Martha Roth se consagró como una de las italianas más importantes en México durante la Época de Oro del cine mexicano. Sin embargo, decidió pasar los últimos años de su vida en un asilo, sin compañía, pues no quería ser un “estorbo” tras la tragedia que tuvo que vivir.
Desde que era niña, Martha llegó a la Ciudad de México con sus padres. Establecida en tierras aztecas, comenzó a estudiar música y después arte dramático. Su pasión por el arte la llevó a inscribirse a diferentes certámenes de belleza, pues sabía que si los ganaba serían su pase directo al cine, y así lo fue.
La italiana tuvo su primer papel estelar en Una familia de tantas, de Alejandro Galindo. Con tan sólo 17 años, con dicho film Roth obtuvo su primer premio Ariel por la Mejor Coactuación Femenina.
Desde entonces, su carrera en el cine se vio llena de grandes éxitos, pues no sólo tuvo ofertas para participar en muchas más cintas, sino que fue galardonada con un premio TVyNovelas por su actuación en Mujeres engañadas y también un premio por el melodrama El pecado de Oyuki, otro de los grandes proyectos con los que consagró su fama.
Otros de los filmes más recordados de la italiana son El abandonado con Pedro Armendáriz, El mar y tú con Jorge Mistral, Rostros olvidados con grandes actores como Julián Soler, Libertad Lamarque y Ramón Gay, El caso de la mujer asesinadita, con Gloria Marín, y A media luz los tres con Arturo de Córdova.
Martha también logró llegar a Hollywood con las películas The Black Pirates (1954) y Massacre (1956). A partir de los años 60 se unió a la televisión con la telenovela De turno con la angustia.
Con tan solo 20 años contrajo matrimonio por primera vez con Rubén Fuentes, uno de los compositores más importantes de la época. Producto de su amor tuvieron dos hijos: Leonardo y Alejandro, mismos que comenzaron su tragedia.
Casi 20 años después de su unión, Fuentes y Roth se divorciaron. Aunado a esto, en 1984 murió Leonardo en un trágico accidente automovilístico, la primera gran pérdida de la histrionisa.
Pese al dolor que sentía por su hijos, Martha se decidió a no dejarse vencer por la tristeza y se concentró en los proyectos en los que estaba trabajando, además de que se había casado nuevamente con un hombre que estaba dispuesta a ayudarla, el productor Fernando Pérez Aguilar.
La protagonista de Corazón salvaje en varias entrevistas aseguró que sus familiares y colegas la criticaban por haber sido sobreprotectora de Leonardo y Alejandro, pero ella nunca se arrepintió de cuidarlos mientras pudo.
No obstante, en el año 2000 falleció su otro hijo, Alejandro, quien había seguido los pasos de su padre en la música. La pérdida de su segundo hijo fue algo de lo que la histrionisa nunca pudo reponerse, según recordaba su esposo, por lo que desde entonces comenzó a tomar decisiones que marcarían su futuro.
La italiana continuó trabajando y dando todo de sí en telenovelas y películas, llegando a trabajar en más de 40 cintas y alrededor de 15 producciones para pantalla chica.
Roth se retiró de los reflectores a los 75 años tras haber participado en Morirse está en hebreo y Destilando amor. Decidió ponerse bajo el cuidado de especialistas en el asilo Casa Parque, sola a pesar de que su marido siempre buscó acompañarla.
Amigos cercanos a la actriz aseguraron que su voluntad fue que la dejaran morir sola, pues ella decidió arreglar sus últimos años en un asilo tras la muerte de sus hijos, pues no quería que nadie se molestara en cuidarla y no quería ser un “estorbo” para sus seres queridos.
Pese a su decisión, Pérez Aguilar la visitaba de forma concurrida y la cuidaba durante este tiempo.
Martha Roth falleció el 7 de octubre de 2016 en Ciudad de México.
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