Jorge Negrete se caracterizó en el cine por ser el personaje que siempre vestía como charro, torero, como parte de la nobleza de algún país o como otro ciudadano mexicano más, pero nunca pudo vestirse para la pantalla como a él más le gustaba y fueron sólo algunas personas, aquellas que lo vieron en vivo, que supieron qué tipo de ropa le gustaba llevar al actor y qué colores eran sus preferidos para vestir.
Desde que Jorge Negrete comenzó su carrera como actor y cantante estaba consciente de que la forma en que vestía sería parte esencial de la imagen que daba a los cineastas y productores, pues la primera impresión era la más valiosa cuando se trataba de ser contratado para algún proyecto en cine.
En sus primeras películas fue cuando comenzó a comportarse como un charro para personificar sus papeles de forma correcta en pantalla, pues como cualquier mexicano de su época que había llegado a la Ciudad de México, el traje de charro no lo utilizaba normalmente.
No obstante, cuando por primera vez tuvo que interpretar a un jinete típico mexicano, habría sido uno de los primeros actores de la época en saber utilizar de forma correcta el famoso traje que después lo llevó a ser llamado Charro Cantor, pues hubo histriones que preferían no usar ciertas partes de la indumentaria.
Su forma de ser lejos de los reflectores habría sido muy parecida a lo que la pantalla grande proyectaba, según manifestaron las personas que lo rodearon; era un hombre elegante, amable, simpático y con disciplina, algo que se reflejaba en su vestimenta.
Según recordaba su asistente personal de Cuba, su personalidad en el cine y en la vida real era idéntica. “Era un tipo muy elegante y muy macho. Pero no un hombre bonitillo, sino de carácter, de complexión fuerte y voz muy atrayente, como se ve en sus películas. Por eso fue tan asediado por las mujeres. La ropa de mariachi solo la usaba en el escenario y era muy selectivo a la hora de escoger un traje”, recordó en entrevista Raúl Corrales.
Corrales, quien después se convirtió en un reconocido fotógrafo de su país, cuando tenía 16 años fue el responsable de memorizar las preferencias del guanajuatense, quien tenía un gusto para vestir muy especial y definido.
Así como Negrete era impecable para su trabajo, lo era en su imagen, por lo que desde joven aprendió a reconocer las combinaciones de colores que eran mejor para él y así organizaba la ropa que se pondría, no elegía al azar los que portaba, menos si se trataba de un día en el que tendría que salir.
Sobre todo, Raúl Corrales recordaba que el Charro Cantor tenía una especial fascinación por las corbatas y moños rojos, los cuales muchas veces utilizó en películas y presentaciones.
“Solo había que conocer sus gustos. Él salía del baño y tenías que tenerle la ropa lista. Yo conocía muy bien las combinaciones de colores que más le gustaban y eso facilitaba mi labor”, dijo sobre su trabajo como valet del protagonista de Dos tipos de cuidado.
Sin embargo, pese a su selectividad, tampoco fue demasiado quisquilloso, inclusive Corrales recordaba que si alguien le regalaba una prenda muy especial, él la utilizaba sin rechistar, agradecido. Ese fue el caso del traje que le regalaron en Cuba que tenía bordada con hilo de plata un águila en la espalda.
Lo que más le gustaba utilizar eran colores tierra y oscuros, la mayor parte de sus trajes eran negros o de algún color que se le acercara y fuera apagado, pero nunca le incomodó vestir con otros más atrevidos como rosa y azul pastel.
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