sin embargo, él puso una condición: tener la misma paga que su compañero.
Y es que para ese entonces, aunque Pedro Infante aún no se diera cuenta del éxito que estaba teniendo en la pantalla grande y pensaba que no era un buen actor, al ser uno de los más codiciados de la época, fue uno de los mejores pagados.
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