Jean Harlow fue conocida como la primera sex symbol de Hollywood, años antes de la gloria que tuvo Marilyn Monroe.
No obstante a su popularidad, la actriz solo estuvo vigente durante nueve años, muriendo de una manera trágica entre la enfermedad y el fanatismo religioso. La carrera de Harlow quedó marcada por los escándalos, iniciados desde su temprana edad y hasta sus 26 años, cuando falleció.
La actriz nació en Kansas el 3 de marzo de 1911, bajo el nombre de Harlean Harlow Carpenter. Fue criada en el seno de una familia de clase media. Su padre fue un dentista de renombre, mientras que su madre se dedicó al trabajo doméstico. Desde sus años iniciales, Jean Harlow emprendió su acelerada vida.
Jean, su madre, había tratado de incursionar en Hollywood, pero fue rechazada. La principal razón que le dieron fue que ya era mayor para el medio artístico. Esa puerta cerrada le causó un trauma que pronto depositó en su hija.
Escarlatina, la enfermedad que la siguió hasta su muerte
Harlow nunca gozó de una buena salud. Durante su adolescencia contrajo la enfermedad que la persiguió hasta su último aliento, la escarlatina. El padecimiento infecto-contagioso se caracteriza por ser contraída por infantes. Esta se transmite, no se genera, por lo que alguna persona cercana a la histrionisa la tenía previamente.
La enfermedad se manifiesta con fiebre elevada, vómitos, dolores de cabeza y garganta, así como erupciones en la piel. Actualmente, este malestar puede ser tratado y vencido con el tratamiento adecuado, impulsado por el uso de analgésicos y antibióticos, pero Jean Harlow la padeció a inicios del siglo XX, por lo que varios avances en el saber médico no habían llegado.
Charles McGrew, su primer esposo y el inicio de su carrera
La celebridad fue internada en una escuela de medicina en Illinois. Mientras su salud estaba en análisis, se enamoró y conoció a su primer matrimonio, Charles McGrew. El joven era un heredero en potencia, adinerado y bien valorado en la sociedad estadounidense. Con tan solo 16 años, Jean se casó.
La unión matrimonial con McGrew solamente duró un par de años. Según Juan Tejero, un reconocido autor e investigador de Hollywood, encontró que la razón del divorcio fue que Charles maltrató a la histrión, así como una potente adicción a la bebida.
Mientras su vida amorosa iba en picada, Jean Harlow, casi en un acto de mera casualidad, ingresó al mundo de las pantallas. Fue también en aquel entonces que adoptó su nombre artístico, creado en tributo a su madre. La actriz, quien ya contaba con una belleza impecable, se registró en una agencia de extras.
Pese a la insistencia de su madre, Harlow nunca expresó su deseo por ser una estrella de cine, ni de televisión. Su registro a Central Casting, según recapitulan varios medios, fue una simple apuesta con una amiga. Con tan solo un par de comerciales en su haber, Jean llamó poderosamente la atención de un productor de cine.
Los Ángeles del Infierno fue el primer éxito de Harlow en Hollywood. Esta cinta, en salas en el año 1930, marcó todo un hito, no solo por el debut de Jean en la gran pantalla, sino por toda la polémica vida de su productor, el excéntrico millonario Howard Hughes.
Hughes tuvo tanta fortuna que en algún momento decidió incursionar en el cine. Le agradó tanto el séptimo arte que invirtió más de 3 millones de dólares en una sola película. Con referencia a la economía estadounidense anterior, y la propia capacidad tecnológica de la época, el proyecto de Howard fue el más costoso de la historia, hasta ese entonces.
Los Ángeles del Infierno, su primer éxito en cine
La cinta fue una aventura bélica. El gusto del productor por la aviación quedó visible debido a las imponentes escenas en avionetas. El corte final de la cinta dejó detrás que durante la grabación murieron tres pilotos durante un accidente aéreo. Con respecto a Harlow, la prensa no alabó su interpretación, pero el público la respaldó.
La película protagonizada por Jean Harlow fue un éxito en taquillas. Aunque tenía un contrato con Hughes, varios estudios hollywoodenses se interesaron en la naciente estrella. Durante los 30, estelarizó cintas como Goldie, El enemigo público y la polémica La pelirroja, en 1932.
En la última mencionada, interpretó a una mujer con una insaciable sed de apetito sexual. La ficción no estaba lejana a la realidad, ya que Harlow emprendió una revolución por la liberación sexual, pero se topó con el conservadurismo de la sociedad estadounidense. Jean gustaba de expresar su sexualidad con acciones como prescindir de ropa interior o hablar sin tapujos.
Paul Bern, su segundo esposo que se suicidó
Tras un par de años de gozar de la fama y reflectores, Jean Harlow encontró nuevamente el amor. Su segundo matrimonio fue aún más corto que el primero. Sin embargo, este sería más trágico, pues no hubo un dramático divorcio, sino un suicidio que nunca fue descartado como un asesinato.
Harlow se casó con Paul Bern y oficialmente duraron dos meses después de contraer nupcias. Bern era mayor que su pareja por casi el doble de años. Lastimosamente para la actriz, él tenía fama de ser una persona violenta, incluso se rumoreó que en alguna ocasión Paul golpeó a tal modo a Jean que le despertó los malestares de su desgastada salud.
En septiembre de 1932, en la marca de sus dos meses de matrimonio, Bern y Harlow tuvieron una acalorada discusión. Esta terminó fatalmente con el suicidio del productor. Este se había disparado en la sien, fue encontrado por su mayordomo, totalmente desnudo.
“Querida, tristemente esta es la única manera en la que puedo corregir tremendo error que he cometido contigo y borrar mi humillación”, se leyó en la carta de suicidio de Paul Bern. Tras su deceso, se habló del papel de Harlow, sobre su choque con Dorothy Millete, quien fue su esposa antes que Jean con quien supuestamente nunca se separó en tiempo y forma, pero todo quedó en calidad de especulaciones.
La teoría sobre la culpabilidad de Millete tuvo más creyentes, cuando esta última fue hallada sin vida en el río Sacramento, sin poder haber declarado ni una sola vez. Lo cierto es que la salud mental de Bern estaba en tela de juicio. El ejecutivo tenía un severo complejo debido a su impotencia sexual, lo cual le desató una depresión importante.
La carrera de Harlow no tropezó por los escándalos, siguió con su apresurado ascenso. Durante su vida, grabó más de 30 películas, convirtiéndose en un emblema de la actuación. Su pasión por la interpretación dramática duró hasta el final de su vida.
Sobre su vida personal, después de Paul Bern, tuvo algunos romances esporádicos y breves. Sostuvo una relación con el boxeador Max Baer, quien estaba casado durante ese periodo. Se casó una vez más, esta vez con Harold Rosson, dedicado a las cámaras y con un cuestionado parecido con su primer esposo. El matrimonio duró solo siete meses.
Su muerte fue marcada por la religión
Su última pareja, William Powell, llegó a la par que su película final, Saratoga de 1937. Durante las filmaciones, Harlow enfermó fuertemente. Desde su infancia, la actriz no disfrutó de buena salud y a esto se le sumó que a lo largo de una etapa tuvo adicción al alcohol. La escarlatina también cobró sus últimas consecuencias, junto a otras enfermedades que contrajo durante su corta vida, tales como polio y meningitis.
Pese a que sus antecedentes clínicos no ayudaron, Jean Harlow pudo haberse recuperado de su padecimiento final. El impedimento que finalmente acortó su vida fue su propia madre y su fanatismo religioso.
Jean, su madre, era fiel miembro de la Iglesia de la Ciencia Cristiana, cuyos ideales la llevaron a no confiar en los médicos. Cuando su hija fue traída a su casa, en esperanza de recibir el incansable amor materno, lo que recibió fueron negativas. Se negó por suficiente tiempo a la atención especializada.
Fue Louis Mayer, ejecutivo de cine y cercano a Harlow, quien logró convencer a Jean madre de acudir a un especialista, pero el tiempo se les acabó. La actriz fue diagnosticada con uremia, un padecimiento del riñón producto de la escarlatina que tuvo durante su adolescencia. Aunque finalmente se informó que la causa de su muerte fue un fallo renal.
Quien fuera apodada como La bomba rubia falleció el 7 de junio de 1937, a la cortísima edad de 26 años. Jean Harlow no pudo completar sus escenas en Saratoga, su última aparición en la pantalla grande. Las secuencias faltantes fueron puestas a flote gracias a dobles con cuerpos similares. Debido al impacto de su deceso, al igual que por su vida misma, la cinta fue el mayor éxito de su carrera.
Powell fue quien se encargó de comprar el féretro de su descanso eterno. El homenaje se encuentra en el cementerio Forest Lawn Memorial Park, ubicado en California. “Nuestra baby”, se lee en su cripta en relación a otro de sus apodos más populares.
Jean Harlow protagonizó una vida de polémicas, pero también tuvo un compromiso irreal con su carrera artística. A sus 26 años, estelarizó un número importante de películas. Conforme avanzó como histrión, demostró ser más allá de una sex symbol y se ganó su importancia gracias a sus habilidades y herramientas.
Harlow, sin lugar a dudas, fue una de las más grandes estrellas del cine estadounidense de los 30. Fue víctima de su propio contexto, de un fervor religioso y sus excesos. Al igual que más estrellas de Hollywood, dejó la eterna pregunta de hasta dónde hubiera llegado de no haber perdido la vida.
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