Lilia Prado se convirtió en una de las estrellas del cine mexicano más amadas por el público gracias a su simpatía y su gran belleza, razón por la cual inclusive es reconocida como una de las mujeres con las piernas más bonitas de México.
Desde muy joven a Lilia Prado le llamó la atención el mundo artístico, uno de sus primeros sueños fue escaparse de su casa y convertirse en artista circense junto a su prima. Lamentablemente no pudo llevar a cabo su plan por la muerte de su familiar, pero rápidamente le llegó la idea de convertirse en bailarina.
Con sus dotes para cantar, bailar y actuar, se abrió paso para llegar a interpretar sus primeros papeles dentro del cine mexicano desde que tenía 19 años.
Fue en 1952 cuando llegó a ser una de las actrices más aplaudidas a nivel internacional con Subida al cielo, película de Luis Buñuel. Esta cinta ganó el Premio de la crítica a la mejor película de vanguardia del Festival de Cannes, entre otra decena de galardones, algo que permitió que los ojos de todo el mundo se vieran cautivados por Prado. A partir de esta cinta es que comenzó a ser reconocida como un símbolo sexual.
Además de su forma de actuar, algo que llamaba la atención del público sobre Lilia era su forma de bailar y desenvolverse en los escenarios, pues nunca temió a mostrar su cuerpo y sus mejor pasos de baile, lo que logró destacar sus piernas.
Fueron decenas las sesiones fotográficas que le hicieron, en todas ellas lo que presumía eran sus piernas, ya fuera estando sentada, acostada o bailando, lo que resaltaba eran sus extremidades que cautivaban al público. A nivel internacional, la protagonista de La ilusión viaja en tranvía fue nominada por la prensa como “la mujer más sensual del cine latinoamericano”.
En varias ocasiones le propusieron a Lilia tomar fotos de ella completamente desnuda o hacer escenas sin ropa, sin embargo, ella siempre se negó con la idea de que era mejor dejar algo a la imaginación, deseando también perdurar como el sex symbol que era.
En 1957, cuando tenía 29 años de edad y una década dentro del mundo del cine, los medios reportaron que la actriz había decidido asegurar sus piernas por 100 mil pesos mexicanos, es decir, más de 800 mil pesos actualmente.
Supuestamente, Prado aseguró sus piernas a inicios de 1957 con un pago inicial de USD 4,000 mil, lo que serían actualmente alrededor de 600 mil pesos mexicanos. Su plan fue el pagar las pólizas con 20 años de diferencia, pues estaba consciente de que sus piernas no se mantendrían siempre con la misma figura de sus mejores años.
La actriz ganó diversos galardones como el Premio a la Mejor Actriz Extranjera en 1971 en el Festival Internacional de Cine de Panamá, Diosa de Plata a Mejor Actriz de Cuadro en 1973 por el PECIME y el Premio Ariel de Oro por su carrera cinematográfica en 1999. Sus última películas fueron Tres veces mojado (1989) y Desafiando a La Muerte (Agentes Federales) (1990).
Sus últimos años de vida los pasó lejos de los reflectores, pues comenzó a padecer de los pies, lo que la orilló a tener poco movimiento y usar andadera para los momentos en que tenía que caminar.
Lilia siempre deseó lograr recuperar completamente su salud para regresar a trabajar, pues no quería que el público se quedara con la imagen de una actriz enferma. No obstante en 2006 falleció sin hijos ni pareja a causa de una enfermedad renal, que se complicó por una falla pulmonar y le causó un infarto.
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