Sara García fue una de las actrices más importantes en la historia del cine mexicano, pues su carisma e interpretación le dieron la oportunidad de formar en un sinfín de películas que le fueron reconocidas incluso con un premio Ariel en la categoría “Mejor Actuación Femenina” de 1956 por su actuación en La Tercera Palabra.
Aunque los últimos proyectos de la también conocida como La Abuelita de México fueron en la televisión, la actriz entró al en ese entonces nombrado como “el naciente medio de comunicación” por un motivo en específico: hacerle frente a la transmisión de la lucha libre mexicana para que el teleteatro y las nacientes series lograran ser lo más popular y visto en el país.
La televisión se inauguró en México con el Canal 4 en 1950 y su primer programa transmitido fue Teleteatro de la fantasía con una duración de media hora, según la carta de tiempo -también conocidos como las primeras “barras de programación”- que menciona que se transmitió desde el 10 de septiembre del mismo año por dicho canal.
A pesar de esto, la lucha libre había tomado una gran popularidad porque el nuevo soporte -la televisión- les permitía a sus usuarios poder tener acceso al espectáculo mexicano sin la necesidad de salir de sus hogares o gastar en boletos de paso para los numerosos integrantes que las familias en México antes tenían.
Si bien originalmente el fenómeno del teleteatro ayudó a crear un público masivo para el teatro, pero sobre todo impulsó la venta de televisores, los grandes publicistas de la época - y que también eran los productores de la televisión- querían que el público no se dividiera por ver dicho formato y las series en el Canal 2 y el gran furor que causaban los hombres enmascarados en el Canal 4.
Tras un éxito moderado y no grande como se esperaba con la creación y emisión de Escenas Inmortales protagonizado por María Félix y Jorge Negrete provocó que los publicistas y patrocinadores llegaran a la conclusión de que la fórmula de traer personajes del cine mexicano a la televisión era la adecuada, pero su primera apuesta, el matrimonio Félix-Negrete, no había sido la opción adecuada pues sus constantes problemas sentimentales pudieron haber afectado su recepción.
Bajo este pensamiento se llegó a la conclusión de que alguien con mucho carisma y cercanía con el pueblo de México podría ser la mejor opción. El 5 de septiembre de 1952 H. Steele y su compañía anunciaron con gran orgullo que La Abuelita del Cine Nacional ingresaba a la televisión mexicana vía la serie semanal Media Hora Con La Abuelita , transmitida por el Canal 2. Sara García actuaba con Tony Aguilar.
Según Manuel Bauche Alcalde en el libro Apuntes para una historia de la televisión mexicana II, esta serie, de la que todos esperaban mucho, no tuvo gran audiencia porque los pocos dueños de aparatos de televisión de la época preferían ver la lucha libre a través del Canal 4. El propósito de Sara García no logró ser cumplido; las luchas fueron el gran impacto en la televisión a tal grado que mucha gente compraba su televisor en abonos y luego invitaba a los a los vecinos de la colonia a verlas o el box con un previo pago de unos cuantos centavos.
Ante la lamentable noticia, muchos productores y patrocinadores se replantearon la idea de traer a personalidades del cine a la televisión, por lo que a pesar de que mucho más talento siguió llegando, la insistencia en darles programas en solitario terminó por completo. La Media Hora De La Abuelita perdió en menos de “tres caídas sin límite de tiempo”.
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