Durante su matrimonio con María Félix, Agustín Lara se convirtió en uno de los compositores más románticos e, inclusive, escribió varias canciones para su esposa, pero todo llegó a su fin en medio de peleas y rumores debido a problemas de celos y ego del Flaco de Oro.
María Félix conoció a Agustín Lara gracias a que un amigo en común los presentó porque sabía que ella era una gran admiradora del compositor. Desde su primer encuentro, ella se dispuso a conquistarlo, pues le maravilló la personalidad e inteligencia de su futuro esposo.
No pasó mucho tiempo para que la amistad pasara al noviazgo y en 1940 ya vivían bajo el mismo techo.
Ambos estaban completamente enamorados y disfrutaban de su relación, no obstante, unos meses después los problemas comenzarían a absorber su amor y ella empezó a buscar la forma de terminar su romance.
Según expuso La Doña, ella usualmente recibía regalos de sus admiradores, también la llamaban por teléfono, la invitaban a cenar o a algún evento, algo que ella solía aceptar, pues no veía nada malo en esto, pero Agustín, sí.
El Flaco de Oro era una persona muy celosa con su pareja y siempre encontraba la forma de reclamarle que no estuviera en casa o que recibiera cosas de hombres que sabía que la pretendían, por lo que la histrionisa decidió buscar de qué forma podía devolverle las quejas.
María se enteró de que su novio la engañaba con una de las bailarinas de un centro nocturno en el que él trabajaba, así como se dio cuenta de que Lara coqueteaba con las mujeres que lo rodeaban a donde fuera, pero no se dejó llevar por el enojo y le pidió a su madre consejos sobre como terminar su relación.
La mamá de Félix le dijo que ella no se caracterizaba por ser una persona normal, así que lo más inteligente era casarse y, después de haber obtenido lo que quería de él materialmente, divorciarse.
Para La Doña tenía sentido lo que su madre le dijo, así que siguió su consejo y llegó al altar con Agustín Lara la Nochebuena de 1945. La boda estuvo llena de lujos y, principalmente, de champagne, pero el amor no los acompañó y los problemas continuaron tomando fuerza.
Durante su luna de miel en Acapulco, Guerrero, la actriz se dio cuenta de que si su relación continuaba por el camino en el que estaba, posiblemente ella estaría en riesgo, pues Lara hizo algo que la hizo asustarse y guardarle rencor.
Se encontraban descansando sobre un montículo de arena cuando vieron a una lagartija que a ella le pareció bonita. El compositor rápidamente la tomó como para matarla, pero ella lo detuvo al ver sus intenciones y le pidió que no lo hiciera. Sin embargo, Agustín la aplastó contra las rocas, quitándole la vida.
En ese momento ella pensó que si las cosas se salían de control, en cualquier momento su esposo podría actuar de la misma forma con ella. Desde entonces, María Bonita se tomó en serio la separación.
Luego de más peleas y varias humillaciones por parte de Lara hacia María, ella decidió dejarlo con el pretexto de que quería quedarse en Madrid una vez que tocó suelo europeo.
Ya que el Flaco de Oro no quería estar en España por mucho tiempo, aceptó el divorcio y en 1948 firmaron su separación. Él le dedicó Madrid como carta de despedida a la histrionisa y ella se dedicó a disfrutar de su soltería y su carrera en Europa.
SEGUIR LEYENDO: