María Félix no fue una mujer de hacer escándalos y muchos detalles de su vida los mantuvo en secreto siempre, pero no fue así con sus romances, pues se sentía orgullosa de ser ella quien elegía a sus parejas y no al contrario. Sin embargo, no fue así con la relación que mantuvo con un músico por un año, con quien se casó y se supo del matrimonio hasta tiempo después del divorcio.
Se sabe que María Félix habría llegado al altar en cuatro ocasiones, la primera fue con Enrique Álvarez Alatorre, el padre de su único hijo. Después de siete años, se divorció y volvió a casarse, pero esta vez con Agustín Lara. El matrimonio con el compositor duró sólo tres años y se separaron. Al poco tiempo contrajo nupcias con Jorge Negrete, de quien quedó viuda. Y su cuarto marido fue Alex Berger, con quien estuvo casada por 18 años, hasta quedar viuda por segunda ocasión.
La Doña nunca tuvo reparo en hablar abiertamente de todos sus maridos, inclusive, en su libro autobiográfico dedicó varias páginas a cada uno; no obstante, hubo uno que nunca mencionó pese a los fuertes rumores que existieron en la época sobre su romance .
Corrió el secreto a voces de que María se había casado con Raúl Prado, miembro del trío Las Calaveras, y quien lo confirmó fue otro integrante, Miguel Bermejo. Él aseguró que la boda entre la actriz y su compañero se había llevado a cabo poco después de que se grabó El Peñón de las Ánimas y tras unos meses de noviazgo.
Tiempo después, para Ovaciones, Prado reveló cómo fue que conoció a María Bonita y por qué mantuvieron su matrimonio en secreto.
Según comentó, en El Peñón de las Ánimas trabajaron juntos y se gustaron, por lo que iniciaron un noviazgo que repentinamente llegó al altar. A él le parecía que su unión nupcial se había tratado de una “vacilación”, pues fue repentina y no esperaban algo del otro, por ello que nunca quisieron hablar al respecto.
El cantante resumió su idilio diciendo: “Mira, María y yo nos conocimos en la filmación de El Peñón de las Ánimas, ella estaba bajo la tutela del ingeniero Palacios. Un día nos gustamos y nos fuimos a casar a Cuernavaca”, habría dicho.
Ninguno de los dos le dio importancia a su matrimonio porque sólo duró seis meses y el noviazgo otros seis. Después de ese año, Félix se dedicó a negar cualquier tipo de relación con Prado, pero él inclusive quiso que la imagen de La Doña fuera parte de la película Los Tres Calaveras, donde se narraba parte de la historia del trío.
El músico también reveló que los dos durante su matrimonio vivían una situación económica muy difícil, por lo que los regalos que ambos se daban como pareja usualmente eran sólo simbólicos. En una ocasión, pese a la escasez en la que vivía María al llegar a la Ciudad de México, le dio a Raúl un sarape de Saltillo.
Poco después de que la pareja se divorció, Félix se casó con Agustín Lara a quien también conoció durante sus primeros meses en la capital del país. Según recordaba la actriz, un día lo encontró en un bar utilizando un teléfono que ella necesitaba.
Después, cuando ya se había estrenado El Peñón de las Ánimas y ella ya estaba comenzando a abrirse paso entre las estrellas del cine, fueron presentados oficialmente por Tito Novaro. Desde entonces, el Flaco de Oro la habría invitado a salir en repetidas ocasiones, pero en las primeras veces ella lo olvidaba y lo dejaba plantado.
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