El actor y productor Diego Luna presentó, de manera virtual, el cortometraje Agua en el Festival Internacional de Cine (FIC) de Guadalajara, para resaltar la importancia de cuidar el líquido vital.
“Nos unimos con Jorge Gutiérrez porque pensamos de origen en una animación y nunca habíamos hecho animación; así que, debíamos entender ese mundo y por suerte se sumó Jorge. Con El día después hemos trabajado muchos temas, pero ahora optamos por el agua para generar conciencia y reaccionar antes de que sea demasiado tarde”, señaló el actor.
Apuntó que se sienten orgullosos y agradecidos por haber logrado el cortometraje que les exigió trabajar en la rama de la animación, lo cual requirió de mucha paciencia para entender sus prioridades.
El trabajo de ambos ya puede ser visto en redes sociales, además de que será proyectado antes de cada cinta de la categoría Premio de cine socioambiental del FIC de Guadalajara.
“La película es una oportunidad de conectar públicos y generaciones, dejar esa sensación de decir esto que vi está empezando a hacer un eco en otras cosas de mi vida”, dijo Diego Luna.
Por su parte, Jorge Gutiérrez dijo que no está acostumbrado a trabajar en proyectos como este, sin embargo, el cortometraje realizado con Diego Luna lo “dejó llorando con el mensaje que quería transmitir, lo más increíble del corto es que habla el lenguaje universal del cine”.
Cabe apuntar que el corto forma parte de la campaña #AguaPasaPorMiCasa, la cual quiere crear consciencia entre las personas sobre la crisis hídrica y crear una red ciudadana de difusión y denuncia sobre las condiciones de abandono, contaminación o sequía de ríos, lagos y mares.
En febrero pasado, el actor mostró su interés por comunicar y sensibilizar a las personas sobre el problema del agua. “El acceso al agua en México es un reflejo más de la desigualdad y de las enormes carencias que tantos y tantas tienen en el país”, dijo para EFE.
Según relata Luna, es necesario optar por una mirada crítica a la hora de tratar un tema tan fundamental y tan vital como la distribución, escasez y la contaminación de ríos, cuencas y cuerpos de agua.
“Hay que cambiar la narrativa. Nos han hecho pensar que el tema del agua tiene que ver con si abrimos o no la llave, o cuántos minutos nos bañamos, y no va por ahí. El acceso al agua es otra cosa, el problema es a dónde llega y a dónde no, cuáles son los intereses que mueven el agua”, relató.
Por ello Luna considera importante tomar conciencia de qué tipo de consumidor es cada quién, y la responsabilidad que esto conlleva, pues para poder tener cierto impacto en dichos temas es fundamental conocer los procesos que lleva a cabo cada industria y cómo es su relación con el medio ambiente.
“Hay que pensar, cuando consumimos ¿parte de qué cadena nos volvemos? (...) Si te interesa cuidar el agua sería mucho más efectivo comprar ropa de segunda mano, a que dejes de regar tus plantas”, cuenta.
Y se cuestiona cómo es posible que en lugares con escasez de agua el Gobierno otorgue concesiones para su uso a ciertas empresas, pero esta no se encuentra disponible para los ciudadanos que ahí habitan, como en el caso de algunas cerveceras en el país. “Por razones políticas el agua llega o no a ciertos lugares, queremos concientizar el mundo de la complejidad de la realidad y lo mucho que podemos hacer presionando como ciudadanía”, dice.
A Luna el tema lo impacta de manera especial porque lo primero que piensa cuando se trata el asunto, es la relación que su hijo y su hija pequeña tejerán con dicho recurso natural, pues seguramente cuando los niños de su generación piensan en agua se imaginan botellas, mientras que la generación de sus padres pensaba en ríos.
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