La inesperada muerte de María de Lourdes conmocionó a México y a su público extranjero, pues se cumplió una de sus más grandes temores, fallecer lejos del país y en uno de los mejores momentos de su carrera.
María de Lourdes comenzó su carrera en la música como la mayor parte de las cantantes en su época, luego de haber logrado convencer a algunos productores de que su voz es muy valiosa, entró a la radio con la XEQ, donde conquistó con su talento al público y, después, recibió la propuesta de la XEW para tener su propio programa.
De nueva cuenta, para los años 50, con su voz se abrió paso de entre sus colegas y llegó al cine, donde su éxito se hizo rotundo, pero su carrera no se frenó ahí, pues al ser nombrada como la Embajadora de la Canción Mexicana, llegó al corazón de los más importantes políticos; presidentes de diferentes partes del mundo comenzaron a pedirle realizar presentaciones en sus respectivos países. Esto permitió que su música alcanzara gran popularidad a nivel internacional.
Fue en 1991 cuando alcanzaría el mejor momento de su éxito a nivel internacional, pues fue invitada por la Reina Beatriz I de los Países Bajos para que cantara en el cumpleaños 80 del príncipe Bernardo.
Y es que la familia real de Holanda era fanática de la voz de María de Lourdes y el folklore mexicano, por lo que no perdieron la oportunidad de invitarla a sus más importantes eventos, tal como lo fue la celebración de algunos de los cumpleaños de la monarquía.
Luego de haber sido una de las invitadas de honor y cantar en el evento, la intérprete de Cruz de olvido se convirtió en la mexicana más famosa en Países Bajos, pues todos los holandeses querían seguir los gustos de la realeza.
María de Lourdes fue contratada por una disquera para que grabara un disco en Holanda, por tanto, también se dedicó a promocionar sus canciones en aquel país, haciendo al menos una gira cada año.
La cantante se dedicó a ser la embajadora de la canción mexicana más famosa de la época cuando su carrera fue truncada. Por coincidencia, una de sus canciones favoritas, México lindo y querido, predijo su muerte.
Tras terminar una de sus tantas giras por Países Bajos, en 1997 la intérprete de Aires del Mayab se encontraba en el aeropuerto internacional de Ámsterdam, esperaba ser llamada para tomar su avión de regreso a México, donde la esperaban cientos de fans.
Y es que la cantante sería reconocida en la Plaza de Garibaldi, donde ella misma develaría una estatua de ella con una altura de dos metros. Dicha escultura había sido hecha según su supervisión poco antes de que tuviera que viajar a Holanda.
Cuando finalmente había sido anunciado su vuelo, María de Lourdes caminaba por un pasillo del aeropuerto Schiphol, acompañada de su hijo, cuando se desvaneció de la nada.
En un principio, se pensó que la Reina del Mariachi se había desmayado, pues desde meses antes había presentado diferentes problemas de salud y se le dificultaba caminar, pero pronto descubrieron que sufrió de un infarto al miocardio que le quitó la vida y el deseo de morir en su país natal.
La noticia fue rápidamente comunicada a México a través del vocero de la disquera con la que había trabajado María, causando una gran conmoción a su público del país azteca. Asimismo, alrededor del mundo lamentaron el fallecimiento de la intérprete de Con mis propias manos y se realizaron homenajes musicales en su nombre.
Holanda, por su parte, se comprometió a agilizar los trámites para que los restos de la cantante llegaran en las mejores condiciones a México y se cumpliera su última voluntad, “que digan que estoy dormida y que me traigan a ti”.
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