Jorge Negrete siendo el primer dirigente de la Asociación Nacional de Actores (ANDA), se convirtió en uno de los principales impulsores de las carreras de algunos de sus compañeros, como fue el caso de Rosita Quintana, quien desde muy joven buscó triunfar en México.
Rosita Quintana, nacida en Buenos Aires, Argentina, hizo sus pininos en el ambiente artístico desde niña, pues su abuela era cantante de tango, lo que la llevó a aprender sobre canto y debutar a los 15 años como actriz de teatro de revista, junto a una orquesta. Se hizo de gran fama por ser tan joven e interpretar de forma impecable los tangos.
La cantante llamó la atención de varios artistas gracias a su talento en el canto y que estaba dentro de una de las orquestas más importantes de toda Argentina, por lo que comenzó a obtener muchas ofertas de trabajo por parte de compositores y productores, pero ella tenía en mente un solo objetivo: llegar a México.
Quintana era una gran fanática del cine mexicano, por lo que uno de sus sueños era lograr triunfar junto a los grandes artistas del país, como Jorge Negrete, pero no se imaginó que él se convirtiera en uno de los principales impulsores de su carrera como actriz.
La actriz tuvo la oportunidad de presentarse en diferentes lugares, entre los que el Charro Cantor la habría visto en una de sus presentaciones y le habría gustado su trabajo, algo que beneficiaría mucho a Rosita cuando comenzó a buscar llevar su carrera al extranjero.
Según reveló durante una entrevista a TVyNovelas, en uno de sus viajes laborales se encontró con Negrete, quien estaba en medio de una de sus giras por América. Ambos se reconocieron y se presentaron, por lo que ella no perdió la oportunidad de pedirle su apoyo para abrirse camino en México, pues era su sueño triunfar en tierras aztecas.
El guanajuatense no dudó en aceptar ayudarla y escribió una carta que serviría como recomendación, de esa forma, el día que llegara a México, podría respaldarse con sus palabras y obtener trabajo.
“Viajé acompañada de mi mamá y en una escala en Chile conocí a Jorge Negrete, que en ese entonces era el líder sindical de la ANDA. Él me dio una carta para que me facilitaran trabajo en México”, reveló la cantante. Este detalle del protagonista de Gran Casino significó mucho para Quintana, pues lo usó como impulso para emprender su camino en México, por ello, expresó que “es un detalle que nunca he olvidado”.
Con esa carta y su talento, en 1947 Rosita logró obtener un espacio para su función en el centro nocturno El Patio, uno de los cabarets más famosos de la Ciudad de México. La histrionisa en varias ocasiones confesó que ni cuando llegó a la capital mexicana se sintió extraña, pues desde Argentina se proyectaba actuando y cantando en estas tierras.
El Patio fue el lugar que le abrió paso a la gran pantalla, pues ahí asistían como público políticos, actores, cantantes y productores, por lo que, a partir de sus shows en este lugar, la argentina obtuvo su primera invitación para incursionar en el cine.
Chano Ureta le ofreció un papel secundario en su película La santa del barrio y ella aceptó, logrando desde su debut como actriz en el séptimo arte llamar la atención de otros cineastas. Pasaron tan sólo dos años y cinco películas en las que participó para catapultar su fama en Calabacitas tiernas, junto a Germán Valdés Tin Tan y Ramón Valdés.
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