Eric del Castillo fue uno de los más importantes galanes de su época, no obstante, hubo un momento en el que temió por su carrera debido a que llegó a México un actor al que consideraba como uno de los hombres más guapos del medio y se estaba ganando toda la atención del público.
Desde los años 50, Eric del Castillo se convirtió en uno de los histriones más cotizados dentro del cine nacional y la televisión, pues no sólo era buen actor, sino que también era apuesto y tenía cientos de admiradoras. Su carrera artística tuvo éxito casi desde sus inicios, pero él llegó a pensar que el fin de sus logros llegaría a partir de la década de los 60.
Y es que en 1961 llegó a México Guillermo Murray, una de las más importantes estrellas del cine y televisión en su natal Argentina. El actor, de entonces 34 años, estaba viviendo una de sus mejores épocas, pues no sólo tenía un gran público, sino que sus mismos compañeros lo apoyaban en su carrera al notar el profesionalismo con el que se manejaba en el medio.
Sin embargo, para Eric del Castillo la noticia de la llegada de su colega no fue de su agrado, pues no se consideraba con la misma belleza que el argentino y sabía que eso lo podría desbancar como uno de los más importantes.
Según explicó en Historias Engarzadas, cuando Murray llegó a México y comenzó a verlo en la pantalla chica, supo que era una gran competencia porque se veía “hermoso” y seguramente tenía la intención de desplazar a los galanes de la televisión, porque podría hacerlo.
“Al principio te da cierta desconfianza, ‘este viene de fuera y viene a desplazarnos’. Fue para mí un poco deprimente al verlo a él tan hermoso en pantalla, porque era una persona sumamente guapa, hermosa, varonilmente hablando. Me sentí menos, me dije: ‘Dios mío, con este señor nadie puede competir’”, confesó durante la entrevista.
No fue el único actor que pensó así en aquella época, pues en muchas ocasiones Guillermo fue comparado con galanes como Julio Alemán, Joaquín Cordero, Rogelio Guerra, Enrique Lizalde, quienes eran considerados como las caras más llamativas del miedo artístico.
Asimismo, Fernando Luján aseguró en su momento que la belleza de Murray era tan impresionante para las personas que lo veían que su primera reacción era decir: “¿qué es esto?”. También confesó que para él, el argentino fue el más guapo actor de la televisión y cine mexicano de aquella época.
Por su parte, Jorge Lavat tenía un pensamiento similar, pues pensaba que su colega tenía una galanura única y que ninguno otro de sus compañeros pudo alguna vez copiar. “Ninguno teníamos la galanura aquella del tipo tan distinguido que tenía Guillermo Murray”, comentó en el programa.
Sin embargo, la forma en que el protagonista de La venus maldita se fue acercando a sus colegas, el trato que les dio y la profesionalidad con la que se comportaba, cambió por completo la percepción que al menos Del Castillo tenía hacia él.
“Veía yo cómo memorizaba sus textos, cómo se apartaba por allá, lo repasaba (...) Cuando ves que pasa el tiempo y que de verdad es un actor serio, ya lo consideramos diferente; viene a aportar algo a nuestro medio artístico y, en ese sentido, Guillermo aportó mucho”, comentó el actor.
Guillermo no sólo logró ganarse el corazón de las mujeres con su galanura, sino que también el de sus colegas actores, motivo por el cual ninguno de ellos tuvo reparo en exponer la admiración que sentían hacia su belleza.
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