Se ha dado a conocer el fallecimiento de Alfonso Mejía Silvia, uno de los actores que destacaron en el cine de oro mexicano y quien conformó parte del elenco de la emblemática cinta mexicana Los olvidados, estrenada en 1950. Así lo dio a conocer la cuenta de Twitter de Televisa Espectáculos:
“Falleció de causas naturales Alfonso Mejía Silva, recordado por su papel de Pedro en Los olvidados de Luis Buñuel, considerada Memoria del mundo por la UNESCO. Tenía 87 años de edad.”
La película que causó revuelo en su tiempo y opiniones encontradas al mostrar la crudeza de la precariedad en la Ciudad de México, fue protagonizada por el hoy fallecido artista, quien luego se convertiría en galán de la llamada época de oro.
Alfonso Mejía nació en la ciudad capital el 16 de diciembre de 1934. Fue a los 15 cuando por un grupo de amigos que lo animaron, realizó la audición de la casa productora Ultramar Films para escoger al personaje principal de la cinta del periodo creativo del “Buñuel mexicano”.
Finalmente, gracias a sus dotes histriónicas y su rostro expresivo, Alfonso fue elegido para la cinta que pintaba un “retrato muy denigrante de las clases sociales”, según la opinión de algunos personajes de aquellos años. Tal es el caso de Jorge Negrete, quien por entonces presidía la Asociación Nacional de Actores ANDA e intentó persuadir a Buñuel de filmar la historia, por dar una imagen que, aseguraba, “no correspondía a México”.
Tras su éxito en la película, que logró figurar en el festival de Cannes y obtuvo 11 premios Ariel por la Academia Mexicana de Ciencias y Artes Cinematográficas, entre ellos el de Mejor actor infantil para Mejía, el histrión desarrolló una prolífica carrera en el cine.
Recibió además dos nominaciones: una por la película Padre nuestro, de 1954, y otra por El túnel, de 1956. Además destacó en otras cintas como La bienamada (1951), con dirección de Emilio Fernández. En Juventud desenfrenada alternó con Columba Domínguez en 1956, para luego aparecer en La edad de la tentación, en 1959.
En 1952 participó junto a Arturo de Córdova, Ramón Gay y Marga López en Mi esposa y la otra; con Maricruz Olivier y Tere Velázquez destacó en Quinceañera, de 1960, seguida de Mañana serán hombres, Juventud sin Dios y Por mis pistolas, donde figuró al lado de Mario Moreno Cantinflas, en 1968.
La última aparición en cine del fallecido actor fue en el año de 1970, en Rubí, protagonizada por la también desaparecida Irán Eory.
Se sabe que después de aquella filmación decidió retirarse de la vida artística para dedicar su tiempo a su familia, compuesta por su esposa Carmelita –quien fue su admiradora por años y con quien intercambiaba correspondencia-, además de sus hijos y sus nietos. El actor pasó los últimos años descansando en Chihuahua.
Tras su retiro, se dedicó a trabajar en aquella localidad, en el Canal 28 de televisión, realizando labores de productor y asesor. También intervino como maestro en el Centro de Capacitación para Televisión.
En 2011 fue contactado por la revista Vanguardia, donde comentó cómo fue su acercamiento a la producción de Luis Buñuel: “El primer contacto que yo tuve con Buñuel fue en los Estudios Tepeyac, me fui al Bar Loth, la parte de atrás, y me empezó a hacer un find y terminó la película, participó en el festival de Cannes. Después con la Academia de Artes Cinematográficas ganó once Arieles. Empecé a trabajar en el cine porque me llamaron, trabajé con el Indio Fernández, con Chano Urueta, en El túnel seis, una película muy buena. Después hice la de Tarahumara en Chihuahua con Luis Arcoriza”, recordó entonces.
“Yo siento que la gente llega a vivir en el olvido, nadie se llega a acordar de ti, solamente las gentes que tienen acercamiento con la industria cinematográfica, o que van a ser sociólogos del cine… vengan al cine porque hay que ver lo que lo grandes genios como Luis Buñuel filmaron con una forma natural”, dijo el hoy fallecido histrión.
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