Britney Spears recuperó su libertad el viernes 12 de noviembre después de 13 años bajo una tutela que controlaba cómo gastaba su dinero, cuándo actuaba, quién tenía acceso a su casa y qué medicamentos debía tomar.
Aparte de sus planes de casarse con su novio Sam Asghari, de 27 años, no está claro cómo ejercerá esa libertad. Spears no ha concedido ninguna entrevista desde hace tres años, no ha actuado desde octubre de 2018 y solo se la ve en público en contadas ocasiones.
La cantante de “Overprotected”, que cumple 40 años el 2 de diciembre, ha expresado su ansiedad por el futuro.
“He esperado tanto tiempo para liberarme de la situación en la que estoy y ahora que ya está aquí tengo miedo de hacer algo porque temo cometer un error”, escribió Spears en un post de Instagram el 15 de octubre.
Los fans -36 millones en Instagram- esperan un nuevo álbum o una gira. Pero eso puede llevar tiempo, si es que ocurre. El sitio web de celebridades TMZ citó el viernes fuentes no identificadas que decían que Spears quería volver al estudio de grabación, pero que no se habían hecho planes firmes.
Sus representantes en la industria han declinado hacer comentarios sobre posibles planes futuros.
“Me mantengo alejada del negocio, que es lo único que he conocido en toda mi vida... por lo que esto es muy confuso para mí”, escribió Spears en Instagram en octubre.
Cargado de videos de Spears bailando sola en su lujosa mansión de Los Ángeles, las publicaciones diarias de la cantante en Instagram han sido su principal punto de contacto con los fans y el mundo exterior.
En los mensajes repletos de emojis, Spears también modela trajes antiguos y nuevos, posa semidesnuda y publica citas que van desde lo inspirador hasta lo combativo.
Spears fue puesta bajo tutela en 2008 tras una crisis mental. Nunca se han revelado los problemas de salud que tuvo o tiene. Ha calificado la tutela de abusiva y ha lamentado repetidamente haber sido traicionada por su madre Lynne, su padre Jamie y su hermana Jamie Lynn.
Jamie Spears ha dicho a través de sus abogados que ayudó a su hija a rehabilitar su carrera y que siempre actuó para el bien de ella.
Una entrevista televisiva sin tapujos atraería a una gran audiencia, pero no se ha anunciado ninguna aún. “Que el Señor se apiade del alma de mi familia si alguna vez hago una entrevista”, escribió Spears el mes pasado. También ha mencionado, quizá en broma, la idea de escribir su propio libro.
CÓMO GASTAR EL DINERO
Con una fortuna de unos 60 millones de dólares, Spears podrá elegir cómo gastar su dinero por primera vez desde 2008.
Durante años, incluso cuando actuaba en arenas con entradas agotadas en todo el mundo, se limitaba a una asignación personal de unos 2.000 dólares a la semana, según los documentos judiciales. Hasta hace poco, no se le permitía conducir su propio coche.
Los viajes podrían ser una de las prioridades de la lista de cosas por hacer. En los últimos seis meses, Spears ha pasado tiempo en Hawai, la Polinesia Francesa y una isla tropical privada no identificada, volando en jet privado. En la Polinesia Francesa tomó una clase de vuelo.
También ha publicado sobre su afición a la equitación y a ir a la iglesia.
El matrimonio -su tercero- con el entrenador personal Asghari tendrá que esperar hasta que se resuelva un acuerdo prenupcial, aunque Spears escribió a principios de esta semana que Donatella Versace ya estaba confeccionando su vestido de novia.
La cantante dijo al juez de Los Ángeles que supervisa su caso en junio que quiere tener más hijos. Tiene dos hijos, ahora en la adolescencia, con su exmarido Kevin Federline, que tiene la custodia mayoritaria.
Spears ha dicho que ya le están lloviendo guiones para versiones televisivas y cinematográficas de su vida, aunque no le ha hecho ninguna gracia.
“¿No se supone que debo interpretar el papel de mi propia vida?”, dijo en un video en octubre, sobre las sugerencias de quién podría representarla. “No estoy muerta. ¿En qué están pensando?”.
Por Jill Serjeant-Reuters
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