María Félix en una ocasión recibió una cachetada por parte de la hija de Pedro Infante e Irma Dorantes, Irma Infante, aunque no tuvo grandes repercusiones, pues la actriz era una bebé cuando lo hizo.
Entre las anécdotas más graciosas que ha contado Dorantes acerca de sus experiencias dentro del mundo del espectáculo de la Época de Oro tiene que ver con un día que coincidió con María Félix y no terminó bien gracias a su hija.
Todo sucedió mientras se llevaban a cabo las grabaciones de la película Tizoc: amor indio (1957), película que tuvo sus complicaciones para poder realizarla, pues la protagonista se negaba a participar en ella.
Algunas escenas de la cinta tuvieron que ser rodadas en Cuernavaca, Morelos, por lo que el Ídolo de Guamúchil se llevó con él a su familia por unas semanas, esperando poder convivir con su esposa e hijas durante los descansos.
Ya que Irmita tenía menos de dos años de edad, la actriz la tenía que llevar con ella sin importar el lugar al que se dirigiera, no fue la excepción un día en que Dorantes quiso visitar la casa en que se estaban llevando a cabo las grabaciones.
La protagonista de la película se acercó a Irma para saludarla, pero al notar que entre sus brazos se encontraba la hija de los actores, también quiso interactuar con ella.
La Doña extendió los brazos hacia la bebé, buscando cargarla. Irma aceptó acercar a la niña hacia Félix sin imaginar cuál sería la reacción de su hija: Infante le dio una fuerte cachetada a la histrionisa.
Irma recordó apenada que, conociendo el temperamento de María, pensó que tiraría a su hija al suelo o respondería al golpe, “me la va a estrellar”, dijo en El minuto que cambió mi destino. No obstante, la protagonista de Juana Gallo sólo le dijo a Dorantes: “Tenga a su niña, señora”, y le devolvió a la bebé.
Sabiendo el esfuerzo que costó que se estuviera haciendo la película, con miedo a que otra cosa ocurriera debido a la respuesta que tuvo la niña, Irma se fue corriendo de donde estaba La Doña con su hija en brazos.
Se sabe que fue muy difícil convencer a María Félix para trabajar en esta película, pues ella se negaba a ser parte de una producción en la que no hicieran una representación real de cómo son las personas de los grupos originarios en México.
Por las mismas razones, Pedro Infante, según recordó Dorantes, pidió a la persona que los ayudaba a cuidar su casa de Mérida, Yucatán, viajar con el a la Ciudad de México, pues quería que el escritor e Ismael Rodríguez se inspiraran en él para hacer la película.
Félix reveló en su libro autobiográfico que la convencieron de participar en la película con una muy buena paga, motivo por el cual Rodríguez habría tenido que hipotecar su casa, y también porque acordaron después filmar La cucaracha.
Después de filmar esta cinta, María confesó que le gustó trabajar al lado de Infante, pues pensaba que era un hombre de “preparación rústica” y fue muy amable con ella. No obstante, tenían personalidades muy contrarias por las que no habrían podido entablar una verdadera amistad.
Pese a los malos e incómodos momentos que La Doña tuvo en Tizoc, reveló que se llevó la mejor impresión de su compañero, pues él le llevaba serenata e, inclusive, en una ocasión le regaló una de sus guitarras.
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