Sin duda, Margot Robbie ha sido una de las actrices más demandadas de la última década. Desde su papel estelar en “El lobo de Wall Street”, la artista australiana se ha disparado al estrellato, robándose toda la atención como la excéntrica supervillana Harley Quinn en “Suicide Squad” o como la leyenda Sharon Tate en “Once Upon a Time ... in Hollywood” de Tarantino.
Margot ya obtuvo una nominación al Oscar por su papel principal en la película biográfica de Tonya Harding de 2017 “I, Tonya” y una nominación al Oscar a la Mejor Actriz de Reparto en el drama basado en hechos de 2019 “Bombshell”.
Recientemente, la actriz se puso en la piel de Barbie, basada en la famosa muñeca. Dirigida por Greta Gerwig, quien coescribió el guión con Noah Baumbach, su pareja en la vida real. La trama de la película actualmente es una incógnita. Ken está interpretado por Ryan Gosling.
La escena sexual que la marcó para siempre
En el camino hacia la cima, Margot tuvo que que pasar momentos difíciles que la formaron como profesional. Como una escena en “El Lobo de Wall Street”, donde reveló que se sintió acosada por 30 hombres.
Nacida en Queensland, Australia, la artista comenzó en el mundo del espectáculo como modelo mientras perseguía su sueño de ser actriz. En 2013 llegó la oportunidad en Hollywood que tanto estaba esperando cuando Martin Scorsese la llamó a un casting para la producción que la catapultaría a la fama. En la audición compartió escena con el protagonista Leonardo DiCaprio y sorprendió a todos con lo que hizo: improvisó una bofetada al actor que no estaba en el guion.
Según relató, al momento de la audición, solo pensaba en que tenía 30 segundos para impresionar a DiCaprio y al director. Así lo contó: “Empiezo a gritar y él me grita a mí. Él es realmente aterrador, apenas pude mantener el ritmo”. Es entonces que siguiendo su línea, DiCaprio le dice “Debes estar feliz de tener un marido como yo. Ahora ven aquí y dame un beso”.
“Así que camino hasta muy cerca de su cara y entonces pienso que ‘tal vez debería darle un beso, ¿cuándo tendré otra oportunidad de besar de Leo Dicaprio?’, pero en lugar de eso le pegué en la cara. La habitación se quedó en silencio y me congelé”, contó.
Robbie creyó que nunca más volvería a trabajar en Hollywood, pero sucedió todo lo contrario. “En lugar de estar furioso, tanto Martin Scorsese como Leonardo DiCaprio se echaron a reír”, agregó antes de revelar que el actor le pidió que lo golpeara de nuevo.
Ese acto audaz le valió que sea contratada para el papel de Naomi Lapaglia en la exitosa película que recaudó 392 millones de dólares. Su personaje era la amante de Jordan Belfort (DiCaprio) y luego se convirtió en su esposa. En el marco de la ficción, la actriz protagonizó escenas íntimas con poca ropa. Sin embargo, hubo una de ellas que hasta hoy recuerda.
La secuencia en particular mostró a Margot en una habitación junto con DiCaprio. Allí ella le muestra su entrepierna mientras se masturba frente al actor. Si bien la imagen dura apenas unos segundos, para la actriz significaron horas de incomodidad.
“No te das cuenta cuando estás viendo la película, el público no lo ve, pero en realidad estábamos en una habitación muy pequeña con 30 personas del equipo mi alrededor. Todos ellos hombres”, explicó a la revista Porter. “Durante 17 horas estuve fingiendo estar tocándome”, indicó sobre la mala experiencia.
Por lo pronto, hizo referencia a cómo se sintió ese día y a todo lo que tuvo que dejar de lado para poder salir adelante sin ser afectada: “Es una cosa muy extraña, debes enterrar la vergüenza y lo que te parece absurdo… Fue realmente incómodo, profundo y completamente comprometido”.
“Es de locos. No sabía que se podía decir: he sido acosada sexualmente sin que nadie te estuviese tocando. Que podías decir: esto no está bien. No tenía ni idea. Ahora sé lo que es porque, a raíz de las escenas, he investigado en qué consiste el acoso sexual. No sabía qué constituía acoso sexual hasta el movimiento #MeToo”, expresó acerca de la enseñanza que le dejó la película para el resto de su carrera.
Robbie también apareció totalmente desnuda con una bata de baño durante la escena de seducción entre ella y DiCaprio. Para poder grabarla se tomó tres tragos de tequila seguidos antes de filmar para relajarse. Años después, en otra entrevista -esta vez para el New York Times- dijo: “Esa mañana que fui a trabajar, que sabía que tenía que hacer ese escena, estaba temblando, asustada, todo el tiempo pensaba que no la iba a poder hacer. Cuando llegué, cuando me tocó hacerla, me tomé tres tragos de tequila y luego me quité la ropa y la hice. Estaba muy bien. Realmente me ayudó a evitar que me temblaran las manos y me dio un pequeño impulso de confianza”.
Robbie mintió a su familia sobre las escenas de desnudos. Sin embargo, una cosa que la ayudó a sentirse más cómoda al desvestirse fue el director, Martin Scorsese: “No explota la desnudez ni la usa como una herramienta para impactar”, explicó.
Robbie también reveló que en la escena en la que los personajes tienen relaciones sexuales por primera vez en el departamento de la protagonista y su perro intenta saltar y morder a DiCaprio, tuvieron problemas para que el perro realizara la acción, por lo que tuvieron que repetirla varias veces colocando comida para animales e hígado de pollo entre los dedos de los pies del actor.
