José Alfredo Jiménez fue uno de los compositores de la Época de Oro más importantes, pero también fue uno de los artistas más románticos, pues con sus versos logró conquistar a decenas de mujeres, entre ellas sus musas, que también llegaron a ser sus esposas.
Una de las primeras conquistas fallidas que tuvo José Alfredo Jiménez fue con su prima, una joven de la que él se encontraba muy enamorado. Él tenía 17 años cuando fue rechazado por su pariente y decidió convertirla en su musa, por lo que varias de las canciones que compuso en esa época fueron para ella.
Según José Alfredo Jiménez Medel, su padre escribió Ella para su prima, pues de esa forma quiso hacerle saber cuánto le dolió su rechazo.
Casi 10 años después llegó el segundo gran amor del Hijo del Pueblo, pues se casó con Paloma Gálvez el 27 de julio de 1952. Su boda fue una de las más importantes del espectáculo de la época.
Entre los invitados se encontraban artistas, periodistas y cientos de fanáticos que querían ser testigos de una historia de amor que apenas comenzaba y ya estaba rodeada de leyendas sobre la forma en que se habrían prometido estar juntos para toda la vida.
Se sabe que el compositor se inspiró en Paloma para hacer varios de sus más grandes éxitos, tal como lo fue Paloma Querida, canción que escribió para pedirle matrimonio. Serenata Huasteca fue otro de los temas que escribió Jiménez para su esposa cuando él se encontraba de gira.
Luego de haber tenido dos hijos, José Alfredo Jr. y Paloma, la pareja se separó en 1960 porque Gálvez no quiso soportar más los excesos de su esposo, pero su matrimonio no fue anulado, motivo por el que el intérprete no volvió a casarse.
Rápidamente, el también cantante encontró una nueva musa, con quien también formó una familia. La actriz Mary Medel conquistó el corazón del compositor y nunca se casó con él, pero se presentaban al público como un matrimonio.
Con la histrionisa tuvo cuatro hijos: José Alfredo Jiménez Medel, Martha del Carmen, José Antonio y Lupita. Supuestamente, durante esta relación habría surgido uno de sus más polémicos romances, aunque nunca se comprobó que fuera real.
Lucha Villa habría sido una de las mujeres con quienes José Alfredo le fue infiel a su esposa, pues, según se corrió el rumor, la Grandota de Camargo y el intérprete de Te solté la rienda habría tenido una muy buena química desde que conocieron para trabajar juntos.
La amistad que formaron habría trascendido a una relación formal, que habrían tenido que mantener en secreto debido a que él estaba casado, según Rosa Elena Miller, hija de Lucha. Aseguró que ella llegó a escuchar sus pláticas por teléfono, donde se declaraban su amor.
Pasaron varios años para que Medel y Jiménez se separaran, momento para el que él ya tenía una nueva conquista, Alicia Juárez.
Alicia conoció a El Rey a sus 17 años, cuando él decidió apadrinarla en su carrera. Fueron amigos por varios años, hasta que él se habría dado cuenta de que estaba profundamente enamorado de ella, por lo que comenzaron su romance.
Juárez fue testigo de cómo la salud del intérprete de Cuatro caminos fue decayendo desde que en 1968 lo diagnosticaron con cirrosis hepática. Ella se quedó con él durante sus peores momentos, inclusive cuando sufrió de maltratos por parte del cantautor.
José Alfredo grabó un disco con Alicia y nunca tuvieron hijos ni se casaron, pero sí vivieron en unión libre.
Otros de los supuestos amores del Hijo del Pueblo se rumoró que fue Irma Serrano, con quien intercambió cartas de amor hasta poco antes del día de su muerte. Supuestamente, a ella le habría compuesto Si nos dejan.
María Félix también aseguró que Alfredo estuvo enamorado de ella por muchos años, pero siempre se resignó al rechazo, motivo por el que le dedicó Ella.
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