Agustín Lara es uno de los compositores más queridos por el público mexicano, gracias a sus grandes composiciones inspiradas en México con las que sus fanáticos se identificaban fácilmente.
Sin embargo, esconde tras esos temas diversas historias que probablemente no conocías o con el paso del tiempo se han ido olvidando, superadas por la maestría de las composiciones, y la adaptación de las mismas a la vida diaria.
Tal es el caso de aquel impresionante bolero de nombre Solamente una vez que seguramente dedicaste o te dedicaron, que abrazaste con todo tu amor, o cantante desde el dolor de tu corazón.
“Una vez nada más se entrega el alma con la dulce y total renunciación. Y cuando ese milagro realiza el prodigio de amarse, hay campanas de fiesta que cantan en el corazón”, dicen sus estrofas interpretadas por decenas de artistas en todo el mundo.
Pues bien, se trata de un tema que se inspiró, en primer lugar, en un hombre, gran amigo del también llamado Flaco de Oro, y en segundo lugar, en una película.
Fue el propio Fray José de Guadalupe Mojica quien contó la anécdota detrás de la famosa canción a Pedro Vargas, en una entrevista en Lima durante el año 1969, misma que hasta entonces era completamente desconocida.
De acuerdo con José de Guadalupe, la última vez que cantó una canción como artista, antes de tomar la decisión de partir al convento para convertirse en religioso, fue una de las más famosas del mismísmo Agustín Lara.
Mojica grababa Melodías de América con música de Agustín Lara, cuando le informó a su amigo que había decidido dejar de lado la actuación por toda la vida, pues deseaba seguir su pasión de la juventud.
“Con la buena voluntad de siempre, sigue siendo de amigo, porque no me vas a perder, vamos a estar unidos, procuraré rezar por ti y tú sigue componiendo para el mundo tus bellas melodías”, le dijo Mojica.
En respuesta, Agustín Lara le prometió hacer una canción, su última canción frente a las cámaras, para que pudiera cantarla en dicha película, y se retirara completamente consolidado en el mundo de la actuación.
Poco tardó el Flaco de Oro, pues al día siguiente se presentó frente a su amigo con una de las canciones más hermosas que se han escrito en territorio mexicano: “Solamente una vez”.
“Puso el papel en el piano y empezó a tocar una melodía bellísima, y él con esa voz que tenía tan dulce, tan íntima, empezó a cantar aquella canción que recuerdo con tanta emoción”, confesó Fray José de Guadalupe.
La letra de Solamente una vez también va de acuerdo con el tema de la película para la que fue escrita e interpretada, donde nos cuentan la historia de un tenor mexicano y una actriz argentina de telenovelas.
Solamente una vez amé en la vida, solamente una vez y nada más. Una vez nada más en mi huerto brilló la esperanza, la esperanza que alumbra el camino de mi soledad...
Quién era José Mojica
Mojica, proveniente del estado de Jalisco, pero con residencia en la Ciudad de México, donde estudió canto en el Conservatorio Nacional de Música, quien vio una chispa singular en él como la vio en Pedro Vargas o Jorge Negrete.
Sus primeros trabajos los desarrollo en el teatro, como El Barbero de Sevilla; entre los miembros de aquellas giras teatrales, se topó con Ernesto Lecuona, quien lo llevó a los escenarios de Hollywood como parte de la película La cruz y la espada.
Después de la muerte de su madre, entró en una depresión que le recordó su idea de ser religioso; y así lo decidió por unos años, mientras entregaba su vida a Dios.
A pesar de aquello, decidió volver a las andadas y estrenó algunos proyectos de pantalla grande, pero finalmente murió de hepatitis y graves deficiencias en la circulación arterial.
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