Marga López y Carlos Amador vivieron una de las historias de amor de la Época de Oro más intrincadas, pues la pareja sentía que eran almas gemelas, pero el cariño se acabó, lo que los llevó a separarse en dos ocasiones y buscar el amor en otras personas.
El inicio del romance entre Marga y Carlos Amador Martínez se remonta a los inicios de la argentina en el medio artístico, cuando, junto a sus hermanos, hizo una gira de presentaciones por Latinoamérica. La actriz tenía sólo 12 años cuando este tour dio inicio.
Los Hermanitos López llegaron por primera vez a México en 1938 para uno de sus shows, fue entonces cuando conocieron a Carlos Amador, quien se convertiría en el primer amor de la actriz. Ambos eran muy jóvenes y su relación comenzó con una amistad, pero el romance no tardó en tomar fuerza y decidieron llegar al altar.
La actriz recordaba que se casaron por primera vez en Buenos Aires, Argentina, cuando ella tenía 16 años y el 18. Los dos estaban comenzando a aventurarse en el mundo del espectáculo, ninguno gozaba de gran fama para ese entonces, pero eso era lo que buscaban tener en sus carreras.
Eran jóvenes y estaban muy enamorados, por lo que querían formar una familia y convirtieron a México en su país de residencia, donde tuvieron a sus dos hijos: Carlos Amador y Manuel.
Al mismo tiempo, tanto Marga como Amador comenzaron a tener éxito. López debutó en el cine en 1945 con una pequeña aparición en la película El hijo desobediente, pero eso le fue suficiente para llamar la atención de los cineastas.
Martínez, por su parte, ya se había convertido en socio de Emilio Azcárraga Vidaurreta y había probado suerte en la actuación. Dentro de las primeras cintas donde participó se encuentran Aventuras de Cucuruchito y Pinocho y Hotel de Verano, con Germán Valdés Tin Tan. Asimismo, trabajó junto a su esposa en algunos filmes, el primero de ellos Cri cri el grillito cantor.
Sus apretadas agendas cada vez los obligaban a distanciarse más, hasta que el amor se habría acabado en el matrimonio y decidieron divorciarse. Sin embargo, la amistad nunca se rompió y constantemente se reunían, ya fuera por que sus hijos convivieran con ambos o para no perder contacto.
Marga, dentro de las más de 80 películas y 20 telenovelas en las que participó, compartió créditos con Pedro Infante, Silvia Pinal, Sara García, Andrés Soler, entre muchos otros artistas de la época. Algunas de sus actuaciones más reconocidas son en Los tres García, Salón México de El Indio Fernández y Nazarín de Luis Buñuel.
Carlos Amador, además de continuar en la actuación, también se convirtió en uno de los más importantes empresarios de la industria del entretenimiento durante su época, pues se hizo dueño de teatros, cines, revistas, casas discográficas y estaciones de radios, así como incursionó en la producción de telenovelas y conducción de programas. Habría sido en esta época cuando él contrajo nupcias con Irma Dorantes.
Con el paso del tiempo, el amor habría vuelto a nacer entre los ex esposos, por lo que decidieron darse otra oportunidad y se casaron nuevamente. Su segunda boda fue en 1961, dos décadas después de la primera vez que llegaron al altar.
En esta ocasión, la ya reconocida pareja era invitada de lujo de los eventos de artistas, así como también eran buscados para poder ser retratados juntos. No obstante, según relató la histrionisa, el amor ya no era el mismo, sino que más bien se trataba de una muy buena amistad, por lo que se divorciaron por segunda vez luego de tres años de matrimonio.
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