Benedict Cumberbatch es uno de los actores más versátiles de su generación. El arte de la interpretación le corre por las venas. Nacido en Londres el 19 de julio de 1976, es hijo de los actores británicos Timothy Carlton y Wanda Ventham. El dos veces nominado al Oscar por “El Código Enigma” y “‘El poder del perro” además de ser un hombre talentoso, es uno con suerte. Es que en sus 46 años se enfrentó cuatro veces a la muerte y salió victorioso.
Es de los preferidos de los amantes del cine y uno de los favoritos entre los conductores para entrevistar. Catalogado como “el nuevo rey de los impresionistas”, Cumberbatch puede copiar a múltiples artistas como Sean Connery, Tom Hiddleston y John Malkovich.
Perteneciente a una familia de clase alta, el británico -que saltó a la fama por su interpretación de Sherlock Holmes en la serie de la BBC- siempre ha dado que hablar por su trabajo, manteniéndose alejado de los escándalos. Ex vegano y practicante de la meditación, quien interpreta a Doctor Strange en las películas del Universo de Marvel busca la manera de combinar su amor por la actuación y la vida tranquila, fuera de los focos de atención.
Como dijo su buen amigo Matthew Goode, coprotagonista en “El Código Enigma”: “Recuerdo que vino a nuestra casa después de haber terminado algo en el Teatro Nacional y otra película más, y mi esposa dijo: ‘¿Cómo estás? Y él dijo: ‘Sí, estoy bien, quiero decir, estoy desempleado en este momento...’ ¡Había estado desempleado durante dos días!”.
En una de sus entrevistas contó que la muerte le ha estado tocando muy de cerca: “Estos eventos sísmicos te dan una perspectiva sobre la mortalidad. Te das cuenta de que no debes preocuparte por las cosas pequeñas. Y solo para disfrutar el paseo de estar vivo”.
Un secuestro en África
A pesar del éxito que ha tenido en los últimos años, Cumberbatch no siempre lo ha tenido fácil en el mundo de la actuación. De hecho, durante un rodaje en Sudáfrica, antes de saltar a la fama, el actor vivió una terrible experiencia: fue secuestrado.
En 2005, se encontraba en Santa Lucia, Sudáfrica, rodando “To the ends of the Earth”, una miniserie de la BBC. En un alto del rodaje, junto a Theo Landey y Denise Black, dos de sus compañeros de filmación, decidió conocer las playas del lugar.
El problema comenzó cuando se les pinchó un neumático en medio de la noche. Pensaron que alguien se acercaba a ayudar pero se equivocaban, del vehículo bajaron seis hombres enmascarados y con fusiles. Rápidamente los pusieron de espalda y les ordenaron que colocaran sus manos en la cabeza. “Hacía frío y estaba oscuro. Teníamos cuidado porque es un lugar notoriamente peligroso para conducir”, dijo a The Hollywood Reporter. “Comenzaron a cachearnos y dijeron: ‘¿Dónde está su dinero? ¿Dónde está la droga?’ - habíamos fumado un poco de hierba- Y en ese momento, esta adrenalina de lucha o huida simplemente explotó en mi cuerpo. Yo estaba como, ‘Vamos a morir’”.
Paralizados, sin resistirse, obedecieron cuando los atacantes los obligaron a entregarles sus teléfonos y tarjetas de crédito. Según cuenta el actor de “The Imitation Game”, los asaltantes lo metieron en el maletero del auto. Una vez con el vehículo en marcha, la desesperación de Benedict fue a más. Empezó a patear el capot y gritar pidiendo ayuda. “Estaba asustado, realmente asustado. Les dije: ‘¿Qué vas a hacer con nosotros? ¿Nos vas a matar?’”, relató el actor, que temía algún acto salvajismo contra él o sus amigos.
Tomados como rehenes, recorrieron un largo camino de tierra a bordo del auto que quedó en control de los secuestradores. Pero Cumberbatch actuó para que no pasase lo que todos temían y negoció para que lo dejaran salir del baúl. Empezó a dialogar con los delincuentes, y decirles que lo que estaban haciendo solo les traería problemas, y les aseguró que padecía una enfermedad en el corazón. “Solo traté de explicarles: ‘Voy a morir, probablemente tenga un ataque y va a ser un problema para ustedes. Voy a ser un inglés muerto en su auto’”.
Ante estas palabras, los delincuentes lo sacaron del baúl y lo ataron junto con sus dos amigos. El secuestro duró el tiempo que tardaron en llegar a un cajero automático y extraer dinero con las tarjetas de las tres víctimas. Luego, los hombres escaparon y tanto Cumberbatch como las otras dos personas salieron ilesas.
Según sus propias palabras, le cambió la forma de ver las cosas. Ha admitido que, a partir de entonces, quiso asegurarse de que su vida no fuera normal y empezó a buscar nuevas experiencias. “Me enseñó que llegas a este mundo de la misma forma que lo dejas, por tu cuenta. Me hizo querer vivir una vida menos ordinaria”, reflexionó sobre el hecho.
La muerte siempre estuvo muy cerca
No fue la única vez que estuvo al borde de la muerte.
La primera vez fue cuando era apenas un bebé. Su media hermana, Tracy, que es 17 años mayor que él, lo estaba cuidando y lo dejó en el techo y olvidó que estaba allí. Era pleno invierno en Londres. “Estaba en la cocina con sus amigos y de repente vio que la nieve caía por la ventana”, dijo Cumberbatch a la revista GQ.
