El año 2021 estuvo marcado por el movimiento #FreeBritney, una movilización en simpatía con la cantante estadounidense, Britney Spears, quien emprendió una batalla judicial para decidir y dirigir su propia vida y patrimonio, luego de que fue puesta bajo la tutela de su padre, James Spears, el 1º de febrero de 2008.
De acuerdo con el sitio web de la Rama Judicial del Estado de California, una tutela es un arreglo legal en el que un juez designa a una persona u organización, denominada “tutor”, como responsable de un individuo que es incapaz de actuar de acuerdo a sus propios intereses, es decir, el “pupilo”.
La ley de California reconoce dos tipos de tutelas: Lanterman-Petris-Short (LSP por sus siglas en inglés), aplicada en casos de adultos con serios problemas de salud que requieren un cuidado especial, por ejemplo, vivir en condiciones restrictivas; y la segunda son las testamentarias, divididas a su vez en una tutela limitada y una tutela general.
La primera es para adultos que no pueden cuidarse a sí mismos por enfermedades crónicas resultantes de un impedimento físico o mental que comenzó antes cumplir los 18 años y, finalmente, una tutela general puede imponerse para un mayor de edad que es incapaz de cuidarse a sí mismo y de sus finanzas o si es probable que se pueda sacar provecho del sujeto.
Durante más de una década, Britney estuvo bajo esta última. En un inicio, la Corte Superior de Los Ángeles nombró a James como el tutor de la persona de la cantante y nombró al abogado, Andrew Wallet, como el tutor de su patrimonio, pero en el 2019, el padre de Britney fue nombrado como tutor de los bienes de la cantante.
Hasta ese año, también en el ámbito físico y emocional, de acuerdo con el documental Britney vs. Spears, se pudo decidir sobre la salud de la cantante, con la facultad de recetar tratamientos psiquiátricos, la comida, ropa, transporte y entre otras cosas como la decisión de dejarle un DIU (Dispositivo intrauterino anticonceptivo). Además, se tuvo influencia directa en la fortuna estimada actualmente en USD 60 millones que el ícono del pop amasó durante una prolífica carrera.
Según contó ella misma: “He vivido en shock y he sido traumatizada. Sólo quiero mi vida de vuelta (...) así que esta tutela me ha hecho más mal que bien”, expresó durante una audiencia que tuvo lugar en junio de 2021, en donde narró a detalle lo vivió durante los 13 años que duró.
Finalmente, en noviembre de este año, la jueza Brenda Penny falló a favor de Britney y su padre fue sustituido de la tutela judicial. El contador público, John Zabel, fue nombrado como nuevo tutor temporal en materia de patrimonio.
En el área personal, Jodi Montgomery fue designada como curadora desde 2019. Aunque, de acuerdo con lo expresado por su equipo legal, esto apenas comienza: se iniciarán investigaciones para determinar cuánto provecho sacó James Spears de este acuerdo legal.
Sin embargo, la historia de Spears dista de ser la única. Entre las celebridades, existen algunos casos de tutela judicial por las razones enlistadas arriba. Algunas resultaron beneficiosas para ellas, otras, no tanto.
Amanda Bynes: una medida impuesta por abuso de sustancias y colapsos mentales
La exactriz, Amanda Bynes, es recordada de muchas maneras: como una las estrellas infantiles más brillantes en la cadena de televisión Nickelodeon, gracias a programas noventeros como All that y The Amanda Show, o la protagonista de algunas producciones especialmente cómicas de Hollywood, y, finalmente, como la actriz que anunció su retiro en medio de una crisis de salud mental que documentó en Twitter.
Fue durante esta última etapa cuando la familia de la actriz solicitó una tutela judicial. De acuerdo con la petición hecha ante la Corte Superior de California en septiembre del 2013, sus padres, Lynn y Richard Bynes, estaban preocupados por la salud mental de Amanda, quien, según consta en el documento, vivía en situación de calle en California, así como por una serie de transferencias bancarias que realizó a terceros.
“Estamos profundamente preocupados porque Amanda representa un riesgo sustancial para sí misma, para otros y para la propiedad, basados en eventos recientes en su vida”, comienza la petición que relató a detalle las razones por las que la actriz perdió su libertad, quien en ese momento estaba ingresada en un psiquiátrico en California contra su voluntad.
De esta manera, Lynn Bynes se convirtió en la tutora legal de Amanda, primero de manera temporal en el 2013 y después de manera definitiva en el 2014. La mujer recibió el nombramiento de tutor con poder sobre su persona. Es decir, sobre su vida personal y atención médica, así como el poder de controlar su patrimonio valuado en USD 5 millones. Sin embargo, a lo largo de los años, la tutela sufrió algunos cambios.
En el 2017, la cantante recuperó el control sobre su patrimonio, aunque continuó bajo la custodia de su madre en temas de salud y relacionados con su vida personal, situación legal que se extendió, después de la decisión de un juez en California en septiembre de este año, hasta el 2023, cuando tenga que presentarse un informe sobre la salud de la actriz.
En entrevista con la revista People, el abogado de Amanda, David Esquibias, aclaró que la tutela no tiene una fecha de término, se extiende día a día y terminará cuando deje de ser la “mejor opción para ella”.
