La Navidad, como otras fiestas de diciembre y enero, siempre fueron importantes para Pedro Infante, es por ello que la última vez que la celebró, sin saberlo, lo hizo demostrando a sus seguidores que era una persona que siempre se entregaría a su público.
Pedro Infante se coronó como el ídolo más importante que ha tenido México, fue así que su popularidad llegó a toda Latinoamérica, en donde siempre había fanáticos que esperaban por alguna de sus presentaciones.
El sinaloense, estando consciente de esto, en 1956 estaba en medio de una gira por América, y entre los países que visitó, le tocó pasar el 24 y 25 de diciembre en Panamá, alejado de sus seres queridos y acompañado de algunos amigos y compañeros.
Sabiendo que esta podría ser una Navidad triste sin su familia, decidió hacer una acto benéfico para sentirse acompañado por aquellas personas que también estarían pasando por una mala situación.
Y es que el cantante acostumbraba a celebrar con una gran fiesta este día, pues invitaba a sus amigos y compañeros actores, además, sus vecinos y familiares siempre estaban presentes. Se organizaba una gran cena y toda la noche se acompañaban de la voz del ídolo.
Como se caracterizó por su humildad y solidaridad el Ídolo de Guamúchil, supuestamente, acudió a un hospital y fue de cama en cama cantándole a los enfermos que esa noche tendrían que estar en el nosocomio, sin cobrar un sólo peso, con la esperanza de hacer más amena su Navidad y la de los internados.
Este acto de filantropía no habría quedado registrado en la prensa debido a que fue algo que hizo sin buscar atención mediática y porque todo habría sido de imprevisto, sin una preparación previa y por su propia voluntad. Sin embargo, han sido sus biógrafos y amigos quienes se han ocupado de recordarlo.
En este país, Infante estuvo por varias semanas, en las que se dedicó completamente a su público y festejó también su último Año Nuevo, antes de fallecer trágicamente el 15 de abril de 1957.
Según relataba su familia, Pedro normalmente organizaba una fiesta para Nochebuena en la que mucha gente estaba invitada. Se cocinaban los platillos comunes para estas fechas, como romeritos, pavo, pero no podían faltar aquellos originarios de Sinaloa, como los típicos tamales sinaloenses.
Tanto Nochebuena como Navidad eran días importantes para el actor, pues el 24, además de celebrar esta fiesta, aprovechaban para poder festejar el cumpleaños de Don Delfino, padre de Pedro. Es por ello que casi siempre pasaba estas fechas en la casa de sus padres, en la colonia Lindavista, donde también vivían sus hermanos y sobrinos.
En algunas veces se hizo acompañar por algunos músicos para entonar sus más reconocidos temas, o los que sentía que mejor se adecuaban a la ocasión. El Mariachi Vargas habría sido su grupo favorito, pues con ellos ya estaba acostumbrado a trabajar.
Usualmente, eran sus vecinos quienes le pedían que entonara alguna canción para amenizar la noche, y él intentaba complacer a todos, pero principalmente a su mamá.
Por la madrugada solía tener preparados los regalos para los niños, tanto para sus hijos como para sus sobrinos. Compraba muchos juguetes, entre sus favoritos para los pequeños de la casa eran trenes, muñecas y tanques de guerra.
La familia Infante se encargaba de que los niños se fueran a dormir temprano, para preparar todo, pues siempre fue importante para el sinaloense hacer que cada Navidad fuera especial para ellos, quienes ya sabían que por las mañanas podrían despertarse y ver una sala llena de juguetes.
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