Este jueves 30 de junio el público y el medio del entretenimiento se han puesto de luto con la sorpresiva noticia del fallecimiento de Fernando del Solar, querido conductor de televisión que se mantuvo presente en la pantalla mexicana desde inicios de la década de los 2000.
El presentador de origen argentino llevaba diez años padeciendo los embates del cáncer, en específico linfoma de Hodgkin, lo que fue deteriorando su calidad de vida a lo largo de una década en la que vivió avances en su salud y también algunos internamientos hospitalarios que incluso lo dejaron en estado de coma.
Del Solar inició su carrera en México a través de la pantalla de TV Azteca, donde participó por años en el programa matutino Venga la alegría, donde conquistó a la audiencia con su espontaneidad, aunque una oportunidad que significó para él un gran logro fue su llegada a la conducción de La academia, pues este proyecto le hacía mucha ilusión.
Pero su invitación a ser el presentador de la emblemática competencia de canto con la televisora pronto se vio empañada por el diagnóstico de su enfermedad, que por azares del destino le fue revelado justo el mismo día en que debutó junto a Ingrid Coronado, quien entonces era su esposa, en el reality.
Así, a la par de conducir el programa, en la vida privada el argentino libraba una lucha contra su padecimiento. Así fue como recibió la noticia:
“Me acuerdo que, justo habíamos conseguido una cita el 12 de julio de aquel año, del 2012, y ese día, en cadena nacional, el que era el director de entretenimiento me iba a dar el honor de conducir La academia”, contó Fernando en una entrevista transmitida durante el programa especial con el que se celebraron los 20 años de su creación.
El nacido en Buenos Aires hace 49 años recordó cómo recibió la gran oportunidad de su carrera a la par que vivía momentos de tensión en espera de que le fueran notificados los resultados del análisis médico que determinaría la presencia del cáncer en su organismo.
“En el mejor momento de mi vida, la sensación de La academia, el conductor de La academia, el estelar, en el prime time, horario central, o sea lo que siempre había querido, lo que siempre había deseado, me lo iban a estar dando ese día en vivo. Y en la noche, a las 12 de la noche me iba a recibir el oncólogo para confirmar si tenía cáncer o no”, recordó.
“Yo estaba en el foro recibiendo esta noticia feliz, pero a la vez, imagínense, con el miedo de que si en unas horas me dicen que tengo cáncer. El oncólogo lo único que hace es confirmar que tienes cáncer. Me acuerdo que yo me hacía chiquito en la silla mientras el doctor me decía: ‘Y bueno, vamos a hacer tal tratamiento, y quimioterapias…’, y uno se hace chiquito y lo único quiere es salir de ese lugar a gritar. Y a partir de ese momento cambió mi vida para siempre”, reconoció el hoy fallecido presentador.
Una vez conocido su diagnóstico, el trabajo y su desarrollo en los foros de TV Azteca fueron esenciales para que el conductor hiciera frente al tratamiento de su enfermedad, pues mientras aparecía sonriente a cuadro, Del Solar vivía la incertidumbre en la intimidad de su casa.
“Me aferré a La academia con uñas y dientes, porque para mí fue una manera de escaparme, escaparme de estar encerrado en mi casa. Y hacer La academia me obligaba a levantarme de la cama, a rasurarme, a verme bien, a tener algo en qué pensar en vez de torturarme durante todo el día dentro de las cuatro paredes de mi casa”, contó entonces.
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