Durante la llamada Época de Oro del cine mexicano algunos niños hicieron su debut como actores, pocos de ellos lograron posicionarse como Angélica María, que logró hacer que su carrera trascendiera más allá de los años dorados del séptimo arte en México, pero no fue así el caso de Poncianito, un infante al que le habían augurado ser el “niño prodigio” de las pantallas grandes.
Ismael Pérez, mejor conocido como Poncianito, en su infancia se vio rodeado de estrellas del cine, pues hizo su debut como histrión cuando tenía cinco años. Él, a su corta edad, no tenía idea de cuál era su trabajo en los sets de grabaciones, pues sólo se preocupaba por hacer lo que le indicaban o sacarle una carcajada a los que lo rodeaban.
Su mote lo obtuvo de la primera película en la que participó, Río Escondido. En esta película interpretó a Poncianito junto a María Félix y Jorge Negrete, dirigidos por Emilio El Indio Fernández. Gracias a este primer personaje, Ismael obtuvo el apoyo de casi todos los actores con los que trabajó, inclusive, él aseguró que era protegido de Fernández, pues lo llamó para trabajar para sus más importantes películas: Maclovia, Victimas del pecado, La bienamada, Siempre tuya y La rebelión de los colgados y Pueblerina, filme que ganó el Ariel a Mejor Película en 1949.
Por su buena actuación en tres de las películas en la que trabajó para El Indio, fue nominado al premio Ariel por Mejor Actuación Juvenil. No ganó premio alguno en su momento, pero gracias a esto fue llamado el “niño prodigio del cine”. Para Ismael era muy fácil llorar, reír, enojarse o expresar cualquiera de las emociones que le pidieran, por lo que se pensó que su carrera sería exitosa para toda su vida.
Pérez era uno de los actores infantiles más codiciados de la Época de Oro, pues en los diez años que estuvo activo en el séptimo arte fue solicitado para que participara en decenas de películas, de las que sólo aceptó participar en cerca de 30.
Poncianito confesó que a él le gustaba ser actor e intentó permanecer en el ambiente artístico, sin embargo, llegada su juventud, ningún productor quería contratarlo para sus proyectos, pues la cara de Ismael se había quedado en el público como niño, no como adolescente, por lo que tuvo que abandonar su carrera.
El actor manifestó en varias ocasiones que pese a sus intentos, se vio obligado a dejar para siempre la actuación, frustrando sus esperanzas de vivir como histrión. Su última película, El camino de la vida, la hizo a sus 15 años.
La familia de Pérez estaba conformada por él, sus ocho hermanos, papá y mamá, por lo que sabe que su trabajo en el cine ayudó a que la economía de su hogar mejorara, pues, de hecho, él sólo pudo estudiar hasta el tercer año de primaria debido a la precaria situación en la que vivían.
Cuando dejó de actuar, decidió seguir la profesión de sus padres, quienes se dedicaban a la comunicación. Se convirtió en periodista y trabajó en diferentes medios. Después de eso, ya no buscó volver a integrarse al medio artístico. Actualmente es dueño de una cafetería.
La carrera de Poncianito fue homenajeado en 2018 por la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF). Al actor le entregaron un reconocimiento por no sólo haber sido el niño prodigio de la Época de Oro, sino por su cuantiosa, pero corta trayectoria.
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