Por su parte, la actriz vive actualmente con su pareja, con quien recientemente incursionó en el género del rap. Su última aparición en redes sociales ocurrió en el 2020, cuando se mostró con un presunto tatuaje facial en forma de corazón. Sin embargo, de acuerdo con sus padres, ha presentado una notable mejoría y se mantiene sobria.
Brian Wilson: un salvavidas de Eugene Landy
El miembro cofundador de los Beach Boys, banda estadounidense de la década de los 60 famosa por canciones como Good vibrations o Wouldn’t it be nice, Brian Wilson, vive bajo una tutela legal desde que su familia quiso protegerlo de un “psicólogo” fraudulento que se aprovechó de los bienes del artista durante décadas: Eugene Landy.
Comenzó en 1964, cuando Brian fue diagnosticado con depresión y esquizofrenia luego de que abandonó una gira que emprendió con los Beach Boys. A pesar de esto, el artista continuó componiendo canciones y produciéndolas durante las siguientes décadas; al margen, experimentó con drogas psicodélicas y otras sustancias sumamente adictivas.
No obstante, en 1976, las afectaciones en la salud mental de Brian se hicieron notorias y Landy entró en el panorama gracias a la familia del intérprete con un tratamiento experimental de 24 horas conocido como la “terapia milieu”.
En un inicio, Wilson mostró una evolución favorable, perdió peso y se convirtió en un sujeto “saludable” pero poco tiempo después, la relación cambió y el supuesto terapeuta comenzó a aprovecharse de la vulnerabilidad de su cliente.
En 1973, formaron la asociación “Brains and Genius” y Landy obtuvo gran beneficio de los tratos musicales que Wilson hacía. Incluso, durante ese tiempo, el Beach Boy, escribió un libro autobiográfico, cuyas ganancias dividió con el supuesto profesional de la salud.
Durante los siguientes nueve años, Brian vivió en las facilidades de Dandy, en donde no se le permitía hablar con ningún miembro de su familia o de la banda y, si lo hacía, era bajo extrema vigilancia. Incluso, según testigos que convivieron con él contaron a la periodista de Prime Time Live, Diane Sawyer, recibía fuertes dosis de drogas que limitaban su movilidad y habla.
A inicios de la década de los 90, el hermano de Brian, Carl, y sus primos, Mike y Stan Love, hicieron una petición a un juez de la Suprema Corte para obtener la tutela del cantante y compositor con el propósito de alejarlo definitivamente de Landy, quien posteriormente perdió su licencia para ejercer como psicólogo debido a abusos con otros pacientes y malas prácticas.
Aunque no se hicieron públicos los detalles de su tutela, años después se supo que Jerome Billet fue su primer tutor y posteriormente, alrededor de 1995, Mandy, la segunda esposa de Brian, ocupó ese nombramiento. Por su parte, el cantante aparentemente recuperó su vida y constantemente se comunica con sus seguidores a través de sus redes sociales.
Joni Mitchell: una tutela para salvarle la vida
La cantante canadiense de música folk, Roberta Joan Anderson, mejor conocida como Joni Mitchell, sufrió una fuerte crisis de salud en el 2015. Fue hospitalizada debido a complicaciones relacionadas con un aneurisma cerebral en el Centro Médico de la Universidad de California Los Ángeles (UCLA) el 31 de marzo de ese año, de acuerdo con la revista Closer.
La cantante sufrió un accidente cardiovascular unos días antes de ser ingresada al hospital. No obstante, debido a que vivía sola en Los Ángeles, California, les llevó algún tiempo encontrarla. Además, padece de Morgellons, una rara enfermedad en la piel. Un panorama bastante complicado para la artista de entonces 71 años.
Por estas razones, su delicado estado de salud y aparente soledad, la amiga de Mitchell, Leslie Morris, pidió la tutela de uno de los más grandes íconos de la música de la época de Bob Dylan ese mismo año, siempre en el “mejor de los intereses para ella”, expresó, y para tomar las decisiones médicas correspondientes.
Después de una audiencia en mayo de ese año, Leslie fue nombrada como la tutora de la cantante. De acuerdo con documentos de la corte, la tutora tenía que “proveer cuidado teporal, sustento y apoyo” a la intéprete, aunque no estaba autorizada a “administrar su dinero ni sus propiedades sin una orden judicial”.
De acuerdo con esa orden, la tutela terminaría el ocho de julio de ese mismo año. Sin embargo, la cantante se habría expresado de manera favorable sobre la tutela con Rebecca Thyne, abogada que trabajó en el caso.
Además, ella misma informó que la cantante no tenía la capacidad neuronal para tomar algunas decisiones: “Mientras Mitchell ha tenido un progreso favorable, las declaraciones del neurólogo Paul Vespa indican que carece de la capacidad de tomar decisiones médicas informadas. Estoy de acuerdo con que Mitchell todavía necesita asitencia para tomar esas decisiones”.
En el caso de la cantante de Big yellow taxi, la tutela continuó en pie y Leslie Morris continuó siendo su tutora durante su recuperación. A sus 78, Joni continúa disfrutanto de la vida y recibiendo algunos galardones por su importante trayectoria artística.
Finalmente, el caso de Britney Spears echó luz sobre cómo se manejan las tutelas jurídicas en el mundo de las celebridades estadounidenses. Después de escuchar el testimonio de lo que atravesó la reina del pop de los 90 y conocer más casos, habrá que preguntarse, ¿es beneficiono o perjudical despojar a alguien, total o parcialmente, de su libertad?
SEGUIR LEYENDO: