Mario Moreno Cantinflas fue uno de los actores más importantes de la Época de Oro del cine mexicano, lo que no sólo lo llevó a reunir una gran fortuna sino tener tal reconocimiento que fue invitado a dormir en la Casa Blanca.
Pese a que Mario Moreno se hizo famoso por su comicidad a partir de su papel como Cantinflas, también llamó su atención por sus vínculos con la política, pues además de convertirse en amigo del ex presidente Gustavo Díaz Ordaz, mantuvo una estrecha relación con el ex presidente de Estados Unidos Lyndon B. Johnson.
Cantinflas y Johnson se conocieron gracias a Díaz Ordaz, pues invitó a ambos a que cenaran con él, mucho antes de que los dos políticos llegaran al poder en sus respectivos países. Esa reunión fue exitosa, pues Lyndon y su esposa, Claudia Alta, conocida como Lady Bird, rápidamente se convirtieron en admiradores del actor, pues no habían conocido a otro artista que se riera tan abiertamente de los gobernantes.
Esa primera impresión que Johnson tuvo de Moreno fue tan buena que aseguraba que si el Mimo de la gabardina se postulara a un cargo público en México o Estados Unidos, sería capaz de que él y su esposa se retiraran de sus carreras, no obstante, estaba claro que el comediante prefería “‘burlarse de los presidentes en lugar de competir contra ellos’”, recordó Lady Bird en su diario.
Fue en 1961 cuando comenzó la amistad entre el protagonista de Ahí está el detalle y Lyndon Johnson cuando éste último, siendo vicepresidente de Estados Unidos, buscó la ayuda del histrión para apoyar la campaña de Henry B. Gonzalez, un estadounidense mexicano que buscaba obtener un lugar en el Congreso.
Moreno participó activamente en la campaña de Gonzalez, por lo que las pláticas con el entonces vicepresidente eran constantes y las dos veces en que el actor fue a Estados Unidos con motivo de las elecciones se quedó en la casa de los Johnson; de esta interacción nació la amistad.
Cuando Lyndon Johnson ya se había convertido en el presidente 36 de Estados Unidos tras el asesinato de John F. Kennedy, decidió invitar a Cantinflas a dormir en la Casa Blanca, siendo el Mimo de la gabardina el primer mexicano en hacerlo.
Según recordó Lady Bird en su diario, fue en otoño de 1967 cuando su esposo le avisó que había invitado al comediante como su huésped en la Casa Blanca, así que tenía que “hacer espacio”.
Esa no fue la única vez en que Johnson demostró lo mucho que apreciaba al protagonista de El barrendero, pues también lo hizo cuando el artista estaba haciendo lo posible por encontrar un tratamiento efectivo contra el cáncer de huesos que sufría su esposa, Valentina Ivanova.
En 1966 Lady Bird y su esposo recibieron la noticia de que Cantinflas quería ir a Texas porque ahí buscaría una última oportunidad para ayudar a Ivanova, sin embargo, el avión en el que viajarían tuvo problemas y no realizó el vuelo.
Johnson decidió que las actividades de uno de sus aviones fueran canceladas para enviarlo a recoger a Moreno y su esposa y llevarlos directamente a su rancho, para llevarlos desde ahí a Texas con el avión presidencial, intentando ayudarlos en medio de su dolor. El actor y su hijo se sintieron muy agradecidos por el gesto del entonces presidente y le regalaron una medalla azteca como símbolo de su gratitud por la amabilidad del mandatario.
SEGUIR LEYENDO: