Cuando Sally Field llegó a la adolescencia, se sumergió en una fuerte depresión. Su condición era tan fatal que llegó a acumular cuatro kilos en sólo dos días. En casa, vivía los abusos sexuales de su padrasto, quien gradualmente pasó de pedirle que caminara sobre su cuerpo desnudo a tocar su cuerpo de manera inapropiada.
Según contó en su libro autobiográfico, In pieces, traducido al español como “En pedazos”, al mismo tiempo del abuso que Margaret, su segundo nombre, experimentó desde niña, la dinámica en casa se volvió un tanto violenta por el desgaste de la relación que tenían su mamá, la actriz, Margaret Field, y Jack Mohoney, quien trabajó en la industria como stuntman.
Casi todo era insoportable, pero hubo algo que la salvó: el arte. En particular, la actuación. A eso se dedicó el resto de su vida.
“Estaba sufiendo tanto, estaba tan deprimida. Tenía 19 años (...) pero, afortunadamente, la maravillosa actriz Medeleine Cherwood, me tomó literalmente de la mano y me llevó a un estudio de actuación. Eso cambió mi vida por completo”, contó la actriz en una entrevista con Variety.
Aunque ese no sería el único reto que enfrentaría en su trayectoria y vida personal. Antes de convertirse en una de las actrices galardonadas por el premio Oscar, se enfrentó un equipo de trabajo que consideraba que no era lo “suficientemente bonita” para triunfar en pantalla grande, vivió en carne propia la violencia de género que caracteriza a Hollywood y hasta sufrió un accidente aéreo que puso en riesgo a su familia.
Así fue la vida de Sally Margaret Field, a 75 años de su nacimiento en la ciudad de Pasadena, en California. Una mujer que saltó a la fama con un popular Sitcom, se inmortalizó con dos premios de la academia en la categoría de Mejor Actriz y llegó a las nuevas generaciones en papeles como la tía May en Spiderman y la madre de Forrest Gump en la cinta protagonizada por Tom Hanks.
Sally Field: de la televisión al cine
Sally creció en un ambientre propicio para ser artista. Fue producto del matrimonio de la actriz, Margaret Field, y de un hombre encargado de las ventas en la industria farmacéutica, Richard Field. Su madre actuó en películas de ciencia ficción de la década de los 50, como El hombre del planeta X y Captive Women; así que sólo era cuestión de tiempo para que su hija demostrara los mismos dotes para la cámara.
Cuando tenía tres años, el matrimonio de sus padres se disolvió de manera definitiva. Así que ella y su hemano mayor se mudaron a vivir con su abuela materna. Por esta razón, ella misma considera que de alguna manera se crió en un matriarcado, en donde la presencia de los hombres pasaba desapercibida y ninguno de ellos se quedaba por demasiado tiempo. Hasta que un año después de terminar con su padre, Margaret comenzó a salir con Mohoney.
No fue hasta el año 2012 cuando Sally habló por primera vez sobre los abusos sexuales que vivió a manos de quien fue su padrasto. Lo contó durante una conferencia en la que se dirigió a mujeres de distintas edades: “Estaba temblando cuando lo dije”, contó en referencia a la ponencia que dio. “Pero me sentí fortalecida por la masa sin rostro de gente desconocida. Cuando lo saqué, cuando lo dije, sentí que ellos me habían dado algo de regreso”, expresó.
Aunque ofreció más detalles sobre lo ocurrido en su libro autobiográfico, lo cierto es que cuando tenía 14, los abusos sexuales de su padrastro pararon. En 1965, cuando tenía 19 años, la vida de Sally cambió por completo y se convirtió en la estrella adolescente del sitcom Gidget.
“Empecé con esta seguridad que te da la juventud, que es un mecanismo de protección, que te permite manejar lo que estaba pasando. Tenía este pequeño brillo, esta pequeña armadura, que me había creado, que me dio las hagallas y la fuerza para levantarme y decir: ¡miren esto!”, contó en una entrevista en donde recordó su participación en el sitcom.
Ese fue su primer trabajo, no tenía agente y sólo sabía que era buena para la actuación. Aunque su personaje en pantalla, una joven de coletas altas, atuendos saturados de color y con una actitud despreocupada que se enfrenta a su primer amor, era en realidad muy diferente a cómo vivía Sally fuera de la ficción. Ella era mucho más oscura.
“Cuando cancelaron el show fue muy doloroso para mí, no sabía lo que iba a pasar. No tenía ningún plan para mí misma, no tenía en la mira hacia dónde quería ir, ni lo que era importante. No tenía ningún ingreso de mi familia, que no tenía alguno, como para ser dueña de mi propio destino”, confesó en la misma entrevista.
La oportunidad llegó con un segundo programa que protagonizó: The Flying Nun. El sitcom se mantuvo al aire hasta 1970. Sin embargo, estos dos programas, a pesar de que pusieron a Sally en el ojo público, también lograron encasillarla en un rol poco serio; de repente, quedó tipificada como una actriz que no era capaz de lograr papeles más complejos. Aunque posteriormente demostraría que esto era equivocado.
“Dos pícaros con suerte”: Burt Reynolds
Después de algunos otros papeles en la televisión, Sally finalmente logró dar el salto al cine. Aunque no fue fácil, en el camino se encontró con múltiples puertas cerradas y comentarios muy duros. Incluso de su propio equipo de trabajo: su entonces agente le recomendó que no intentara se estrella de la pantalla grande porque le faltaba belleza.
“Cuando decidí que tenía que despedirme de la televisión de manera definitiva, le dije: ‘Ya no voy a trabajar en televisión’, y él le respondió: ‘Eso es ridículo, no puedes hacer eso, no puedes hacer películas. No eres lo suficientemente guapa, no eres lo suficientemenre buena”, confesó durante una conferencia retomada por la revista People.
Sin embargo, la actriz no se dejó: “Le contesté: ‘Estás despedido’. Y, al mismo tiempo, también dejé a mi esposo porque lo único que decía era: ‘¿Qué vamos a hacer? No tenemos dinero’, lo único que le dije fue que nos saldríamos de eso (el matrimonio)”, recordó, en referencia a su primer esposo, Steve Craig, de quien se separó en 1975.
Entre una de esas películas en las que apareció por primera vez en pantalla fue el Western en el que compartió créditos con el actor Burt Reynolds, quien tiempo después se convirtió en su pareja: Smokey and the Bandit, traducida al español como Dos pícaros con suerte.
Ambos actores se enamoraron y compartieron una relación aparentemente sin mayor problemas; al menos en los medios de comunicación, se relataba que ambos eran una buena pareja, sumamente mediática y feliz. Sin embargo, durante una entrevista con The New York Times, Sally destapó cómo fueron las cosas en realidad: él era un hombre controlador y tenía problemas con las drogas.
Durante la grabación de la cinta, Sally recordó que él tomaba algunas pastillas como Percodan, Valium y otros babitúricos. Inclusó llegó a inyectarse una sustancia en el pecho. En retrospectiva, la actriz opinó que esa relación, sólo fue un intento por recrear la conexión abusiva que tuvo con su padrastro. Sin embargo, el noviazgo se extendió por varios años, aunque ella nunca aceptó casarse con él.
Dos años después de Dos pícaros con suerte, la actriz finalmente fue reconocida en la industria como una actriz “seria” gracias a su papel en Norma Rae, un drama contemporáneo, de acuerdo con los críticos de la época. Gracias a su interpretación, la actriz ganó el premio a mejor interpretación femenina en el Festival de Cannes y un premio Oscar en la misma categoría.
No faltaría más para que la actriz repitiera la hazaña y en 1984 ganó su segundo premio de la Academia por su interpretación en el drama Places in the Heart, conocida en América Latina como En un lugar del corazón. Finalmente, la actriz ya gozaba del éxito que tanto trabajo le habría costado cosechar.
No obstante, hubo otro difícil episodio que enfrentó En el año 1988, muentras estaba a bordo de un jet con dirección a California, el transporte aéreo se cayó y se estrelló contra dos aviones estacionados.
El accidente: un jet y dos aviones estacionados
Según reportó la agencia AP, el accidente tuvo lugar el 31 de octubre de 1988. La actriz y otros tripulantes estaba a bordo de un jet, Charger CL60 que se dirigía a Burbank, California. Sin embargo, cuando estaba en la ruta, el transporte aéreo impactó contra dos aviones que estaban estacionados.
Aparentemente, se trató de problemas con el combustible de la nave, según contó el publicista de la actriz en ese entonces. Cuando se pusueron a salvo, estaban cubiertos de gasolina: “La gasolina salía de los tanques de gas. (La actriz y los demás tripualntes) estaban cubiertos con gasolina. Tuvieron que salir del plane y salieron por el ala, después tuvieron que saltar seis pies hasta el suelo”.
Del accidente no quedó nada más que los rasguños que se llevaron el piloto y el copiloto. Tanto la actriz como sus acompañantes quedaron ilesos.
Durante la siguiente década, la actriz continuó su carrera. Se convirtió en la madre de Tom Hanks en Forrest Gump, en la pareja de Robin Williams en Mrs Doubtfire y en la Tía May en Spiderman. La actriz coninuó demostrando su talento y versatilidad hasta hoy.
Con 75 años, comparte distintos detalles de su vida en redes sociales: “Soy actriz, madre, abuela, y eso es suficiente por ahora”, se lee en su biografía de Twitter. Es suficiente, en una vida llena de retos y amor a la actuación, como la que tuvo Sally desde su juventud.
SEGUIR LEYENDO: