Por tercera vez consecutiva, en nombre de las mujeres, de América Latina, de la salsa y de Cuba, Aymée Nuviola está nominada al Grammy. No solo tendrá la posibilidad de llevarse a casa un gramófono dorado, sino que además estará presentándose en el el MGM de Las Vegas. En una entrevista con Infobae, la artista entregó detalles de lo que significa este nuevo reconocimiento para ella y de lo que representa la salsa en la actualidad dentro de la industria. Una nominación o una victoria en los Grammy son la gasolina que Aymée tiene en su carrera para continuar, ‘no es la gasolina de Daddy Yankee’, dice ella, pero sí es el combustible que la hace avanzar.
“Hemos tenido un tiempo de siembra y un tiempo de cosecha”, inicia diciendo la cubana sobre su tercera nominación, en esta charla con Infobae. Y es que no es para menos, su trabajo es milimétrico, perfeccionista, bien pensado. No solo es su música, es su imagen lo que la han hecho mantenerse vigente en un género que, con los días, se queda cada vez más sin exponentes.
“Nosotros nos preocupamos por escoger bien el repertorio, de que el proceso de grabación sea correcto, de que estén bien grabados los tracks (...) que sobretodo esté conectado a mi como artista. La autenticidad. Que yo no pierda el verme reflejada en ese trabajo. Por mucho que demos vueltas al rededor de la música, o que estemos coqueteando con otros géneros, siempre trato de no perderme. Eso hace que la gente no se pierda de lo que está escuchando”, destacó.
Aymée dice que un Grammy le trae más responsabilidad. No es lo mismo ser nominado al Grammy la primera vez a ser nominado una tercera, con más años de experiencia, y con más recorrido en la compleja industria. “Entre más tiempo pasa uno más responsabilidad siente. La primera vez tú dices, ‘bueno, a lo mejor fue un golpe de suerte, una casualidad, una bendición’, pero, a medida que pasa los años, ya cuando tienes un Grammy, como lo tengo yo, dices, ‘bueno, y ¿Ahora? ¿Cómo hago para superar esto? ¿Cómo avanzo después de esto?’. Creo que no se trata de superarlo, sino de hacer lo mismo, con la misma excelencia. Cada trabajo tiene sus características, su objetivo”, explicó.
Colombia no ha sido ajena para Aymée. De hecho, es con un disco dedicado a este país con el que está nominada a los Grammy. “Sin salsa no hay paraíso” la tiene compitiendo en la categoría a ‘Mejor álbum tropical latino’. “Una de las cosas que más me unen a Colombia es la novela de Celia Cruz, la que hice con RCN, allá viví casi seis meses. Pero aparte de eso yo llevo más con Colombia. Siempre llego a Cartagena a hacer mis shows, ahí hice el casting. Mi club de fans nació en Colombia, con unas niñas que ahora ya son señoritas que están en la universidad o están trabajando”, resaltó.
Quería hacerle un homenaje a esta tierra, pero con respeto. No quería entrometerse en géneros clásicos del país, pues no es tan fácil como parece, por lo que, en lugar de intentar apropiarse de ellos, escogió canciones importantes en el país y las adaptó a salsa. Es gran admiradora de Petrona Martínez y Totó la Momposina.
Con su esposo, luego de buscar, escogió temas como ‘la gota fría’, ‘la tierra del olvido’, ‘el arroyito’, entre otros. Los hizo suyos, los reversionó en salsa. “Colombia y Cuba tienen una conexión musical muy fuerte. Hay mucha música cubana que ha influenciado a la colombiana, y muchos compositores cubanos con canciones que fueron popularizadas por colombianos”, añadió a Infobae.
La salsa es un género clásico, y los sonidos actuales parecen no querer direccionarse a crear nuevos temas desde allí. Dice Aymée, están en peligro de extinción. Hay que darle una vuelta, sin embargo, no es fácil.
“Yo creo que hay que reinventarse. Una de las cosas que más le está haciendo daño al género es la falta de renovación, de tener cosas que proponer. El que no propone no está dejando ningún legado, está haciendo eco y repetición de lo que ya está, de lo que ya existe. No es que esté mal, pero si quieres proyección, debes proponer. Es riesgoso, porque siempre que propones te alejas de los patrones preconcebidos, y entonces hay gente que lo entiende y no lo entiende. Pero yo prefiero ser así. La música está llena de formas, pero no hay una fórmula. Cuando pones fórmula a la música, la reduces a todo lo amplio que puede ser el mundo musical”, sentenció.
“Estamos en peligro de extinción, pero no nos podemos dejar extinguir”, concluyó.
Seguir leyendo: