Kitty de Hoyos se convirtió en una estrella del cine mexicano cuando sólo tenía 18 años y logró posicionarse como una de las actrices más importantes de la época, hasta que comenzó a presentar fuertes síntomas de la enfermedad que la llevó a la muerte.
María Cristina Guadalupe Vega Hoyos, mejor conocida como Kitty de Hoyos, dio sus primeros pasos en el mundo del espectáculo desde la academia de actuación de Andrés Soler, desde donde logró participar en su primera película importante, aunque sin acreditar, Qué bravas son las costeñas.
Pese a que desde muy joven actuó en varias películas, fue hasta 1955 que comenzó a obtener reconocimiento gracias dicho filme, pues ese mismo año le ofrecieron su primer papel estelar en Esposas Infieles.
El nombre de Kitty no tardó en estar presente en todos los periódicos tras el lanzamiento de esta película, pues su desempeño causó gran controversia. Y es que la joven histrionisa se desnudó completamente durante una de las escenas, acto que estaba muy mal visto durante la Época de Oro.
Kitty es considerada una de las precursoras de este tipo de escenas y aunque una parte del público no aprobaba los desnudos, otras personas lo aplaudieron, inclusive se creó una estatua de cera con su figura, pero desapareció con un incendio.
La carrera artística de la actriz comprende más de 30 películas, varias fotonovelas, telenovelas y obras de teatro, en muchas de ellas fue la protagonista. Obtuvo el premio Diosa de Plata por Los cuervos están de luto y otros galardones El Heraldo.
Gracias a su belleza y talento fue considerada la Marilyn Monroe mexicana. Además, compartió créditos con grandes artistas como Silvia Pinal, Arturo de Córdoba, Cantinflas, Resortes y Javier Solís, pero su carrera se frenó cuando comenzó a percibir malestares.
De Hoyos llevaba ya 40 años de una exitosa carrera artística cuando la diagnosticaron con cáncer de colon. Se reportó que la actriz tenía esta enfermedad en 1995, pero nunca se ahondó en detalles sobre su salud, sólo se sabe que ella hizo lo posible por hacerle frente.
Kitty, conocida por su enérgica forma de ser, nunca se dio por vencida en su lucha contra el cáncer. Sus hijas y esposo la apoyaron a lo largo de esta travesía.
Pese a tener el diagnóstico, la histrionisa decidió continuar con su carrera aceptando algunos papeles en obras de teatro como ¿Quién... yo?, donde interpretaba a un hombre, y en la telenovela Salud, dinero y amor en 1997. Después ya no aceptó más proyectos.
En mayo de 1999 Kitty decidió volver a presentarse en público y se visitó con sus mejores prendas, así como también se cercioró de que el mejor equipo de belleza la arreglara para visitar la Cineteca Nacional, pues se realizó un evento especial para homenajearla por sus 45 años de carrera artística.
Durante esta celebración, la actriz pidió unos minutos para dar una de las noticias más difíciles de su vida tras los reflectores.
“Llevo tres años que no sé si lo que vivo es una pesadilla de horror o una noche de amor, pero los últimos 10 meses han sido verdaderamente una pesadilla de horror”, dijo, dando a conocer que los síntomas cada vez se volvían más fuertes.
También confesó que uno de sus sueños era poder llegar al año 2000. Sin embargo, murió el 28 de diciembre de 1999, a los 63 años, a unos días de poder lograr su meta y tras cuatro años de luchar contra el cáncer de colon.
En su funeral la despidieron con una lluvia de rosas blancas y su esposo, Juan Francisco Torres Landa, le llevó su última serenata con un trío; le cantó Amor eterno.
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