Después de darle vida a Antonella en Atrévete a soñar, Violeta Isfel se convirtió en una de las actrices juveniles más queridas por el público debido a su talento y carisma, característica que contrastan con su recordado personaje. En los últimos años ha ganado presencia en redes sociales por su negocio de hamburguesas y sus fotografías que le sirvieron para construir un vínculo más cercano con sus fans.
Gracias a ello, decidió abrir su corazón para compartir algunas experiencias que han dejado una huella imborrable en su vida a sus 36 años y han funcionado para convertirla en una mejor persona. Contrario a lo que muchos pueden llegar a pensar, la intérprete no vivió una niñez y adolescencia fácil, enfrentó bullying cuando iba a la escuela y sufrió una relación tormentosa con el padre de su hijo.
En entrevista con Gustavo Adolfo Infante para El minuto que cambió mi destino, Violeta Isfel contó que cuando decidió abandonar la casa de sus padres tenía alrededor de 15 años y se mudó con su pareja sentimental de ese entonces, quien todavía vivía con sus padres. En aquellos años, la oriunda de la Ciudad de México acababa de ganarse una beca para estudiar actuación y el dinero le servía para sobrevivir.
Sin embargo, como ella y su pareja no trabajaban dependían de ese ingreso especial para cooperar en los gastos de la casa: “Me daba mi dinero justo para poder venir y lo demás se tenía que quedar en la casa. Entonces hay muchas cosas que cuando eres morrita, cuando tienes 15, no ves y como que de pronto ya andaba con un pantalón nuevo”, declaró.
Violeta confesó que en ese momento su única preocupación era dar su mejor esfuerzo para convertirse en una gran actriz y convertirse en madre, por lo que no notaba ciertas acciones que calificó como “un grado de abuso” por parte de su entonces novio, pues dejó entrever que posiblemente el dinero lo ocupaba para gastos personales.
“No sé por qué comencé a insistir que quería ser mamá sólo que no me fije en las condiciones en las que estaba viviendo porque yo estaba como nublada de ‘todo es rosa, no hay problema, hoy por ti mañana por mí'”, continuó.
La actriz de Porque el amor manda comentó que no sólo apoyaba económicamente, también ayudaba en los quehaceres del hogar a manera de “agradecimiento” por el apoyo que le estaban dando, sin embargo, con el paso del tiempo se transformó en una obligación.
“Al principio se vio como un ‘Yo le ayudo, señora’, yo en acomedida. No supe en qué momento se volvió en una obligación [...] entonces en sumisión total ‘Sí, señora’ [...] Esta mujer que vez se construyó sola, nunca fui así, o sea en esa época no era así, era muda”, expresó.
Después de algunos meses intentando embarazarse, lo logró y compartió la enhorabuena con su entonces novio, pero no recibió la respuesta que esperaba.
“A partir de ese momento fue bien raro porque yo vivía en mi burbuja, como buena noña me inscribí a una revista para aprender a ser mamá [...] mientras a bajo escuchaban banda o narcocorridos yo a arriba a Omar [su hijo] le ponía Mozart”, recordó.
Dentro de todo destacó que su expareja tenía un fuerte problema de alcoholismo “me queda claro que el patrón lo fui arrastrando” porque su padre también pasó por una situación similar que logró superar con terapia. Todos estos factores influyeron para que un día se diera cuenta de la situación y decidiera seguir su camino solo con su hijo.
El momento clave ocurrió cuando Omar estaba llorando porque tenía hambre y en una desesperación por callarlo, el padre del bebé intentó sacarlo al patio mientras llovía, pero afortunadamente Violeta lo detuvo.
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