Flecos, pantalones entubados, ropa oscura, música alternativa, emocional, introspectiva, conexiones íntimas y especiales con tus más profundos sentimientos, campañas de desinformación, odio, incomodidad o la búsqueda de una personalidad no dictada por nada ni nadie caracterizaron a buena parte de la primera generación del nuevo siglo: los famosos Emo.
Un festival de música en Las Vegas, Nevada prometió reunir a lo mejor del género musical anterior en un solo lugar para este 2022, noticia que la generación dosmilera adoptó con mucha ilusión, pues sus máximos héroes artísticos continúan en la movida, sin importar las posibilidades reales de asistir.
Esto desató un trend en TikTok donde los Emo -agazapados en oficinas, emprendimientos, hasta en iglesias- revelaron sus nuevas vidas, alejados estéticamente de su personalidad adolescente, pero en espíritu siempre conectados con la música que les dio cobijo cuando nadie más los entendía.
Qué es el Emo
La historia inició a mediados de los años 80 en Washington DC, cuando músicos y fanáticos del hardcore punk comenzaron a sentir los estragos de un mundo globalizado, la embestida del capitalismo, el abandono de programas sociales, la privatización de los servicios y un largo etcétera.
El músico y sociólogo Alejandro Cervantes explicó en entrevista con Infobae México que el punk subversivo y el hardcore de protesta se tornan más reflexivos y tristes; en este sentido, consideró que la música pasa de una lucha contra el mundo y un cuestionamiento de la moral ajena, a una lucha contra uno mismo y la forma en que nos relacionamos con los demás.
“Hay procesos muy importantes que suceden en la música alternativa en la primera mitad de los 80, cuando todavía tenía cierta expectativa, cierta lucha, era subversivo, pero este hartazgo, lo que en política se llama el desmoronamiento del estado del bienestar, afectó mucho a los adolescentes. En el sentido creativo, las letras de corte social, de reflexión y lucha social, se transforman en introspectivas, que hablan acerca de los sentimientos, de las emociones, de cómo uno interpreta esas situaciones que está viviendo”.
En este sentido, reveló que el Emo no es como tal un género musical, más bien es una mezcla de muchos, pues originalmente se alimentó de otras músicas y expresiones artísticas que tenían en común la parte emocional e introspectiva, por lo que podemos hablar de un término polisemántico.
“Su origen fue primeramente musical, y a partir de ahí se fue convirtiendo en una ideología, en estilo de vida, incluso moda, podemos llamarlo. Como tal, no es una cultura”, explicó el también guitarrista.
Línea del tiempo de la música “Emotional”
El Emo en México
El género llegó a México durante la primera década de los años 2000. El movimiento surgió al norte de la República, principalmente en los estados fronterizos, pues músicos de mejor posición económica pudieron acercarse a todos los géneros que para entonces acumulaba el Emo.
Los medios de comunicación como televisión por cable, la recepción radiofónica de programas norteamericanos, la llegada de revistas y la cercanía con los conciertos y festivales en Estados Unidos, contribuyeron a que la juventud mexicana del norte se atreviera a integrar sus propias bandas, explicó el sociólogo.
Así nacieron agrupaciones apegadas al Emo Melódico, el Screamo, el Happy Punk, entre otros, como Canseco en Tijuana, Insite en Mexicali, e incluso Thermo en Guadalajara, Jalisco.
Casi al mismo tiempo, en el centro del mapa, específicamente el todavía llamado Distrito Federal y el Estado de México, el Foro Multicultural Alicia, el Circo Volador o el Sauce Boxeador albergaron bastos proyectos capitalinos.
En los conciertos podían verse a bandas como Ellinoise, Finde, Pleyance, Masappan, Jason, Rodeo, Pneuma 7.9, Juliette, Cinema Feb, Hule Spuma o Lawson, quienes lejos de las grandes disqueras o MTV, añadieron su granito de arena a la Escena Emo. Muchos de estos registros musicales están en YouTube, Myspace, y algunos ya cayeron a Spotify.
Despegaron también proyectos que se aferraron al virtuosismo, y las composiciones o experimentaciones de gran complejidad. Austin TV con su Math Rock instrumental comenzó la ola que hoy día navegan DJ Perro, Joliette, Ikiatari, Ambr, Camiches y otros. El Midwest nacional.
Aunque ondeaban la bandera del Emo, bandas como Allison, Pxndx o División Minúscula se adueñaron del género porque fueron rescatados por las grandes disqueras y televisoras del momento. A pesar de que fueron lanzadas en la fama, llegaron años más tarde que las antes mencionadas.
“Esas bandas no fueron visibles, todo el tiempo fueron emo, y no fueron de un género a otro para encajar, siento que eso pasó con Pxndx, por ejemplo. Siempre fueron de esa onda, su estética, su Myspace, no era para vender, era porque les gustaba (...) No les interesaba [la fama] porque iban a modificar tu imagen o tu música en algún sello. Si tú ves a un Allison antes, cambiaron muchísimo, sus letras, música, imagen...”, comentó Fresale.
Sin embargo, como tal, el concierto Emo no era bien visto entre la sociedad, por lo que dichas bandas preferían nombrarse dentro de algún subgénero. “Ahora dicen con orgullo que eran Emo, pero entonces ni siquiera se mencionaba, era un tabú”.
Ahorita quién te va a golpear. Es más por eso [que regresaron los Emo], porque ya se quitó el tabú, ya la gente creció. A final de cuentas, lo que parecía ser una etapa, resulta que no. Ahora traen a todas estas bandas a festivales, el revival Emo, y la valentía de estos tiempos los lleva a decir ‘sí era emo y qué’
“Nosotros al estar viajando por circuitos underground, la interpretación de la subcultura Emo todavía no existía, salió muy rápido; era algo que los jóvenes yo creo no sabían lo que significaba, pero tenían una necesidad de pertenecer. Se nos hizo curioso ver cómo se desarrollaba. Esa subcultura se fue adaptando a lo que veía la gente, por ejemplo en MySpace, a las modas, a las bandas. Fue algo muy curioso”, contó a Infobae México el músico Luis Cervantes de Tolidos, a quien podríamos considerar dentro de la avanza Emo de MTV.
Agregó que su aporte a la cultura Emo fue específica, corta y afortunada, pues llegaron en plena época de MTV; y en este contexto, aseguró que Tolidos aportaron con sus canciones mucha empatía hacia el momento que atravesaba la juventud, característica con la que conectaron inmediatamente entre los fanáticos mexicanos, además de confirmar que la depresión nunca fue cosa suya.
“Nuestras letras eran biográficas. Eran de problemas de amor y nunca tocaron la naturaleza de sufrimiento, o de hacerse daño. Entiendo que otras bandas utilizaran frases en modo de metáfora, y la gente al no saberlo interpretar, pues puedo ver la confusión entre que se tomen las cosas literales, cuando estás hablando en sentido figurado”.
La estética Emo
Más allá de la música, muchos fanáticos mexicanos se vieron atraídos también por la estética del momento. La característica manera de vestir les dio gran relevancia en el país, aunque tales características les trajo también discriminación de otros grupos.
Los famosos pantalones “entubados”, la ropa especialmente de colores oscuros y pasteles, el reconocido en aquella época como “fleco emo”, los piercings, y en parte de la fanaticada hasta el delineado de ojos, fueron sólo algunas de la más populares características tomadas de bandas estadounidenses, pero adaptadas a las posibilidades de los mexicanos.
“No te voy a mentir, la estética y lo que representaba fue lo que llamó mi atención; creer que por esto era rebelde e iba en contra de las reglas que me gustaba. Obviamente a medida de que iba creciendo, las responsabilidades cambiaron; aunque ahora que lo pienso detenidamente, hay elementos que aún conservo, como las perforaciones, el delineado, las pestañas falsas, los vans”, comentó a Infobe México la periodista Liliana García.
La desinformación Emo
Sin embargo, el Emo en México, por lo menos dentro de la capital, tuvo un enorme rechazo alimentado por la poca información que llegaba del tema al país, y la falta de espacios que dieran pie a investigarlo con pasión y seriedad.
Entre los rumores que más daño le hicieron al grupo está la asociación de una conexión introspectiva y sentimental con la depresión y con problemas de corte psicológico que tenían fatales consecuencias como el daño físico o el suicidio. Pero la juventud sólo exigía ser escuchada por vez primera, darle a la salud mental la importancia que requiere.
El psicólogo Alejandro Águila Tejeda, fundador y director general del Instituto Hispanoamericano de la Suicidología, explicó a Infobae México que el rechazo hacia la comunidad Emo y su forma de pensar, tiene que ver con una “sociedad hedonista” donde “todo el mundo debe ser feliz, todo el mundo puede optar por cosas mejores”.
“La sociedad tiende a buscar este optimismo de la vida (...) La parte negativa, oscura, dolorosa del ser humano y por qué la ocultan, tiene que ver con una sociedad hedonista; es decir, el placer, que todo esté bien, la satisfacción, comprar cosas. Tener más que ser. Cuando entra un movimiento como el de los Emos que contradice esta visión o esta percepción, es totalmente rechazada porque no perciben que el momento que vive el individuo es de dolor y sufrimiento. Al no empatizar, se tiende a juzgar, criticar, menospreciar, e incluso culpar”, informó.
Incluso hay capítulos de novelas mexicanas que intentaron hacer un llamado a la reflexión para el cese de la violencia, quienes terminaron alimentando el morbo alrededor de los Emo, y encasillando a los jóvenes en una estética, no un estilo de vida, donde ni siquiera tomaron en cuenta la música, sus valores, etcétera.
El propio Alejandro Cervantes comentó a este medio que durante su juventud recibió toda clase de ofensas, amenazas de muerte y abusos verbales o físicos por parte de gente que desconocía completamente sus gustos o aficiones.
