Sin duda alguna, uno de los eventos deportivos más importantes que ha albergado México fue el mundial de fútbol en 1986, el cual dejó anécdotas inolvidables, entre las cuales se encuentran dos goles de Diego Armando Maradona contra Inglaterra: la “mano de Dios” y el “gol del siglo”, enmarcado por aquella carrera desde media cancha.
No obstante, no todas las grandiosas historias fueron contadas dentro del campo, y qué mejor, pues aunque ha sido la mejor presentación de la selección nacional en este tipo de competiciones, no pudo pasar de cuartos de final.
Una de tantas fue protagonizada por el comediante Teo González, que en aquel entonces tenía 25 años y se desempeñaba como tercer portero del Club León. Nunca debutó, pero logró sentarse en la banca a la espera de su oportunidad.
Durante un momento de desesperación, debido a que llegaban nuevos porteros que eran colocados encima suyo a pesar de su tiempo y experiencia con el equipo, le solicitó claridad al director técnico sobre sus posibilidades de jugar.
Llegó el mundial de 1986 y le explicaron a Teo que se quedaría un año más, pero el contrato tendría que firmarse después de la competición internacional. Por ello, la directiva le pidió quedarse en las instalaciones del Club León para ayudar en lo que fuese necesario durante los meses de la justa mundialista, según detalló en una entrevista para el canal de YouTube RadioShow.
A la ciudad de León, Guanajuato, llegó el grupo C, conformado por Francia, Hungría, Canadá y la Unión Soviética. Para los preparativos, la FIFA envió las redes oficiales que serían colocadas en las porterías del estadio Nou Camp de los Panzas Verdes.
Aquella competición fue la primera en utilizar redes cuadradas, situación que implicaba la desaparición del arco con el que contaban atrás las antiguas redes, así que eso complicó la colocación debido a los tensores nuevos.
Teo comenzó a sacarlas de sus cajas para comenzar a colocarlas, pero se dio cuenta de que la FIFA no había mandado los tensores, así que era imposible iniciar los partidos. El árbitro del primer partido, protagonizado por Canadá y Francia, supervisó la cancha, observó que estaba en perfectas condiciones, pero alertó por las redes que no estaban bien puestas.
“La cancha está perfecta, todo está muy bien, pero las redes no pueden estar así”, mencionó el referí. El hoy comediante le informó que no habían llegado los tensores, a lo que el árbitro señaló “si no hay redes, no hay partido”.
De inmediato, la sede se alteró, pero Teo González tuvo una solución muy fácil. Corrió a un super mercado y compró tendederos de plástico, mismos que amarró a las redes, los estiró hacia las tribunas y los colocó de manera que quedaran en tensión, como lo solicitaba el protocolo.
Gracias a esta hazaña realizada del hoy comediante, el árbitro dio el visto bueno para jugar los tres partidos correspondientes del grupo y salvó aquella competición. Al finalizar los encuentros, sólo pasaron dos selecciones, Unión Soviética y Francia, ambas con cinco puntos.
Cuando terminó el mundial, Teo regresó a la pretemporada del Club León con la promesa de la directiva de mantenerse un año más, pero el nuevo técnico de ese momento le informó que ya no entraba en sus planes, así que, después de tres años, le dio las gracias.
Traicionado, como el propio comediante se sintió, no pudo buscar equipo durante el periodo, pues sabía que continuaría con los Panzas Verdes. Siguió jugando futbol amateur, pero un infarto sufrido hace poco tiempo lo alejó de las canchas, aunque su médico le prometió darlo de alta para continuar.
SEGUIR LEYENDO