Las canciones que Chavela Vargas le dedicó a Frida Kahlo

Chavela Vargas causó polémica al convertirse en una de las primeras mujeres en presentarse en un escenario vistiendo con pantalones para cantar música regional mexicana, pero también por ser una de las artistas que se relacionó sentimentalmente con Frida Kahlo y habló abiertamente de cómo fue su vínculo, el cual la llevó a dedicarle dos tristes canciones.

Según recordaba Chavela Vargas, desde la primera vez que vio a Frida Kahlo en un evento quedó maravillada de la mujer que era, pues no sólo le era atractiva, sino que era una persona abierta, no le importaba la impresión que daba a los demás y tenía ideales diferentes.

Pese a que la costarricense siempre dijo que mantuvo sólo una amistad con Frida, por lo que se volvió su amor platónico, hay quienes afirman que en realidad mantuvieron un noviazgo.

Vargas, en entrevista con Shalalá, recordó que durante muchos años se sintió atraída por la artista, pero ésta mantenía una relación abierta con Diego Rivera. Aunque la intérprete de Macorina no veía posible un romance entre ella y Frida, aceptó la invitación de la pareja para que viviera con ellos por algunos meses, así podrían convivir a diario.

Y es que, para entonces, Kahlo estaba postrada en su cama, apenas y podía moverse, pues fue una de las ocasiones en que su salud no tenía un buen avance. Luego de tener una muy buena química desde su primer encuentro con La Chamana, además de admirarla, Diego y ella le ofrecieron alojarse en su casa, por lo que la cantante vivió con la pareja por un año.

Durante ese tiempo, en el que se desconoce si verdaderamente las artistas mantuvieron un romance, Vargas le dedicó La llorona a Frida, canción que posteriormente fue símbolo de su relación, fuera romántica o amistosa.

Con esta canción, la cantante no sólo le habría hecho mención de lo que sentía al haber podido vivir sólo un amor platónico con la pintora, sino que pensaba que era la letra ideal para su amiga al haberla conocido en sufrimiento, tema que para Kahlo era su mayor inspiración.

Asimismo, la costarricense le dedicó de las canciones más tristes que tenía en su largo repertorio: Paloma Negra. Al igual que con La llorona, Vargas buscaba hacerle saber su amor y dolor, aunque ella misma llegó a confesar que le interpretaba canciones a todas las mujeres que le gustaban.

Durante la plática en Shalalá, Chavela comentó que ni siquiera podía recordar la forma en que intentaba conquistar a las mujeres que le atraían, pues siempre estaba ebria. Lo que sí recordaba es que siempre les cantaba al oído, sin importar si tenían pareja o no.

Según relataba la cantante, ella acudió a una reunión en la casa de la pintora por invitación de un amigo. Ella se presentó sin grandes expectativas de Frida, de quien había escuchado hablar mucho, pues pensó que sería una artista más.

No obstante, al momento en que la conoció, “fue un deslumbramiento al verle la cara, los ojos. Pensé que no era un ser de este mundo”, recordó La Chamana de cuando vio a Frida acostada en una cama.

Pese a que Vargas afirmaba que había decidido borrar todo rastro de las cartas de amor que le había enviado Kahlo, no eliminó todo registro de su relación con la pintora, pues después salió a la luz una misiva que Kahlo le envió a Carlos Pellicer, en la que describía la atracción que había sentido por la cantante desde el día en que se vieron por primera vez.

“Hoy conocí a Chavela Vargas. Extraordinaria, lesbiana, es más, se me antojó eróticamente”, escribió la artista.

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