Julio Alemán, actor de la Época de Oro que se convirtió en uno de los primeros galanes de telenovelas, por siete años vivió un tormentoso proceso legal debido a que uno de sus admiradores intentó quitarle lo que había obtenido con esfuerzos a través de sólo un autógrafo que él le regaló.
Durante su mejor momento como actor y activista por los derechos de los actores, Julio Alemán sufrió las consecuencias de le envidia que uno de sus fans sentía por todo lo que había logrado, pues intentó quitarle todo lo que tenía adueñándose de su firma.
Según reveló el protagonista de Pobre Carla, Arturo Bretón, hijo de un policía y persona muy afín a la lucha de los artistas por tener una paga y condiciones laborales dignas, se volvió cercano a Alemán debido a que se acercó a él durante los eventos que realizaban los histriones de la Asociación Nacional de Actores (ANDA).
En una ocasión, Bretón le pidió a Julio una fotografía de su rostro autografiada, solicitud que era completamente usual para el actor, pues nunca faltaba quien quisiera su foto, pues era considerado uno de los galanes más codiciados de la época.
Su admirador también le pidió que le regalara una canción, pero no para él, sino para grabar un disco con otros temas que le habían dado diferentes artistas y, con las ganancias obtenidas, apoyar a las causas de los actores.
Estos acercamientos hicieron que Alemán le tomara mucha confianza a Arturo Bretón, al punto en que ya compartían conversaciones del día a día. No obstante, una ocasión en que su fan estaba ebrio, llegó con el actor y le dijo: “Te voy a probar que una mentira repetida mil veces se convierte en verdad. Te voy a quitar todo lo que tienes, porque lo que tienes, lo quiero para mí”.
Julio estaba confundido, pero no le quiso prestar atención ya que sabía que Bretón no estaba en sus cinco sentidos. Lamentablemente, no se esperaba que “hubiera una maldad tan terrible”, confesó Alemán en Revelador de Vidas.
Pasaron sólo unos meses para que el protagonista de Corazón Salvaje recibiera la notificación de que alguien había firmado por él que le estaba cediendo todas sus propiedades a Arturo. Alemán, al no comprender la situación, acudió directamente con su supuesto admirador y lo cuestionó al respecto, él le dijo con cinismo que había tomado su firma del autógrafo que le dio.
En ese momento, al notar que Bretón iba en serio con su amenaza, contrató a algunos de los mejores abogados del país, pues no estaba dispuesto a nuevamente pensar que era un comentario más de Arturo y tampoco quería perder sus propiedades.
Fueron más de siete años en los que Julio Alemán estuvo en una lucha legal con Arturo Bretón a causa de una fotografía autografiada. Durante este tiempo, el actor fue varias veces citado para declarar, lo que le indignaba ya que siempre lo esposaban y recluían en una celda.
El histrión nunca se dio por vencido, pero sí llegó a pensar que esta batalla iba a durar toda su vida, pues el hijo del policía sabía lo que estaba haciendo y siempre conseguía la forma de que el caso se volcara a su favor.
No obstante, llegó el día en que todo terminó, tanto el conflicto como la vida de Arturo.
Mientras que Julio se encontraba en una gira teatral en Estados Unidos, recibió la noticia de que Arturo Bretón fue asesinado por una persona a la que le estaba haciendo una trampa similar. Esta víctima, al no soportar el enojo y no tener la paciencia para enfrentar el proceso con las autoridades, le dio un tiro en la cabeza.
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