Porfirio Díaz es uno de los personajes históricos más controversiales en la historia de México debido a su importante papel dentro de la política, sus 30 años gobernando y ser figura clave en el estallido de la Revolución mexicana. A pesar de que Emilio Azcárraga Milmo, o también llamado El Tigre Azcárraga, nació 15 años después de la muerte del ex presidente ambos comparten un curioso detalle.
El 2 de julio de 1915 murió el general Porfirio Díaz a los 84 años en la ciudad de París, Francia, en donde vivió sus últimos años acompañado de su esposa Carmelita Romero Rubio y algunos de sus más fieles allegados. Era visitado con frecuencia por sus hijos y disfrutaba pasear por la avenida Bois de Boulogne, según información oficial del gobierno mexicano.
A finales de 1914 su salud comenzó a deteriorarse y tiempo más tarde ya no pudo salir a sus recorridos habituales. Falleció acompañado por su hijo Porfirio. Se dice que sus últimos pensamientos giraban en torno a la figura de su madre María Petrona y la idea de regresar a Oaxaca, especialmente a la hacienda “La Noria”, deseos que debido a la situación del país no fue posible cumplir.
El servicio fúnebre se realizó en Saint Honoré d’Eylau, templo localizado en la actual avenida Raymond Poincaré; en este lugar se depositaron sus restos y seis años más tardes fueron exhumados y trasladados al cementerio Motparnasse, lugar en donde Carmelita mandó a construir una pequeña capilla para su eterno descanso.
En ese mismo cementerio, descansan los restos de otras grandes figuras de la política, el arte, la cultura y el espectáculo, como Samuel Beckett, Pierre-Joseph Proudhon, Charles Baudelaire, Julio Cortázar, César Vallejo, Carlos Fuentes, Jean-Paul Sartre y Simone de Beauvoir.
En su tumba, luce el nombre del ex presidente en letras de oro, y en la parte superior, un escudo con un águila. En su puerta, en donde hay unos vidrios que impiden ver a su interior, hay algunos mensajes como “rendimos tributo al gran presidente mexicano” o palabras altisonantes expresando: “El pueblo ya no te quiere”.
El Tigre Azcárraga se casó por segunda ocasión, después de un gran amor imposible con la primera actriz Silvia Pinal, con Pamela Surmont el 26 de marzo de 1959 en París, en la iglesia de Saint Honoré d’Eylau, precisamente en el mismo lugar donde se dispuso que las exequias religiosas del ex presidente se realizaran. Esto quiere decir que el magnate tuvo su ceremonia religiosa donde fue el cortejo fúnebre de quien gobernó más de 30 años el país azteca.
Aunque muy pocas personas conocían este pequeño detalle, si es bien sabido que Porfirio Díaz era un gran admirador de Francia pues muchos de los proyectos arquitectónicos y tendencias de pensamiento político fueron retomados por el general, después de sus visitas a la capital del amor.
Emilio Azcárraga Vidaurreta, papá de El Tigre Azcárraga y fundador de Telesistema Mexicano -antecesor de la televisora de San Ángel- , compartía ese gran amor y admiración por el país europeo como Porfirio Díaz. Por este motivo, el magnate de las telecomunicaciones interrumpió el escandaloso romance de su hijo con Silvia Pinal, actriz de la Época de oro del cine mexicano.
Fue así como al Tigre Azcárraga se le notificó que debía casarse con una mujer francesa ya que su padre los había presentado e hizo arreglos para que el matrimonio se llevara a cabo en París, Francia y así lograra tener nietos con la nacionalidad que tanto admiraba.
La iglesia Saint Honoré d’Eylau tiene una capacidad para más de 200 personas en su capilla principal.
SEGUIR LEYENDO: