En México se conoce que “las adelitas” fueron soldaderas muy importantes en la Revolución Mexicana, su función principal era auxiliar a los heridos en combate y fueron avanzando conforme se movía la guerra. El corrido de La Adelita era muy popular entre las tropas y se cree que se inspiró en Adela Velarde Pérez.
El escritor e historiador Paco Ignacio Taibo II en su libro Pancho Villa una biografía narrativa escribió: “No es casual que pocas de las soldaderas míticas de la Revolución Mexicana fueran de la División del Norte, que solía dejar atrás a las soldaderas cuando combatía y muchas veces les impedía el acceso al frente. Eso no quita que le cantaran a todas”.
También escribió sobre la historia que inspiró la canción y afirmó que las tropas solían cantar “obsesivamente” La Adelita, La Cucaracha y El Torito acompañados de trompetas, pero eran canciones de marcha y no de batalla.
Paco Ignacio contó que Adela Velarde provenía de Ciudad Juárez de una familia adinerada y era enfermera de las tropas de la brigada de Domingo Arrieta en la División del Centro de Durango y participó en la batalla de Torreón. Para finales de 1913 la brigada del General Domingo Arrieta León se encontraba combatiendo en Sinaloa y el director de la banda Luis Reyes tomó una melodía popular, hizo el arreglo musical y la tropa puso la letra.
Fue así que tomaron la historia de Adela, la cual tenía un novio, el sargento zacatecano Antonio Gil del Río que murió en Torreón tras cruzar la línea de fuego llevando una cantimplora para asistir a los heridos. Fue así como los Dorados se apropiaron de la canción y la hicieron uno de los himnos más importantes de la época, explicó el autor.
Se cree que Adela nació a inicios de septiembre de 1900, cuando la Revolución Mexicana estalló ella era muy joven, sin embargo no fue impedimento para huir de su casa para unirse a las tropas y cuidar de los heridos. Fue alrededor de 1913 cuando se unió a la Asociación Mexicana de la Cruz Blanca, y se piensa que ella fue la creadora del grupo Las Adelitas.
Una leyenda dice que el teniente villista Antonio Gil, el cual estaba profundamente enamorado de Adela, le tocaba canciones de amor con su guitarra y en sus últimos minutos con vida quedó en los brazos de su enamorada él le recitó: “Si acaso yo muero en campaña, y mi cadáver lo van a sepultar, Adelita por Dios te lo ruego, que con tus ojos me vayas a llorar”.
Después le señaló su mochila para indicarle que tenía algo para ella, el regalo era una hoja de papel con el corrido escrito para ella, Adela se lo entregó al director de los músicos y comenzaron a interpretarlo.
Al terminar la Revolución fue considerada oficialmente veterana de la guerra el 22 de febrero de 1941 cuando la Secretaría de la Defensa le otorgó en vida la Condecoración al Mérito Revolucionario. 20 años después el Congreso de la Unión le dio una pensión vitalicia y en 1962 fue nombrada miembro de la Legión de Honor Mexicana.
En 1965 se casó con el coronel Alfredo Villegas y vivieron en Estados Unidos hasta el último día de su muerte el 4 de septiembre de 1971 en Ciudad del Río, Texas.
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