Si la gente piensa en una de las bandas más representativas del rock latinoamericano durante la década de 1990, es seguro que la primera que llegue a su cabeza sea Soda Stereo, aquella agrupación surgida en Belgrano, Argentina, pero que conquistó millones de corazones.
Los escenarios internacionales que Gustavo Cerati, Héctor Zeta Bosio y Carlos Alberto Ficicchia pisaron fueron impresionantes, con los más grandes lujos y en medio de millones de personas. Sin embargo, también fueron protagonistas de una de las presentaciones más extrañas en México.
Todo sucedió en el año de 1993, cuando la banda argentina se encontraba a punto de finalizar su tour que nombraron “Dynamo”, igual que su más reciente material discográfico de aquellos años.
Parte del staff que acompañaba a Soda Stereo durante la serie de conciertos que comenzaron en diciembre de 1992 contó el surrealista momento que vivieron en una panadería de San Cristóbal, Ecatepec, en el Estado de México.
Después de ofrecer su espectáculo en los mejores escenarios del norte y centro del país, pactaron un evento extra, que no estaba previsto en la gira, el cual se desarrollaría en el negocio llamado “Ángel”.
Al llegar al lugar, los integrantes de la agrupación pensaron que se trataba de una broma por parte del chofer que los había llevado. No obstante, quedaron sorprendidos cuando supieron que en aquel lugar, donde se celebraban unos presuntos XV años, sería su último concierto en México.
“Literalmente no lo podíamos creer. Pensamos que el chofer se había equivocado de dirección o que nos estaba haciendo una broma; sin embargo, este se estacionó frente a la panadería y nos dijo “llegamos””, dijo Wady Rodríguez, un iluminador que formó parte del equipo de la banda durante varios años, durante una entrevista.
Tampico había sido su último destino. Ahí tocaron el 20 de marzo de aquel año, pero antes de partir agendaron esta cita. Al bajar del automóvil tuvieron que pasar por la panadería. Entre biscochos, clientes y empleados emocionados, los integrantes ingresaron al fondo de las instalaciones que conectaban con el jardín de la casa principal.
Ya en el lugar designado por el padre de familia, quien utilizó todos los ahorros para contratar a Soda Stereo y darle una enorme sorpresa a su hija y a los pocos invitados que hicieron acto de presencia en la fiesta, el rock se hizo escuchar.
Wady destacó algunos de los elementos más extraños de esa presentación. En primera instancia, el escenario simplemente era una tarima con algunas luces y una lona naranja para cubrirla. Además, los camerinos fueron las habitaciones de los familiares.
Durante esta entrevista, recordada por el usuario de TikTok @guzz_indigo, el iluminador recordó al dueño de la panadería como una persona extremadamente servicial. Asimismo, aseguró que fue el mejor cierre de gira que realizaron en toda su carrera, pues se trató de un concierto pequeño e íntimo que encantó dentro de la banda.
Para finalizar el show, como ya era costumbre, Wady subió al escenario, descorchó una botella de champaña y bañó a todos los presentes con ella.
Según la página setlist.fm, todas las canciones que tocaron aquel 28 de marzo de 1993 fueron “Primavera 0″, “Juego de Seducción”, “Un millón de años luz”, “Cuando pase el temblor”, “De música ligera”, “Persiana Americana” y “Prófugos”.
De aquella noche sólo quedan dos fotografías. La primera se trataría del presunto boleto que otorgó la panadería para poder entrar al evento. En la segunda se observa a Soda Stereo y su staff en la tarima improvisada donde tocaron y alegraron las vidas de algunos ecatepenses.
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