En el Reino Unido iniciaron las celebraciones del Jubileo de Platino de la Reina Isabel II, pues este 2022 se conmemoran sus 70 años en el trono, suceso histórico que la convierte en la monarca británica que más tiempo ha permanecido dirigiendo el Estado. La Reina de 96 años se mostró en todo momento llena de paz, emoción y muy contenta a lo largo del festejo.
Lo que llamó la atención de la audiencia fueron las reacciones de sus bisnietos, George, Louis y Charlotte, siendo la de Louise la más particular, debido a que durante la presentación del vuelo de la Real Fuerza Aérea, el pequeño no pudo disimular su malestar por el fuerte ruido que genera el paso de las aeronaves.
Durante el desfile aéreo, unos 15 aviones pasaron por encima del Palacio de Buckingham, formando el número 70, en conmemoración a los años que lleva en el trono la Reina Isabel II. Sin embargo, ni los aeronaves, ni la Reina fueron los protagonizas durante este hecho, ya que la incomodidad del pequeño príncipe Louis llamó la atención de todos los que presenciaban el espectáculo.
Al principio, el menor de los tres hijos del príncipe William, se le ve contento al lado de su familia saludando a las aeronaves a la distancia, pero instantes después, cuando éstas se acercaron al balcón, de inmediato se logra apreciar cómo el niño procede a taparse de manera desesperada sus oídos por el fuerte ruido del vuelo.
En ese preciso momento, su madre, Catalina, duquesa de Cambridge, se percata de la situación y se ríe en un gesto de darle tranquilidad al pequeño, como para demostrarle que no pasa nada y que el estruendo es momentáneo. Luego que los aviones pasan, la madre se inclina para calmar a su hijo, le acaricia el cabello y se observa que le dice algo al oído como para transmitirle mayor tranquilidad.
Asimismo, su bisabuela, la Reina Isabel II, también se percata de los gritos y el malestar del pequeño Louis, por lo también se dirige al él tocándole el hombro, de manera distante pero amable -muy característico del estilo de la monarca- y le dice algo con una sonrisa, probablemente para transmitirle calma a su bisnieto dentro de los nervios que le produjo el fuerte sonido del desfile aéreo.
Este jueves desde el balcón del Palacio de Buckingham, la Reina Isabel II salió a admirar el desfile que marcó el inicio de cuatro días más de fiesta en su honor. La monarca se mostró muy contenta, ataviada con un traje a su medida color azul claro, saludaba y sonreía mientras observaba el paso de las avionetas que formaron en la inmensidad del cielo un perfecto número 70. Parte de su familia real la acompañó en todo momento, incluidos los hijos de su nieto, el príncipe William, y Kate Middleton.
Por otro lado, la presentación de la Real Fuerza Aérea, conocida por ser la unidad independiente más antigua del mundo, tuvo un vuelo muy especial de tres servicios donde sobrevoló el Palacio de Buckingham para celebrar la ceremonia de Su Majestad la Reina. Las demás celebraciones que incluyen los cuatro días del Jubileo de Platino contemplan un servicio de acción de gracias el viernes en la Catedral de St. Paul en Londres, un concierto en el Palacio de Buckingham el sábado y un desfile organizado por miles de artistas de escuelas y grupos comunitarios de todo el país el domingo por la tarde.
Cabe mencionar que desde el arranque de las actividades festivas de la Reina Isabel II se dieron cita desde muy temprano miles de personas, los mismos ingleses y sorpresivamente una buena cantidad de extranjeros que únicamente viajaron a Londres para presenciar aquel hecho histórico.
Desde días previos a la ceremonia de inauguración el Reino Unido se alistó para la ocasión. Por las calles de Londres se pudieron apreciar cientos de banderas azules con la icónica cruz rojiblanca; el rostro de la monarca inundó más de lo normal las paredes y los ciudadanos orgullosos mostraron sus insignias reales.
Fue en el primer desfile, del día jueves, que enormes multitudes convergieron en el centro de Londres bajo un sol brillante para el comienzo de cuatro días de eventos públicos. Es muy importante para el Reino Unido, pues podría tratarse del último gran evento público de su largo reinado.
Ante el gran festejo, los países vecinos y amigos no se quedaron de brazos cruzados y enviaron a la gobernante majestuosos regalos; tal fue el caso de Francia, que envió un caballo de raza junto con una silla de gala y un sable de caballería.
Además, el presidente Emmanuel Macron prometió que se plantarán setenta árboles en otoño en el Memorial de Ver-sur-Mer, uno por cada uno de los años de reinado.
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