Sara Montiel se convirtió en un ícono del cine y la música, tanto en México como en España, su vida a través de las pantallas parecía ser de ensueño pues vivió el éxito que su talento le produjo, sin embargo, sufrió por años los estragos que le produjo el intentar ser madre en repetidas ocasiones, sin tener éxito.
María Antonia Abad Fernández, mejor conocida como Sara Montiel, fue una de las actrices más apreciadas del cine mexicano en su Época de Oro, y es que aunque nació en España, en México obtuvo grandes logros por el número de películas que filmó en territorio azteca y tomó al país como segunda patria.
Fuera de las pantallas, la vida de la actriz no fue tan exitosa, principalmente porque fue muy difícil para ella cumplir uno de sus más grandes sueños: convertirse en madre.
La manchega se casó por primera vez en 1957, cuando tenía 29 años, con el cineasta Anthony Mann. Se conocieron en medio de las filmaciones de Serenade, en donde habría nacido su interés por el otro. Su matrimonio fue como cualquier otro, incluso, intentaron formar una familia con hijos.
Sara tenía ocho meses de gestación cuando sufrió un lamentable accidente. La intérprete de Bésame mucho recordaba cómo su avanzado embarazo llegó a su fin un día en el que cayó por las escaleras, pues el bebé que llevaba en su vientre no soportó el impacto y falleció. “Me caí al salir del estudio de mi marido (Anthony Mann), en nuestra casa de Los Ángeles. A las cuatro horas empecé a sangrar”, relató al periodista Víctor Nuñez Jaime.
Médicos se vieron obligados a hacerle una cesárea para extraer el pequeño cuerpo del que habría sido su primer hijo. “Me lo tuvieron que sacar”, recordó Montiel.
Pese a la atroz experiencia, la también cantante quiso seguir intentando ser mamá, y no sólo con el cineasta, pues su matrimonio llegó a su fin seis años después, sin haber tenido hijo alguno. Además de Mann, la española se casó también con José Vicente Ramírez Olalla, Pepe Tous, quien habría sido uno de los hombres más importantes de su vida, y Tony Hernández.
Ella no reveló públicamente que deseaba convertirse en madre, pero sus parejas habrían sido testigo de ello cuando, intento tras intento, todos fallidos, continuaba en su búsqueda por tener descendencia.
Hace unos años el programa español Lazos de Sangre hizo un repaso por la trayectoria y vida personal de la manchega, en él se tocó el número de abortos que sufrió a lo largo de los años: habría sido un total de 11 embarazos fallidos.
La protagonista de El último cuplé estaba consciente que, después de haber perdido a su primer bebé, sería muy complicado que volviera a embarazarse, pues el médico que la atendió se lo advirtió desde que tuvieron que sacar el cuerpo de su hijo de su vientre.
“Tendría secuelas debido al Edema de Quint, y así fue. Me quedaba embarazada pero a los pocos meses, los perdía a causa de una inflamación en los tejidos blandos”, dijo al periodista.
En Lazos de Sangre, su círculo cercano aseguró que la maternidad se volvió como un trauma para la española, y es que pese a las advertencias e intentos fallidos, logró sosiego hasta que adoptó a sus dos hijos, Thais y Zeus, aunque también fue un proceso difícil y lento.
Lamentablemente, su martirio no terminó ahí, pues al poco tiempo fue acusada de no recurrir a la adopción por vías legales, cosa que desmintió teniendo que llegar a la corte para defender su inocencia.
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