En la historia del cine abundan películas relacionadas con las fiestas navideñas. Las hay de todo tipo: inspiradoras, cómicas, románticas y hasta tétricas. Sin embargo, entre todas, hay una que destaca por su sentido de humor e importante lección. Se trata de El Grinch, un personaje con el que todos nos hemos identificado por lo menos en algún momento de nuestras vidas.
El adorado personaje nació de la imaginación de su creador, Theodor Seuss Geisel, conocido por el seudónimo que adoptó al inicio de su carrera, Dr. Seuss, un día mientras se miraba en el espejo. Ahí se sorprendió a sí mismo con un mal humor de proporciones épicas que dieron origen al que podría considerarse un álter ego.
“Me estaba lavando los dientes en la mañana del 26 de diciembre cuando noté un rostro muy parecido al del Grinch en el espejo”, contó Theodor durante una entrevista concedida en 1957. “Me di cuenta de que algo había salido mal con la Navidad, o más probablemente conmigo. Así que escribí una historia sobre mi agrio amigo el Grinch, para ver si podría redescubrir algo de la Navidad que yo obviamente había perdido”.
Quizá esa es la magia del personaje y su tan sonada historia: permite redescubrir la Navidad lejos de su valor comercial y material y destacar la unión fraternal; así como lo hace El Grinch.
Cuando el escritor e ilustrador conoció al Grinch en su propio espejo, ya había ganado notoriedad con una larga trayectoria como caricaturista y con algunos libros infantiles, entre ellos, el famoso Gato en el sombrero, que se publicó en los primeros meses de 1957, mismo año en que publicó ¡Cómo el Grinch se robó la navidad!
De acuerdo con lo dicho por el propio Dr. Seuss, la historia del este peculiar personaje fue la más fácil de escribir, aunque fue un tanto complejo encontrar el final para su personaje. Especialmente porque podría leerse con ciertos tonos moralistas o religiosos que no le interesaba retratar. Así que sencillamente decidió cerrar la historia con el Grinch disfrutando de la Navidad en compañía con los habitantes de Villa Quién.
El Grinch en pantalla: versión animada
Nueve años después, la historia del personaje verde y hasta cierto punto desagradable que decide robarse la Navidad, fue llevada a la pantalla por primera vez. En 1966, el cuento escrito por Theodor se adaptó a la televisión en forma de cortometraje animado. No sin antes realizar un largo trabajo para convencer al escritor de adaptar su obra, quien se había mostrado renuente a prestarla en los años anteriores por una postura anti-Hollywood.
Cuando el Grinch llegó a la pantalla chica se convirtió en un éxito rotundo. Incluso, continuó transmitiéndose cada época navideña desde su debut el 18 de diciembre de 1966, aunque anteriormente era transmitido por la cadena de televisión estadounidense, CBS y ahora Warner Bros. TV es quien posee los derechos de emisión.
Con los años El Grinch: cuento animado, dirigido por Chuck Jones Jr., quien conservaba una estrecha amistad con Dr. Seuss, se convirtió en un clásico de la televisión durante los días navideños y a inicios del milenio surgió el proyecto de llevarla de nuevo a las pantallas.
Esta vez sería con actores reales y el personaje cuyo corazón es “dos veces más pequeño de lo normal” haría su gran aparición en la pantalla grande.
Sin embargo, este no sería un reto menor: los productores se tardaron cerca de dos años en conseguir los derechos de la historia para trabajar en la adaptación, el casting para conseguir al protagonista de la cinta fue exhaustivo y, una vez que lo consiguieron, el actor Jim Carrey casi renuncia durante el primer día de grabaciones por la sensación de “estar enterrado vivo”, debido a las múltiples capas de grueso maquillaje.
A más de dos décadas de su estreno, la película dirigida por Ron Howard es un elemento clave en las navidades de buena parte de América Latina y Estados Unidos. Pero el camino de esta película fue casi tortuoso.
El Grinch y la CIA
Cuando comenzaron los preparativos para la película, el brillante Dr. Seuss ya llevaba una década de haber perdido la vida. El ilustrador y caricaturista falleció a los 87 años en La Jolla, San Diego, en donde residió buena parte de su vida y concibió lo que algunos consideran sus mejores obras. Entre ellas ¡Cómo el Grinch se robó la navidad!
A pesar de esto, algunos considerarían que la película captura la esencia del libro original y, por lo tanto, del corto animado que se estrenó en la pantalla chica.
Luego de una batalla por conseguir los derechos de la historia que duró dos años, finalmente le película se puso en marcha. De acuerdo con el productor, Brian Grazer, esto ocurrió porque la viuda de Seuss, Audrey Seuss, era quien tenía los derechos y no estaba convencida del proyecto, sin embargo, Jim Carrey logró convencerla.
Por el casting pasaron algunas otras celebridades. Entre ellas, Jack Nicholson y Eddie Murphy, según la revista Cosmopolitan. Sin embargo, fue el actor Jim Carrey quien se quedó con el papel para interpretar al excéntrico personaje cuando tuvo un encuentro con Audrey y ella indicó que la película sólo se mantendría en pie si él interpretaba al Grinch.
Su trabajo fue sumamente exigente: Carrey se enfrentó a largas jornadas de maquillaje, incluso confesó que llegó a sentir que vivía una tortura debido a las aplicaciones de látex. En sus palabras: “Fue un verdadero reto porque estaba enterrado en el maquillaje, mis ojos estaban cubiertos y mis manos tenían dedos larguísimos en ellos. Cosas como esa”, dijo en entrevista con Universal Studios.
La película estuvo en serio peligro por esta razón. Según reveló el productor de la cinta, Brian Grazer, en un texto que publicó en el Daily Beast, la producción tuvo que recurrir a un agente especialista en tortura entrenado por la Agencia Central de Inteligencia (CIA) para asesorar a Carrey para sobrellevar los prostéticos, plastas de maquillajes y pelucas que llevó encima por los 92 días que duró la grabación.
“Después del primer día de grabaciones, Jim regresó a su trailer convencido de que no podría sobrevivir si llevaba el maquillaje del Grinch por las siguientes semanas. Fue con Ron Howard y dijo que el maquillaje era como ser torturado, que no podía soportarlo y que no haría la película”, escribió.
Entonces la película entró en una encrucijada: no podrían grabarla a menos que Jim estuviera en ella y Jim no podría grabarla porque sentía que estaba siendo torturado.
Así fue como el productor decidió que Carrey debía recibir entrenamiento de un agente de la CIA que preparaba a los agentes para sobrevivir la tortura en caso de que fueran capturados.
En un fin de semana, el sujeto enseñó al actor toda clase de herramientas y técnicas para distraerse para así lograr trabajar con el traje que lo mantenía preso.
Sólo así Jim pudo llevar su trabajo a cabalidad y protagonizar una de las películas más reproducidas durante la época navideña desde hace dos décadas. Una historia que refleja el verdadero espíritu navideño, según su autor, Dr. Seuss.
Además, el legado del escritor continúa vivo. Tan sólo en el 2020, se colocó como una de las celebridades que más continúa generando ingresos, sólo por debajo de Michael Jackson, según la revista Forbes.
Asimismo, en el 2018, el estudio Illumination estrenó la más reciente versión de esta historia en la pantalla grande. Finalmente, quizá el Grinch sí sea el cuentode Navidad más grande de todos los tiempos. A poco más de 60 años del día en que su creador lo vio en el espejo, sigue apareciendo en los festejos navideños.
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