Stella Inda, una de las estrellas de la Época de Oro del cine mexicano más importantes, logró que un director de cine le diera su primer papel protagónico gracias a que una prostituta le prestó ropa.
María de la Soledad García, mejor conocida como Stella Inda, comenzó su carrera en la actuación desde muy joven, pues desde niña supo que su vocación era la actuación. Debido a su interés en el arte histriónico, llegó a la Ciudad de México para estudiar en la Escuela de Arte Teatral del hoy INBA.
Luego de probar suerte con diferentes cintas, mientras que continuaba con sus estudios, fue invitada al baile Las orquídeas del cine nacional, evento al que Stella acudió porque quería divertirse un poco, no tanto porque buscara nuevas oportunidades.
Según relató en entrevista con Ximena Sepúlveda, fue en aquel evento que conoció a Adolfo Best Maugard, uno de los artistas plásticos más importantes de la época. El también director de cine la habría encontrado especial, pues lucía un vestido “muy pegado”, lleno de lentejuelas negras que la hacía sobresalir de entre otras.
Stella desde lo lejos notó que había llamado la atención del pintor y deseó que no se acercara a ella, pero él llegó a invitarla a bailar. La joven Inda, que en ese momento sólo quería disfrutar de su noche, lo rechazó y ambos se alejaron molestos.
Tiempo después, confesó Stella, se enteró de que Best Maugard estaba buscando actrices para que participaran en su nueva película, La mancha roja, y posiblemente había perdido su única oportunidad de trabajar con él al haberlo rechazado.
Fue entonces que Stella se dispuso a hacer lo necesario por contactar al artista y convencerlo de ponerla en su filme, pero no le fue tan sencillo, pues tuvo que pasar por una serie de pruebas para llegar a ser Camelia, el personaje principal.
En su primer acercamiento a Adolfo Best Maugard, Inda no logró hacer que el pintor le hiciera caso, pues así como ella lo hizo en el baile, él la rechazó.
No obstante, María estaba decidida y le insistió por mucho tiempo, hasta que él aceptó hacerle unas pruebas de cámara como extra en otra de las cintas que estaba preparando, Humanidad. Con este filme Best Maugard comprobó que Stella tenía talento, pero no lo convenció para ser parte de La mancha de sangre.
Y es que la histrionisa no sabía que la película trataría de una prostituta y sería rodada casi por completo dentro de un cabaret, por lo que no se había preparado para verse como el personaje principal.
Adolfo Best Maugard nuevamente la tuvo que rechazar y le explicó que, en realidad, ya había escrito el papel de Camelia para una actriz mayor, pues era necesario mostrar en pantalla madurez. En ese momento le reveló que el personaje era una prostituta.
A Inda eso no le importó, por lo que le dijo al director que ella era capaz de interpretar a esa mujer que él quería en su cinta. Maugard entonces le propuso ir juntos a un cabaret para que conociera el ambiente en el que debía de actuar.
Contrario a lo que se pensó, Stella no logró conseguir su primer protagónico al pedir prestada ropa a una prostituta porque no tenía dinero para comprar la propia, sino que lo hizo por su tenacidad.
Para sentirse como Camelia y convencer al pintor de que ella era capaz de interpretar al papel, al llegar al cabaret le pidió prestada ropa a una de las prostitutas y se la puso. Salió a bailar como una más de las mujeres que trabajaban en el lugar y Best Maugard quedó completamente convencido de que Stella Inda era la ideal para protagonizar La mancha de sangre.
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