A lo largo de su relación, María Félix y Agustín Lara constantemente peleaban, ya fuera porque a él no le gustaba la forma en que ella se comportaba o porque a La Doña no le gustaba que su marido la hiciera a un lado, No obstante, siempre había quien cedía y rogaba por redención, como lo fue en el caso de María, cuando un día entró a la fuerza a la casa del compositor para pedirle disculpas.
No era un secreto que la relación entre Agustín Lara y María Félix llegó a ser un tormento para ambos, pues los últimos años de su romance, que fueron los que vivieron en matrimonio, se basó en peleas que podían iniciar con cualquier pretexto y sólo tenían fin si alguno de los se mostraba dispuesto a disculparse.
Una de las discusiones más fuertes que llegaron a tener fue porque la protagonista de Doña Bárbara en una ocasión encontró la fotografía de Raquel Díaz encima del piano del Músico Poeta, en el mismo lugar donde tenía antes su retrato.
En aquel entonces La Doña ya sabía que Raquel era amante del Flaco de Oro, pero lo que le molestó fue que él lo hiciera evidente y, además, se atreviera a sustituir su imagen por la de otra mujer.
María ese día se marchó molesta de la casa de Agustín y fue a las filmaciones de la película La monja alférez y le aseguró que no regresaría jamás. Al compositor poco le importaron las palabras de Félix, pues sabía que en cualquier momento volvería ya que esa una constante en su relación.
Lara invitó a Raquel a su casa ya que la actriz no estaría y la periodista aceptó, sin esperar que sería testigo de una de las más extrañas escenas protagonizada por la pareja.
Pasaron unas cuantas horas cuando María comenzó a llamar insistentemente al compositor, pero él se negó a contestarle, lo que causó la desesperación de la histrionisa.
María habría dejado las grabaciones de la película para ir a la casa de su amado y saber por qué eludía sus llamadas, pero al llegar y darse cuenta que tampoco le abriría la puerta de su residencia, decidió saltarse una barda.
Díaz de León recordó en entrevista con Barra de opinión que ambos escucharon en el momento en que María pisó la casa de Lara una vez que se subió a la barda y bajó.
Sus pasos eran tan fuertes que se escuchaban por todos lados, lo que hizo que el intérprete de Noche de ronda escondiera a Raquel en su armario para no volver a hacer otra escena con María.
Desde dentro del clóset, la poetisa vio cómo en cuanto La Doña llegó a la habitación, se habría arrodillado frente al Flaco de Oro para pedirle perdón porque ya lo había acusado con la prensa.
Agustín le pidió a María que se levantara, pues no quería discutir. Le dijo que la llevaría a su casa para que se tranquilizara, pero no sin antes avisarle a Raquel, quien para ese momento estaba indignada por cómo el compositor se estaba comportando con ambas.
Ese momento había marcado no sólo la relación entre Félix y Lara, sino también la que mantenía con Raquel, pues la poetisa se dio cuenta de que ese no era el trato que quería para ella ni para la actriz, así que comenzó a distanciarse de él, y lo mismo hizo La Doña.
SEGUIR LEYENDO: