Mario Moreno Cantinflas ha sido uno de los artistas que dejó tras de sí una gran controversia, pues gran parte de su familia fue parte del escándalo que inició la herencia del actor, sin embargo, su última voluntad iba más allá de su fortuna o sus propiedades.
Cantinflas revolucionó la comedia y el cine en México durante la Época de Oro del cine mexicano. Su legado abarcó no sólo a los países de habla hispana, sino que también llegó a Estados Unidos. El esmero que ponía para la producción de sus películas y su personaje lo llevaron a ser acreedor de una gran fortuna.
No obstante, su continuo ascenso terminó cuando el 20 de abril de 1993 falleció a los 81 años tras haber sufrido un infarto al corazón, debido al cáncer de pulmón que lo habría obligado a pasar sus últimos días postrado en una cama.
Existen muchas versiones de qué fue lo que dijo Mario Moreno durante sus últimas horas de vida. Algunos familiares aseguraron que el mimo se dedicó a definir algunos detalles de su herencia, cuya repartición ya estaba estipulada en su testamento.
De ahí que hayan surgido tantas disputas familiares acerca de quién debía ser la persona que tuviera el control de ganancias producidas por sus 34 películas producidas. Su hijo adoptivo, Mario Moreno Ivanova, aseguraba que en el testamento a él le había dado el control, mientras que Eduardo Moreno, su sobrino, decía que en su lecho de muerte le habría encargado sus cintas a él.
Fue el mismo Ivanova quien habló acerca de la última voluntad de su padre, la cual no habría sido sobre sus películas, sino sobre la forma en que quería que sus restos terminaran para que él encontrara la paz eterna.
Según informó Mario Moreno Jr., el llamado Mimo de la gabardina sólo le pidió dos cosas: que su cuerpo fuera incinerado y que sus restos reposaran al lado de su esposa Valentina Ivanova Zukova, quien falleció casi 30 años antes que él.
Ella era una artista circense de la Carpa Valentina, la cual pertenecía a su padre. Cuando Moreno comenzó a trabajar en este mismo circo habrían comenzado un romance que llegó al matrimonio. La hermana de Valentina, Olga, también llegó al altar con un gran personaje de la comedia mexicana, Shilinsky, guionista y actor lituano de la compañía.
Antes de que las cenizas del actor fueran depositadas en el Panteón Español, se decidió que se haría una despedida nacional del actor. Primero, la ceremonia se hizo desde el tanatorio, de ahí se pasó al teatro Jorge Negrete, sede de la Asociación Nacional de Artistas y acabó en el Palacio de Bellas Artes.
El cuerpo de Cantinflas fue despedido por miles de personas, algo que no se había visto en el país desde la muerte de Jorge Negrete y Pedro Infante. Seguidores del comediante desfilaron frente al féretro de su ídolo y lloraban su muerte. Esta despedida duró tres días.
Después comenzaron los conflictos entre la familia, que perdura hasta el día de hoy.
Se estima que el comediante dejó una fortuna de USD 70 millones, además de cinco casas, una cadena de peluquerías, varios salones de belleza, una colección de arte privada, un avión privado, una finca de unas 400 hectáreas llamada La Purísima, así como varios automóviles, apartamentos en el puerto de Acapulco y las películas que grabó.
En 2017, Moreno Ivanova murió de un infarto, lo que restaba de la fortuna pasó a manos de Tita Marbez, la tercera esposa del hijo adoptivo de Cantinflas, quien se encontraba separada de él al momento de su muerte. A ella, Moreno Ivanova la nombró heredera universal.
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