Stephen Sondheim, leyenda de la comedia musical estadounidense y autor de las letras de “West Side Story” (Amor sin barreras) y “Sweeney Todd”, falleció este viernes a los 91 años, declaró su abogado al periódico New York Times.
Sondheim falleció repentinamente en horas de la mañana en su residencia de Roxbury, en el estado de Connecticut (noreste), tras haber celebrado la víspera el Día de Acción de Gracias con sus amigos, dijo el abogado Richard Pappas.
Nacido el 22 de marzo de 1930 en la ciudad de Nueva York, Sondheim estuvo involucrado en el teatro musical desde temprana edad.
Comenzó tocando piano a los siete años y fue amigo de la familia de Oscar Hammerstein II, integrante del famoso dúo de escritores del teatro musical Rodgers y Hammerstein, que escribió obras como “¡Oklahoma!” y “The Sound of Music” (La novicia rebelde).
En el curso de su larga carrera, Sondheim ganó ocho premios Grammy, ocho Tony -incluyendo el especial a la Trayectoria en el Teatro- y un premio de la Academia. Estuvo nominado a otros Grammy y Tony, así como a dos Globos de Oro.
En 2015, el entonces presidente de Estados Unidos, Barack Obama, otorgó a Sondheim la Medalla Presidencial de la Libertad por su trabajo.
Sondheim influyó en varias generaciones de compositores de teatro, sobre todo con musicales emblemáticos como “Company”, “Follies” y “Sweeney Todd”, que se considera uno de sus mejores trabajos. Su balada más famosa, “Send in the Clowns”, ha sido grabada cientos de veces, incluso por Frank Sinatra y Judy Collins.
La música y las letras de Sondheim daban a sus espectáculos un toque oscuro y dramático, mientras que antes de él, el tono dominante de los musicales era alegre y cómico. A veces se le criticaba por ser un compositor de canciones poco felices, un distintivo que no molestaba a Sondheim. Frank Sinatra, que tuvo éxito con “Send in the Clowns” de Sondheim, se quejó una vez: “Podría hacerme mucho más feliz si escribiera más canciones para cantantes de salón como yo”.
Para los aficionados al teatro, la sofisticación y la brillantez de Sondheim lo convirtieron en un icono. Un teatro de Broadway lleva su nombre. La portada de una revista neoyorquina preguntaba: “¿Es Sondheim Dios?”. Y el periódico The Guardian ofreció una vez esta pregunta: “¿Es Stephen Sondheim el Shakespeare del teatro musical?”
(Con información de AFP y AP)
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