También afirmó que la escena de sexo que protagonizó junto a Leonardo DiCaprio en una cama llena de dinero fue extremadamente incómoda, ya que los billetes de papel falsos tenían bordes afilados que le provocaron cortes en la espalda. “Si alguien alguna vez planea tener sexo encima de una pila de dinero en efectivo: no lo haga”, declaró en una entrevista de 2017 con The Daily Beast.
A pesar de que se trata de uno de los galanes más cotizados de Hollywood, Robbie no tiene mucho que decir de los besos de Leonardo DiCaprio. Simplemente no sintió nada. En parte, la falta de chispas se debió a que ambos actores estaban cansados y trabajaban muchas horas en el set. “Haces la toma en 17 horas, y estás sudoroso”, dijo a People.
La carta que le escribió a Tarantino
Robbie sabía que tenía poco tiempo para trabajar en una de las películas de Quentin Tarantino antes de que el cineasta se retirara. Así que llegado el momento, la actriz australiana le envió una carta para convencerlo. Y funcionó.
“Quería haber escrito la carta desde hacía muchos años porque había escuchado que ibas a hacer diez películas”, contó Robbie en una entrevista con el propio Tarantino para Vogue Australia. El realizador lleva tiempo diciendo que el décimo será su último largometraje. Si la primera y segunda parte de Kill Bill cuentan como un solo título, Tarantino ha dirigido nueve películas hasta ahora. “No podía ni tan siquiera pensar que podría perder ese barco y no ver nunca uno de tus sets de rodaje, así que necesitaba encontrar una manera de entrar ahí. Sabía que todavía no estaba en una posición como para escribirle. Así que cada vez que pasaba algo emocionante en mi carrera que me ponía más y más en el mapa, pensaba: ‘Bueno, creo que ya estoy más establecida y quizá este sea el momento’”.
Pero ese instante no fue cuando Robbie destacó en su papel secundario en “El lobo de Wall Street”. Tampoco cuando se convirtió en un icono del cine de superhéroes al encarnar a Harley Quinn en “Escuadrón suicida”. El momento clave llegó con su primera gran película como actriz y productora y con la que sería nominada al Oscar por primera vez en su carrera.
“No fue hasta que hice ‘Yo, Tonya’ que pensé: ‘Ahora estoy contenta con mi desempeño en la interpretación. Creo que he llegado a un punto en el que mi filmografía le dirá a la gente lo que puedo hacer como actriz. Ahora estoy preparada para hablar con Quentin Tarantino y escribir esa carta’”, recuerda Robbie. “Recuerdo estar angustiada por cualquier cosa —el papel, el bolígrafo, cómo lo iba a escribir, si en grande, si en pequeño, con qué espaciado. Luego, por supuesto, pensé que quizá no fuera ni a ser capaz de hacerte llegar la carta, así que debía dejar de preocuparme tanto, escribir la maldita carta y rezar para que te llegara. Y así fue”.
Robbie recuerda que unas pocas semanas después recibió una llamada en la que le dijeron que Tarantino había recibido su carta y quería reunirse con ella: “No quería emocionarme, pero después nos sentamos —recuerdo que te pediste un té helado con sacarina— y sentí que aquella era la reunión más emocionante en la que iba a estar en mi vida”.
Fue más adelante cuando Tarantino le hizo llegar a Robbie el guion de “Once Upon A Time in Hollywood”, la aclamada película que protagoniza junto a Brad Pitt y DiCaprio.
Una historia de amor en el set de rodaje
Fuera de la pantalla, hay una persona menos conocida que está protagonizando un papel principal mucho más significativo en la vida de la actriz. Se trata de su esposo: Tom Ackerley. Son una pareja de muy bajo perfil y, de hecho, no hay muchas fotos de ellos juntos ya que la actriz no comparte mucha información sobre su relación y ni siquiera lo lleva a sus eventos en Hollywood.
La actriz y marido se conocieron en el set de “Suite Francaise” de 2013, cuando Ackerley era el asistente de dirección y Robbie interpretaba el papel secundario de Celine. La película, que fue filmada antes del meteórico ascenso de Robbie a la fama, no fue precisamente taquillera, pero ellos siempre la recordarán por haber sido el punto de encuentro donde nació su historia de amor.
Ella fue quien lo buscó a él. Así se lo contó a US Vogue: “Yo era la mejor chica soltera. La idea de tener una relación me daba ganas de vomitar. Y luego esto se apoderó de mí. Fuimos amigos durante tanto tiempo. Siempre estuve enamorada de él, pero pensé: ‘Él nunca me amaría. No lo hagas raro, Margot. No seas estúpida y dile que te gusta’. Y luego sucedió”.
“Lo mantuvimos en secreto. Porque realmente no nos lo estábamos tomando en serio. ‘Oh, lo que sea, solo somos amigos, solo somos amigos’. Y luego... todos se enteraron “, dijo a The Guardian. Tres años más tarde, en 2016, la pareja se casó en una boda secreta en Australia.
La actriz ha sido franca sobre su deseo de tener hijos: “Quiero toneladas de niños. Bueno, tal vez no demasiados. Crecí en una familia de cuatro hijos, así que parece un buen número”. No obstante, no le gusta nada cuando la prensa la presiona sobre esta cuestión. “Me casé y la primera pregunta en casi todas las entrevistas es: ‘¿Cuándo vas a tener un bebé?’ Estoy tan enojada de que exista este contrato social”, afirmó. “Estás casado, ahora tienes un bebé. No supongas. Lo haré cuando tengas ganas”.
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