Pedro Infante e Irma Dorantes se casaron de forma privada, pues pretendían no generar ningún escándalo mediático y que nadie los molestara en su felicidad. Por tanto, la ceremonia y fiesta fue con unos cuantos invitados, no se hizo la gran fiesta y pocas horas después, ellos ya se encontraban en su Luna de miel.
El Ídolo del Pueblo e Irma Dorantes decidieron unirse en matrimonio el 10 de marzo de 1953. Para poder casarse, Pedro fue a la casa de la actriz para pedir la mano de su novia a su madre. Acompañado de Don Delfino y Doña Cuca, el sinaloense le hizo saber a la mamá de Irma el futuro que esperaba poder darle a su hija.
Ambos eran conscientes de que él siendo la estrella que era, tenían que actuar con cautela, pues cualquier cosa que hiciera el Ídolo con su vida privada, sería una polémica que estaría en la portada de todos los periódicos, más aun sabiendo que había tenido a dos hijos con Lupita Torrentera a escondidas de María Luisa León, su primera esposa y de quien se habría divorciado un año atrás.
Fue el mismo Pedro Infante quien preparó los papeles para entregarlos al Registro Civil y que todo procediera de forma correcta. La pareja decidió casarse en Mérida, por lo que llegaron a Yucatán unos días antes de que se celebrara la unión.
Irma estaba más que feliz de poder casarse en la tierra que había nacido, mientras que el protagonista de Tizoc había deseado que fuera ahí porque era uno de sus lugares favoritos, en donde sentía que podía ser libre, según recuerda la actriz.
El juez que los casó llegó puntual a las 17:00 horas a la casa de una de las tías de Dorantes, en donde se realizó la boda. Todo se llevó a cabo muy rápido, pues sólo hubo 15 invitados, entre los que estaba la madre de Irma, algunos amigos del cantante y familiares de la actriz, los papás o demás familia de Infante no pudieron ir.
Las sortijas, aunque ya las habían mandado a hacer, no estuvieron listas para ese día y sólo pudieron recurrir a comprar un par de anillos para que, simbólicamente, representaran su unión.
La mamá de Irma firmó el acta, pero según narró, estaba tan enojada de hacerlo, porque lo estaba haciendo casi por obligación, que estaba a punto del infarto.
Al terminar con la boda ofrecieron algunos bocadillos y ya. La misma Irma catalogó a todo esto como “casi secreto”, pues en verdad fueron tan pocos las personas que los acompañaron y a las tres horas ya todos se habían ido, que parecía que habían intentado ocultar todo.
Ese mismo día, a las 20:00 horas, la pareja ya se encontraba a bordo de un avión que los llevó a Cozumel, destino en el que disfrutaron los primeros días de su luna de miel. Se hospedaron en el Hotel-balneario San Juan por cuatro noches.
Su primera noche como esposos, según reveló la histrionisa, fue especial, llena de amor, de ternura y muy romántica. Por la mañana del 11 de marzo se despertaron muy temprano para poder bañarse en las aguas del mar.
Tras esos días en Cozumel, se dirigieron a Veracruz, en donde se hospedaron en el Hotel Mocambo. Ahí sólo pasaron dos noches, pues tuvieron que regresar cuando la noticia de su boda estalló en la prensa.
Una vez que llegaron a la Ciudad de México, la mamá del intérprete de Amorcito Corazón les regaló unas sábanas que ella misma bordó las iniciales de ambos. Pedro le regaló a Irma una hamaca gigante de color vino y blanco.
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