Irma Dorantes antes de hacerse de un nombre artístico o de retirarse por unos años del medio tras casarse con Pedro Infante, tuvo que enfrentar una precario estilo de vida, pues obtenía pagas bajas, pero contribuían de gran forma en su hogar.
La segunda esposa del Ídolo de Guamúchil, Irma Dorantes, al inicio de su carrera artística se posicionó como una de las niñas más prometedoras dentro de la llamada Época de oro, pues no solamente llamaba la atención su belleza, sino que era muy buena aprendiéndose las canciones o los libretos.
Desde los cuatro años, Irma comenzó su carrera en concursos de canto para aficionados y así fue como ganó sus primeros pesos. Principalmente, fue con la competencia El calcetín de oro que la entonces niña obtenía cada que ganaba 5 pesos, que hoy serían cerca de 500 pesos, y tres pares de calcetines.
A los 13 años, cuando todavía tenía por nombre artístico su nombre real, Irma Aguirre Martínez, la joven actriz iba todas las tardes al sindicato de extras de cine, acompañada por su mamá. En una de las tantas veces que pensó que sólo le ofrecerían un pequeño papel, le informaron que los hermanos Rodríguez estaban buscando una niña para hacer un papel de bit, como se llama a los actores aficionados.
Esta fue la primera gran oportunidad de Dorantes, pues para ese entonces sólo ganaba máximo 12 pesos al día como extra, lo que actualmente serían poco más de 140 pesos. Con el bit que le habían dado le ofrecían 50 pesos por día.
El nuevo sueldo que los hermanos estaban dispuestos a darle significó la primera gran ganancia para Irma y su mamá, pues como trabajaría dos días, en total serían 100 pesos, lo que hoy serían casi mil 200 pesos.
La actriz recordó en su libro dedicado a su historia con Pedro Infante, que este dinero para ella era “una suma muy importante”, pues su mamá la sostenía con lo que ganaba de rentar cinco cuartos que estaban en su casa, mientras ellas dormían en uno restante.
Su hogar era grande, aunque con un solo baño y una cocina que siempre tuvieron que compartirlo con diferentes inquilinos. Además de lo que la mamá de Irma ganaba con las rentas, debido a su precaria situación, sus tíos les daban 10 pesos y con eso tenían que subsistir mes con mes.
Con ese primer bit fue que Irma conoció a su futuro esposo, Pedro Infante, pues se trataba de la película Los Tres Huastecos. En dicho film, Dorantes tuvo que repetir cuatro veces su pequeña aparición debido a que le causaba risa verse reflejada en los lentes del sinaloense.
Para su siguiente gran personaje, en el que de nueva cuenta actuó junto al Ídolo de Guamúchil, pero sin compartir créditos, fue No desearás la mujer de tu hijo. En esa ocasión grabó su último papel como bit ya que en las siguientes películas se convirtió en actriz acreditada.
Desde los 15 años Irma comenzó a obtener más ofertas dentro del cine, lo que le permitió adquirir junto a su madre una nueva casa sólo para ellas dos, en la que ya no tenía que compartir habitación con su mamá.
Después de casarse con el sinaloense, en 1953 Dorantes dejó su profesión por petición de su esposo. Según comentó la histrionisa, Pedro estaba dispuesto a trabajar por los dos, pues sabía que podía solventar sus gastos como familia.
Lamentablemente, tras la muerte del Ídolo del Pueblo, la joven se vio obligada a volver a trabajar en el medio artístico, pues ella y su hija se quedaron sin hogar y casi sin pertenencias. Aunado a esto, no existía herencia alguna para ella por no ser la esposa de Infante al momento del accidente aéreo.
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