Por mucho tiempo se pensó que Pedro Infante y Jorge Negrete mantuvieron una rivalidad o enemistad debido a que ambos catapultaron su fama casi al mismo tiempo durante la Época de Oro del cine mexicano, pero en realidad, ambos estuvieron dispuestos a apoyar la carrera del otro desde que se conocieron.
Jorge Negrete logró posicionarse como uno de los cantantes y actores más codiciados del séptimo arte desde 1941 con la película ¡Ay, Jalisco, no te rajes!, la primera película que lo llevó inclusive a saltar hasta el público internacional.
En esos años, Pedro Infante estaba comenzando a introducirse en el mundo de la actuación, pero ya tenía una larga carrera en la música que había comenzado desde Sinaloa, en donde se consagró como músico y cantante gracias a su papá.
Entre sus presentaciones en la radio y el comienzo de su carrera en el cine con personajes secundarios, conoció a Minerva González, quien a la vez conocía a Carmen Barajas, íntima amiga y secretaria de Jorge Negrete.
González presentó a Pedro con Barajas y ella quedó encantada. El sinaloense con su forma de ser, extrovertido y gracioso, logró llamar la atención de Carmen, quien muy gustosa aceptó llevarlo con Negrete, pues Infante quería pedirle apoyo para hacer su nombre tuviera más peso en el cine.
Carmen recordaba que citó al Ídolo del Pueblo un domingo por la tarde en la casa del Charro Cantor. Él llegó puntual y muy arreglado. En ese momento no sólo estaba Jorge en su residencia, sino que había otros miembros de su familia, aún así recibió a Infante. Barajas los presentó y, después de una pequeña charla, Negrete le dio a su colega una guitarra y le dijo: “A ver, cántame”, pues quería conocer el talento de Pedro.
Al sinaloense se le ocurrió cantar Nocturnal, una de las canciones que tiempo después volvería a cantar, pero ya consagrado como uno de los más importantes actores del cine en sus años dorados.
Cuando terminó su pequeña presentación, Jorge también quedó fascinado por las capacidades de Pedro y le aseguró que él lo ayudaría de la forma en que pudiera para que su carrera en la actuación ascendiera.
Para ese entonces los hermanos Rodríguez, quienes produjeron ¡Ay, Jalisco, no te rajes!, ya tenían una muy buena relación con Negrete, así que él presentó a su colega con los cineastas y lo recomendó.
Los Rodríguez aceptaron con gusto a Pedro, pues no sólo estaba respaldado por una de sus estrellas, sino que su talento era evidente por películas como Jesusita en Chihuahua, una de las primeras en donde obtuvo el papel estelar. Los hermanos lo contrataron por cinco años como exclusivo tras haber participado en Mexicanos al grito de guerra, con cada película le pagarían 25 mil pesos.
No obstante, Infante ya estaba recibiendo ofertas de trabajo de diferentes productores. El intérprete de Allá en el rancho grande decidió intervenir para solicitarle a los Rodríguez dejar de lado la exclusividad para que Pedro pudiera seguir haciendo crecer su carrera.
Según recordaba Diana Negrete, su papá también recomendó a Pedro para que hiciera la segunda versión de ¡Ay, Jalisco, no te rajes! cuando se enteró de que se estaba planeando llevarla nuevamente a la pantalla, por ello es que Pedro Infante obtuvo el personaje estelar de El ametralladora, consiguiendo gran éxito con el mismo personaje que catapultó la fama de Jorge.
Pese a que el guanajuatense siempre se mostró muy amigable con el protagonista de Tizoc, Ismael Rodríguez aseguró que Infante nunca logró hablarle de “tú” a Negrete, pues sentía mucho respeto por el como artista y persona, inclusive para colocar los créditos de Dos tipos de cuidado el Ídolo de Guamúchil habría querido que el nombre de su amigo estuviera primero.
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