“Me llegaron a amenazar de muerte porque creían que yo quería destruir los valores de la familia tradicional. Había gente que te veía como una amenaza, alguien capaz de destruir las instituciones. Me llegaron a aventar huevos, hubo días en los que mi familia me dijo que no podía salir. Hubo un revoltijo de todo, de desinformación”, contó Rosales.
El punto máximo de la violencia tuvo lugar en la Glorieta de Insurgentes de la CDMX, donde supuestos Punks, plagados de intolerancia, acudieron para golpear a jóvenes Emo. Dicho evento quedó grabado y fue transmitido por noticiarios de la época. En Querétaro, por ejemplo, se hizo una numerosa marcha por la tolerancia en favor del Emo que fue replicada en la capital.
De acuerdo con el Doctor Águila Tejeda, también presidente de la Red Mundial de Suicidología, la forma de no condenarnos a repetir el pasado con las generaciones próximas es reflexionar en cuestión de atención emocional para una “una población joven que no esta siendo vista, ni atendida, y a la que no se le da opciones”.
“Como aprendizaje requeriremos identificar la necesidad de espacios sanos para los jóvenes, atender la situación emocional, y pedir ayuda, acercarse a profesionales para ser atendido oportunamente y resolver las situaciones emocionales que carga”, concluyó en entrevista con este medio.
Dónde están los Emo mexicanos
En estos tiempos, todo lo que había detrás del Emo puede considerarse un mito, un momento en la historia que existió mediáticamente a niveles gigantes, pero que con el paso del tiempo volvió a las cuevas dónde se desarrolló inicialmente, y donde se puede vivir con tranquilidad, entre comillas.
Sin embargo, tras el anuncio de festivales gigantescos, se creó un trend del orgullo Emo en TikTok, donde los adolescentes de la primera mitad del nuevo siglo revelaron sus verdaderas identidades, sus andares por el Emotional Hardcore, sus flecos, sus pantalones entubados y sus discos de Pxndx.
Ahora, la mayoría ostenta una carrera universitaria. Se convirtieron en odontólogos, arquitectos, ingenieros y hasta en sacerdotes, como da cuenta el usuario “Padre Danny” que tras la popularización de su TikTok, eliminó su cuenta. Además, acompañan con una advertencia: “Los Emo de los 2000 ahora somos adultos y podríamos ser tus profesionistas de cajón”.
En entrevista con Infobae México, Herson, quien se hizo viral con su video, ahora es psicólogo y psicoterapeuta; sin embargo, consideró que pese a la pérdida de visualización del movimiento, o la extinción de la estética, muchos mantienen los mismos gustos musicales. Él, por su parte, mantiene vivo el Emo tocando música inspirada en aquellos tiempos.
“En parte sin duda creo que todos permanecemos en constante cambio y muchas ideas, posturas o estilos de vida se modifican conforme uno transita a otros momentos, pero eso no quita que muchos de los gustos generados durante esa etapa permanezcan”, dijo.
“Tal vez superficialmente o físicamente sí (murió el Emo), pero en esencia creo que todos seguimos llevando el ser emos en el corazón (...) Sigue existiendo en todos los que algún día fuimos, y pues siendo sinceros ahora de adultos tenemos más razones por las cuales estar tristes”, dijo Helen Cantú, Emo en Nuevo León, al norte de México, quien también se hizo viral. Luego de terminar su carrera, ahora trabaja en una oficina. “Esta etapa en mi vida siempre tendrá un lugar muy especial”, concluyó.
Otras fanáticas del género, como Daniela Raño, se convirtieron en madres; ella, en específico, de dos niñas. “A mí por ejemplo escuchar a todas esas bandas me hace sentir nostalgia. Siento que todo lo que viví en esa etapa me ayudó a crecer muchísimo”, explicó. Ahora, es emprendedora.
Liliana García, por su parte, dio cuenta de las pasiones que dejó en ella la música y el Emo para toda la vida. “Desde los 20 fui Godín, ahora tengo 30 y me dedico a la industria musical, soy periodista y gestora, cosas que en aquellos tiempos ni imaginé. Hoy gracias a mi trabajo he podido charlar y coincidir con integrantes de bandas que me gustan y estaban activas en el hype del emo”.
El Emo en 2022
En efecto, el Emo no ha muerto, pero se ha visto desplazado como género musical por muchos otros que tomaron relevancia rumbo a la segunda década del nuevo siglo, y que acapararon las ventas como el trap, el reguetón, el metal y el indie pop.
Además, el propio Emo, como lo dicta su historia, cambió de aires al mezclarse con otros géneros y adaptarse a herramientas digitales, o a las nuevas tendencias del mercado, aunado a su insistencia por conectar con la parte más emocional del ser humano, y ofrecer un concepto completamente experiencial.
Aunque sus números ya no marcan las ventas de hace algunos años, continúan siendo de gran importancia en el mercado estadounidense, y ahora parecen tomar vuelo gracias a la iniciativa de diversas compañías que hicieron posible festivales de gran impacto como When We Were Young, donde los boletos para dos fechas -con costos superiores a los 5 mil pesos- se terminaron en segundos.
SEGUIR LEYENDO: