Jorge Negrete saltó a la fama con su característico traje de charro y con su distinguido bigote que lo hacía reconocible a donde quiera que fuera, pero contra lo que esperaba ver el público en él, en varias ocasiones se presentó sin su característico atributo.
Desde ¡Ay, Jalisco, no te rajes!, Jorge Negrete se convirtió en el prototipo de lo que el mexicano ranchero debía ser, vestido de forma impecable, pero antes de esa película, el cantante tentó suerte en diferentes disciplinas y proyectos, en los que no llevaba su bigote.
Negrete hizo su debut en el cine con Cuban Nights, La Valentina, La Madrina del Diablo y Juan sin miedo, películas con las que se estaba dando a conocer a sus 26 años. En todas estas cintas el joven Jorge se estaba dando a conocer y es por ello que en la mayoría de ellas estaba probando su imagen, por lo que no era obligatorio que portara su bigote.
Juan sin miedo es la primera película que protagonizó sin su particular mostacho, haciéndolo lucir aún más joven de lo que era. Después también lo hizo en Juntos, pero no revueltos.
Sin embargo, Jorge siempre fue una persona que acostumbraba a dejar su bigote crecer desde que era muy joven, es por ello que hay muy pocas fotos del actor sin él.
Cuando el Charro Cantor decidió seguir los pasos de su padre e ingresar al Heroico Colegio Militar, a los 14 años, también fue fotografiado sin su bozo. Dentro del ejército, Negrete aprendió a andar a caballo, una de las actividades que le abrirían paso hacia el cine.
A los 18 años se graduó como teniente de Caballería y Administración del Ejército Mexicano, pero continuó siendo parte de las fuerzas armadas mexicanas y siempre fue fotografiado con su mostacho. Fue hasta que cumplió los 20 años y que contaba con el grado de capitán segundo, decidió dedicarse completamente a una profesión artística.
Jorge llegó a ser estudiante de canto sin haber querido serlo, pero encontró ahí el gusto por la música y la actuación, incluso intentó dedicarse a la ópera, sin embargo, no contaba con los recursos necesarios para ser ingresar a una academia de música clásica.
Al hacer su debut en el séptimo arte, el guanajuatense no recibió tanta atención como la que obtuvo con ¡Ay, Jalisco, no te rajes!, cuando ya había construido su imagen, siempre con su bigote, y que, inesperadamente, había saltado a la fama de forma internacional, siendo obligado a no despegarse más de esta faceta para no perder reconocimiento.
Algunos medios de la época llegaron a asegurar que una de las cosas que conquistaba de Negrete, además de su porte varonil, era el estilo en que siempre llevaba el cabello y su bigote, el cual no resaltaba por ser el más prominente, sino por sólo adecuarse a su cara.
El cantante competía contra Pedro Infante y Luis Aguilar cuando se trataba de quién portaba el mostacho de forma más atractiva.
El hecho de que esta ya era una característica del actor le valió el rechazo de sus fans y el publico en general cuando protagonizó Seda, sangre y sol en 1942 junto a su amada Gloria Marín. Esta cinta producida por Fernando A. Rivero esperaba la misma buena recepción en taquilla que los pasados trabajos del charro habían tenido, sin embargo, el cineasta pensó que era mejor que Negrete se quitara el bigote.
Y es que Jorge tenía que interpretar a un torero español y no es normal ver a uno con bozo, así que se lo tuvo que rasurar para toda la cinta. Cuando la película llegó a los cines, a los espectadores no les gustó que el protagonista no luciera su característico atributo masculino y el proyecto fue un fracaso.
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