Lamentablemente, en 2021, Tracy murió de cáncer después de vivir con la enfermedad durante siete años. El actor dijo que fue horrible enterarse de su muerte, pero recordaba con cariño a Tracy. “Ella no tenía nada que ver con este mundo. Era marcadamente diferente”.
Otra situación que casi le cuesta la vida sucedió el 26 de julio de 1994. Tenía 18 años por aquel entonces y cursaba el último año en Harrow, una de las más prestigiosas escuelas privadas de Londres. A punto de quedarse dormido en su habitación sintió que el piso se estremecía a causa de una explosión. No llegó a darse cuenta de lo que estaba pasando cuando los vidrios estallaron. Una nube de polvo lo envolvió, sus oídos zumbaron. Asustado, desesperado, corrió hasta la habitación de sus padres. “Me preguntaban: ‘¿Estás bien?’, ‘¿Estás bien?’. Les respondí que no, que no podía escuchar con un oído”.
Lo que había ocurrido fue que un coche bomba había estallado junto a la Embajada de Israel, hiriendo a 30 personas. Toda la zona se llenó de gente gritando y de sirenas, pero alrededor de Benedict todo era silencio. Días después, el actor recuperó su audición.
La cuarta vez que tuvo una experiencia cercana a la muerte fue cuando terminó sus estudios secundarios. Decidió tomarse un año sabático pero en vez de salir a recorrer el mundo con una mochila se le ocurrió enseñar inglés a unos monjes en el Tíbet.
Uno de esos días, el británico decidió salir a explorar las montañas con cuatro amigos. Con unas galletas y un trozo de queso para todos partieron para la aventura. Todo parecía ir bien hasta que, finalmente, se perdieron. Caminaron sin rumbo durante dos días. Al borde de la deshidratación exprimieron los musgos que encontraron en algunas piedras para lograr un poco de agua. Durmieron en un establo de animales que olía a excremento y tuvieron sueños alucinógenos provocados por el mal de altura. Finamente, encontraron la casa de un sherpa, que los alimentó y los condujo sanos y salvos hasta el monasterio.
Un gran amor y una tradicional propuesta de matrimonio
Discreto en lo personal, el inglés ha querido entrar en pocas ocasiones en detalles sobre su vida privada. Se sabe que mantuvo una relación de doce años con la actriz Olivia Poulet, a la que conoció en la Universidad de Manchester, y fue uno de sus grandes amores. Se separaron antes de que el actor se hiciera mundialmente conocido, allá por 2011.
Luego de su separación, el intérprete disfrutó de su soltería. Tras un breve romance con la diseñadora Anna Jones, se mostró muy cercano de la modelo y heredera estadounidense Lydia Hearst, aunque esta aventura tampoco prosperó. A los meses, y pese a su fama incipiente, la prensa del corazón lo descubrió junto a la actriz Alice Eve.
El actor había conocido a la actriz y reconocida directora teatral Sophie Hunter en 2009 durante el rodaje del thriller “Burlesque Fairytales”, pero, por ese entonces, ella no le llamó la atención, ya que sólo tenía ojos para Poulet. Pero cuatro después, se reencontraron de casualidad. Fue amor a segunda vista y se dieron cuenta de que eran el uno para el otro.
El anuncio de su compromiso fue tan sorpresivo como su noviazgo. La pareja lo hizo público fue una manera muy británica y tradicional, a través de un aviso en la sección de clasificados de sociedad del periódico The Times. “Se anuncia el compromiso entre Benedict, hijo de Wanda y Timothy Cumberbatch de Londres, y Sophie, hija de Katherine Hunter de Edimburgo y Charles Hunter de Londres”, rezaba el aviso del 5 de noviembre de 2014.
El actor viajó hasta Edimburgo para hacer formal el pedido ante la madre de Sophie.
Tres meses después de su compromiso, la pareja dio el sí en una ceremonia en la Isla de Wight. Los novios eligieron el Día de San Valentín para sellar su amor frente a sus familiares y amigos más cercanos. “Fue un día mágico”, dijo su portavoz, que siguiendo las indicaciones de su representado prefirió no entrar en más detalles sobre la boda.
Poco después de contraer matrimonio, Benedict y Sophie se convirtieron en padres de su hijo, Christopher Carlton. El 3 de marzo de 2017, agrandaron la familia con el nacimiento de Hal Auden y el 11 de enero de 2019, le dieron la bienvenida a su tercer hijo, Finn.
A ellos se refería el actor en la revista Esquire. “Me gusta mucho mi trabajo. Cuando trabajo, quiero trabajar duro. Tiene que merecer la pena dejar a mi familia y mi casa para hacerlo. Para que ellos, esto suena raro, pero supongo que para validar que yo no esté allí”.
Propietario desde hace poco de su propia estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood, revelaba también recientemente la curiosa manera en la que se enteró de su nominación a los Oscar 2022. En una entrevista con The New York times, dijo que todo el mundo se enteró de la noticia antes que él, ya que estaba durmiendo cuando se confirmaron las nominaciones y no había encendido su móvil. “Así que lo encendí y les expliqué a tres caritas un poco confundidas lo que significaba y por qué me reía y sonreía tanto, y tuvieron diferentes respuestas. Fue un momento encantador para compartir con mis hijos”.
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